Intento serio de elaboración de un plan de manejo para el hoy Teotihuacán

(Solo como condición cualitativa y como documento guía)

No podemos pasar de un salto desde la condición actual hasta una condición ideal; tales milagros no suceden en la realidad, pero una cosa que si sucede con gran frecuencia es que si no avanzamos en el sentido correcto, (para adelante) muy posiblemente vamos para atrás. La vida no es algo de condición estática y, en nuestro caso concreto, si no tenemos planes para proteger y hasta para acrecentar el valor de una colosal herencia milenaria, sencillamente no la comprendemos en su justa dimensión, algo que acabamos de vivir en su justa realidad.

Ahora veamos nuestra realidad presente frente a este sitio: el 22 de diciembre de 2008 una comitiva de 20 expertos ICOMOS (organización civil asociada a la UNESCO) visito el sitio, y entonces nos enteramos que a 21 años de haber sido declarado “patrimonio de la humanidad” nuestro máximo tesoro prehispánico…….

No tiene un plan de manejo solicitado por la UNESCO ni cuenta con programas de desarrollo integral y conservación.

También nos hemos enterado, por noticia de 22 de marzo del diario “la jornada” que el director de icomos mexico, Arq. Javier Villalobos, expreso su preocupación por la falta de expertos en la conservación de “patrimonios culturales de la humanidad”. Esto lo confirmamos cuando vemos que algunos expertos del INAH (el que mucho abarca poco aprieta” solo tienen criterios para convertirlos en fuentes de ganancias oficiales que redundan en aceleración del deterioro y daños de los bienes colectivos que tienen encomendados.

Siguiendo con el presente (antes de atisbar el futuro consideramos que con solo tener ante nuestros ojos esta imponente realidad, y con una mínima reflexión, tal parece que a nuestra sensibilidad se le ha olvidado preguntarse ¿qué es lo que humanamente imaginado, creíble y posible puede explicarnos: él porque alguien, algunos o muchos, tuvieron la tenacidad, la fe y la constancia para acometer y terminar tan gran empresa de millones de metros cúbicos de construcción y solo contando con primitivas y elementales herramientas. Esto (hasta hoy desconocido) lo vamos a aclarar.

Frente a su realidad, y como elemental conclusión no podemos dudar de su autenticidad que se ha señalado como un requisito básico para haberle concedido una muy merecida distinción mundial. Aquí no hay nada simulado ni artificial. Otra cosa es no solo demostrarnos a nosotros mismos algo de lo que está fallando; que es lo de su verdadera identidad, que el diccionario define como “estado de una cosa que permanece siempre parecida a ella misma. Lo que es; es”. Y en esta serie de grandes monumentos lo que está fallando, desde hace un siglo que por primera vez se presento al mundo, es haberle atribuido arbitrariamente, una falsa identidad.

Desgraciadamente en el pasado, y aun en la actualidad algunas de nuestras “vacas sagradas” de nuestra historia antigua y de nuestra arqueología parecen estar muy despistadas; esperan archivos que los iluminen sobre épocas que nunca tuvieron, y siguen buscando tumbas de “faraones” que nunca hubo o, para justificar su absurda e impuesta identidad “tolteca” de buena gana le quitarían un piso a la más grande de esas pirámides arbitrariamente dedicada al sol.

En el párrafo anterior ya hemos iniciado (con el sol) una serie de aclaraciones que continuaran y tal vez, sin conocer todo el conjunto de ellas, alguien las vea con sospechas comprensibles pero que se justificaran totalmente.

Desde hace más de un siglo (antes de presentar este sitio al mundo) se aprovecho la celebración del primer centenario del inicio de la lucha por la independencia de México, como destacada muestra de nuestra identidad indígena que la arrogante España, criminalmente, vino a dañar. Y desde hace un siglo antes de presentarla al mundo, solo se trataba de una serie de promontorios cubiertos con enorme cantidad de árboles, arbustos y maleza, cubriendo a su vez, cientos o miles de toneladas de tierra, que hubo que tender rieles de ferrocarril para poderlas desalojar.

Este enorme esfuerzo mexicano valió la pena; el grandioso sitio empezó a dar ha dado y seguramente seguirá dando mucha información valiosa sobre sí mismo, y despertó gran interés internacional, con lo que empezaron aflorar grandes verdades: como la que, después de años de participar, rene millón y su grupo de arqueólogos y topógrafos, procedentes de tres universidades americanas que lograron una importante aportación con su ordenación y conclusión topográfica con la que aseguraron que la planeación urbana original del sitio rivalizaba con la que diseño un genial urbanista francés para la ciudad de Washington D.C. capital de los Estados Unidos de América. U se dedujo que esa grandiosa planeación urbana ya la traían lista (de la región del golfo de donde procedían) con muchos detalles para hacerla realidad.

También se dio a conocer y confirmar que los inicios de su construcción fueron anteriores a los inicios de la era cristiana, y que ya traían muchas plantas domesticadas por ellos entre las que destacaba, significativamente su condición pacifista y su mayor logro: EL MAÍZ. En suma; llegaron a un lugar de recolectores a civilizarlos, no como los hispanos que llegaron aquí a someter, a despojar y esclavizar con el pretexto de “cristianizar”.

Ya con un gran avance y con sus imponentes construcciones emblemáticas terminadas, inesperadamente, en el siglo IV les llego una enorme fatalidad: en la que sus sabios y esforzados dirigentes culturales fueron salvajemente masacrados y fueron despojados de su gran ciudad. Culminando con un enorme éxodo que se disperso por las sierras de los hoy estados de Tlaxcala, hidalgo, puebla y Veracruz. Esto, y la fecha aproximada ya se conocían pero que, oficialmente, nadie se ha ocupado de rastrear. Y el dato del lugar y la fecha, y sin ser consciente de ello los testimonios de esa sádica criminalidad los encontró recientemente el voluntario enviado por la universidad japonesa de Nagoya Saburo Suguiyama. Y el sitio cambio radicalmente de los valores esenciales de su naturaleza original: su muy eficiente agricultura, para dar de comer a sus constructores, fue relegada y, posiblemente, después de cambios de dueño interesados primordialmente en la artesanía (obsidiana y barro para la “exportación”). Finalmente el sitio fue desertificado, después, ya abandonado, fue incendiado. Y aquí hay algo crucial y que es oportuno destacar: (los actuales habitantes de las zonas aledañas al sitio no son, ni pueden ser, descendientes de los originales constructores del lugar, así lo haya considerado el muy famoso antropólogo don Manuel Gamio.

Ahora, demos un paso más.

Un plan de manejo para un sitio determinado no debe confundirse con un tratado de historia, lo entendemos, pero si aun para una ligera dolencia, el especialista considera (en primer lugar) su “historia clínica”, y en nuestro caso, que nos enfrentamos a una realidad antiquísima, no podemos eludir un mínimo de historia que nos conduzca a su esencial origen. Porque, sin esto no podemos cubrir los requisitos de AUTENTICIDAD y de IDENTIDAD en forma realista y tratar de diseñar un “plan de manejo, conservación y promoción”. Y para ello tenemos que alejarnos de recetas y planteamientos rutinarios, ya que no podemos confiar en ellos, sino que tenemos que diseñarle, digamos un traje a la medida.

Ya hemos mencionado algo de los que llegaron de la costa del golfo y civilizadores del centro de México, y (por supuesto) justificar su gran proyecto civilizador centrado en una cosmovisión única, genial y sorprendentemente ACTUAL.

Ahora bien, para aquellas personas que desearían comprender esto más a fondo y no quedarse con la duda y saber algo más sobre la etnia de la que estamos y estaremos hablando, la TUTU-NAKU (totonaca) responsables y capaces de haber construido la maravilla que estamos considerando, señalaremos que las primeras informaciones que se tienen de ellos parten de un joven, francisco ortega que llego con Hernán Cortes, en 1519, y al que expresamente dejo Cortes, por cuatro años con los tutu-naku, que espontáneamente fueron a su encuentro y lo invitaron a su ciudad-jardín de Cempoala, hoy Veracruz. Confiado y seguro como siempre lo fue cortes, le dio instrucciones a este joven para que le entregara, por escrito, todo lo que pudiera saber de la vida diaria de esta etnia, sus creencias básicas, su organización política, etc.

Esto, inicialmente, lo dio a conocer fray Bartolomé de las casas, partiendo de la información escrita que el propio joven francisco ortega le proporciono, y de las casas, fueron circulando a otros que a su vez las dieron a conocer, siendo el más destacado de ellos fray Juan de Torquemada, guardián del convento franciscano de Zacatlán, hoy puebla, y entonces región tutu-naku. Fray Juan de Torquemada fue el autor de una voluminosa obra titulada “monarquía indiana” y en estos trabajos se basaron tanto el alemán Walter Krickeberg como el francés Alain Ichon. El primero escribió “las antiguas culturas mexicanas F.C.E.” y el segundo y su grupo pasaron una larga temporada en la sierra norte de puebla y dejaron escrita la obra “la religión de los totonacas de la sierra” I.N.I.

Por otra parte, una búsqueda persistente y reciente del que esto escribe, y que ha pasado 15 años visitándolos en comunidades seleccionadas expresamente por sospechas fundadas de su ascendencia ligada a los originales constructores del hoy Teotihuacán, y escogidas entre otras comunidades mezcladas y que son mas fácilmente distinguibles porque su memoria histórica es más fresca, del siglo XII y que proceden de Tajin, y aislando también a las que se han asentado recientemente, la búsqueda permitió centrarse en las comunidades más antiguas (siglo IV) con ya muy débil o nula memoria histórica.

Partiendo de una inspiración el historiador genial Marc Bloch, asesinado por los nazis, y que pudo escribir historia con archivos o sin ellos el suscrito y en forma amistosa, sincera y discreta pudo “sentir” o “adivinar” de amigos y compadres en enterarse de my poco de memoria histórica y de lo que imagino y probo a manera de ir armando un “rompecabezas” y con paciencia y constancia pudo llegar hasta poder explorar el inconsciente colectivo.

Lo que se podría hacer para no solo operar, sino crecer y conservar.

No hay la menor duda que el hoy Teotihuacán está a punto de revelar su autentica NOMINACIÓN E IDENTIDAD, y que llego la hora de ahondar en su original significación y valores profundos. La gran ciudad tiene innumerables huellas de haber tratado de dañar su integridad, algo que ha llegado hasta nuestros días, aunque sea leve el daño en relación con los muy graves que ha sufrido con los grupos que la usurparon en la antigüedad.

Su bien armonizado e integrada IDENTIDAD, por si sola, puede ilustrarnos el punto central que representa: LA VIDA; nuestro máximo tesoro individual, colectivo, nacional y planetario. La sola y significativa exaltación de la NATURALEZA: presente en el más grande de sus monumentos, con su MILLÓN de metros cúbicos de construcción y destacadamente actual, hoy a nivel internacional la preocupación por su destrucción ya reflejada en el cambio climático y la contaminación y que es necesario, para subsistir: FRENAR LA NATURALEZA, elevada a la condición venerable, improfanable, respetable, elevada a niveles de lo más SAGRADO que tenemos, tal vez pueda ayudar a despertar y a dinamizar nuestras conciencias. Que nos invite a tratar de igualar el gran esfuerzo y constancia que hizo posible su construcción.

Nuestros grandes niveles de violencia solo pueden ser NEUTRALIZADOS EVOCANDO E IMITANDO, AUNQUE SEA UN POCO, EL ESFUERZO DECIDIDO Y BRILLANTE QUE NOS HA HEREDADO LA CONSTRUCTIVA PAZ DE LOS HUMILDES.

Un plan de manejo, CONSERVACIÓN E INTELIGENTE PROMOCIÓN del sitio, no debe dejarse en una condición estática. Sino una orientación dinámica que no solo merece sino que necesita en el futuro. Y con gran imaginación y sentido estético rescatar su desertificado suelo y convertirlo en un vergel rebosante de VIDA.

Pero sería conveniente considerar y resaltar su condición LEGAL. Rescatarla del montón. Por esto es necesario diseñarle también una estructura legal, sencilla y original: a la altura de nuestro MÁXIMO SANTUARIO CULTURAL. Habría que consultar a dos premios nobel que han destacado en la defensa ambiental; al mexicano Mario Molina y al norteamericano al gore que nos den su opinión sobre presentar este sitio al PNUMA (programa de las naciones unidas para el medio ambiente) para que inicie su lista de sitios intocables como “patrimonios ecológicos de la humanidad”.

Con lo que ya se justificaría que el sitio que nos ocupa pase a manos federales y que con las debidas proporciones el congreso mexicano, en pleno, se involucre y se comprometa en su defensa y protección.

Con este trabajo se prueba no solo la AUTENTICIDAD exigida por la UNESCO sino que se rebasa ampliamente con la condición de fondo de su IDENTIDAD, y para hacerla efectiva hay que regresar a su reconstruido pedestal a NATSI TNI. La maternidad. Como primer paso para preparar (en forma voluntaria, popular y sincera) para que el pueblo humilde de hoy, celebre el primer centenario de haberse presentado al mundo lo que el pueblo humilde de ayer hizo posible.

9 de marzo de 2009

Raíces

Raíces

Lo viejo visto con ojos nuevos

INTRODUCCIÓN

“Conócete a ti mismo”. Esto es lo que comúnmente se califica como lo máximo en sabiduría humana. Algo necesario para que, individualmente, funcionemos con eficiencia. Ahora bien, si pasamos de lo individual a lo colectivo podemos deducir que una colectividad, así sea nacional y para funcionar bien, también necesita “conocerse a si misma”, al menos en lo fundamental que la define, la identifica y la caracteriza como algo único y original dentro de todo el conglomerado que inevitablemente la circunda .

Salvaguardar la propia identidad, es el mínimo requisito de una sociedad que se aprecia a si misma, que esté orgullosa de su pasado, de sus valores fundamentales y dispuesta a enfrentarse al futuro sin subestimar el dilema de “renovarse o morir.”

En este trabajo queremos conjuntar una visión renovada de nuestro pasado, concretándonos hoy solamente (en un universo de posibilidades) al análisis de DOS relevantes sitios mexicanos que nos ofrecen un buen punto de partida por su gran importancia en nuestra mexicanidad. Comprobándolo la visita masiva a estos dos sitios de millones de mexicanos y de miles de extranjeros que anualmente acuden a ellos.

Por supuesto que nos estamos refiriendo a dos lugares cuyo nombre empieza con la misma letra (T) TEPEYAC y TEOTIHUACAN. A lo largo de este trabajo también consideraremos que existe un estrecho vínculo entre ellos ( hasta hoy desconocido) respaldándolo otra (T) que añadiremos, la de TUTU-NAKU que es el título de este trabajo y algo que nos recuerda a Carl Gustav Jung y su concepto de “coincidencias significativas” que con frecuencia son sorprendentes.

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Testimonios IV

Testimonios IV

(Conclusiones mínimas)

INTRODUCCIÓN

Lo presentado hasta aquí, en esta serie de folletos, pretende ser un paso más en un intento de alcanzar significados posibles y creíbles de este rastreo de huellas ancestrales de la etnia Tutu-Nakú. Esto es lo que nos ha llevado al más grande monumento del pasado indígena de México (hoy Teotihuacan) en donde lo inexplicable abunda. En especial el que la realidad y la majestuosidad objetiva de estas huellas no coincidan con el haberlas asociado (por siglos) a incoherencias solo imaginativas.

Ahora bien, y en el caso que nos ocupa. ¿Debemos sepultar una invitación del respeto y del culto a la VIDA y a sus elementos primordiales que parten de lo autóctono, de lo indígenas? O solo tenemos que aplaudir a la MUERTE (genocidio) que llegó íntimamente asociada con la Conquista y con la «Cristianizacion» indisolublemente ligadas de origen.

Lo anterior lo incluyo con la convicción manifiesta (he citado a Guillermo Bonfíl Batalla) de que el México Profundo siempre será el mas solidó cimiento de este país.

Y en el anterior contexto siento que el significado real del hoy Teotihuacan tiene que aclararse y destacarse como lo que representa; parte importante de nuestras raíces mas profundas; yo solo estoy tratando de poner mi grano de arena.

OTRAS HUELLAS

Al haber mencionado en el folleto anterior (Testimonios III) la posibilidad de que «El Cautivo de Mármol de Teotihuacan» haya representado un gran “Líder Cultural”, ha habido dentro de la etnia tutu-nakú, no solo quien apoye esta posibilidad, sino que se me ha dado el nombre de un antiguo sacerdote; “NAKUSCOY» -Corazón que alumbra. Espíritu que ilumina-. Nada tenían que ver con abrir o cerrar las puertas del cielo o del infierno para nadie. ¡Tajante diferencia!

No hay duda de que estamos hablando de la clase culta y responsable: Cuya importancia disminuyo con la ocupación nahua y que mas tarde parece haber sido totalmente eliminada con la Conquista y la Colonia y que hoy, se me ha dicho, “nos encontramos huérfanos de ella”.

Solo que hoy ya no existen ni la ocupación nahua ni el coloniaje español, y si la puerta esta abierta para cualquier aspirante a dominador de las conciencia y hay plena libertad religiosa, también sería oportuno que niños o niñas tutu-nakú puedan ser motivados, guiados y capacitados para poder convertirse en modernos y capaces NAKU SCOY. No hay que olvidar ni subestimar que las soluciones tradicionales de promoción humana en las regiones indígenas siguen fallando y seguirán fallando porque el progreso y el autentico desarrollo no son algo que viene de fuera, sino que brota de dentro. Deseamos que toda la potencialidad tutunakú pueda manifestarse nuevamente.

Por otra parte, y hablando de huellas, aunque sin división tajante, si parece haber la sensación de diferencias sutiles dentro de la etnia tutu-nakú; de aquello (mas que de aquellos) que pudiera tener ascendencia de origen de los desplazados, o no, del hoy Teotihuacan.

Una diferencia podría ser de la mezcla con personas de marcada ascendencia olmeca; por el rumbo de Amixtlan en el Estado de Puebla y por el rumbo de Coyutla en el Estado de Veracruz.

Otra diferencia importante también podría ser que en Veracruz la producción agrícola es dirigida por hombres seguidos de su familia. En tanto que en la Sierra de Puebla (donde parece que quedaron una mayoría de los desplazados de Teotihuacan) al menos he localizado cuatro enclaves en donde hoy, en la dirección de los trabajos agrícolas, destacan las mujeres. En uno de ellos, San Andrés Tlayehualancingo, he preguntado desde cuando sucede esto y me han contestado «desde siempre… es la costumbre» y al preguntar nuevamente… «y los hombres, ¿a que se dedican?» Se me ha dicho…»son comerciantes y viajan, o tienen empleos temporales en otro lugar” Y un joven que escuchaba, acotó socarronamente… “o se emborrachan”.

Esta ultima diferencia entre los desplazados o no del hoy Teotihuacan, lo interpreto como que en esas imponentes construcciones solo podemos suponer condiciones de ocupación total de mano de obra y que es explicable que la participación femenina en trabajos de subsistencia, liberaba mano de obra masculina para los más duros trabajos en la construcción.

LA INDISPENSABLE PREGUNTA

¿Que fueron hacer los tutu-nakú de la Costa del Golfo al Centro de México?

Solo podemos imaginarlo; pero no como algo fantasioso, desconectado de una posible condición humana; ya que llevar a otros las verdades propias, lo que uno valora, es consustancial al ser humano y puede ser algo autentico y generoso. O disfrazado; para sojuzgar, explotar o medrar. Solo que los tutu-nakú nunca han sido conquistadores: Además, tenemos otros antecedentes de esto en el propio México Indígena.

LOS OLMECAS.

Los estudiosos de los olmecas califican a su cultura como una «cultura madre» y mencionan el valioso antecedente civilizatorio que, se dice, llevaron desinteresadamente elementos útiles a grupos con los que establecieron contactos en puntos distantes.

Para, principios de la Era Cristiana (que se dan como inicios de la construcción del hoy Teotihuacan) al parecer los olmecas ya estaban en decadencia. Pero no es descartable considerar que algunos olmecas, capaces en algo (fueron muy hábiles como canteros y escultores) se hubiesen sumado a una aventura a todas luces pacifica y constructiva, y a la que fueron fieles, ya que al ser desalojados los tutu-nakú del Centro de’ México salieron con ellos y hasta hoy, ya muy mezclados, permanecen con ellos; también son ellos. La tutu-nakú es una cultura.

UN ASUNTO DE FONDO

Los tutu-nakú han tenido una gran tradición agrícola, se trata de un grupo con gran antiguedad en la zona. Su origen se pierde en el tiempo. Y en la zona que preferentemente han ocupado (la Cuenca del rió Tecolutla) la presencia humana detectada data de siete mil años.

En su avance agrícola se incluye el maíz, el frijol, el algodón, la vainilla, la calabaza, el chile, varias frutas tropicales, etc. y lo más importante: Con gran sabiduría y dignidad desarrollaron una cosmovisión y un sentido de valores originales que aun vapuleados, están vigentes hoy, y todo esto lo llevaron generosamente, y muy posiblemente, a una región de recolectores o de muy incipientes agricultores, que poco habían evolucionado y que todo su esfuerzo estaba centrado en solo subsistir; A ellos les llevaron su propia conciencia y su fe en la evolución humana, y con herramientas mínimas lograron resultados máximos: ¡La maravilla del talento unido a la voluntad humana!

Para quienes piensan que la construcción de estas pirámides se debe a nativos de la zona están en lo cierto. A los que ya debe de haber habido se sumaron los tutu-nakú del Golfo, que en su permanencia de siglos se convirtieron también en, nativos de la zona. Solo que la cosmovisión que llevaron y exaltaron y que esta inequívocamente presente en el lugar, también esta presente en el Golfo, y está desde tiempo inmemorial. No hay contradicción, solo afinación de realidades.

Reafirmamos: Los tutu-nakú llevaron (con sus conocimientos y valores humanos) su inigualable, realista y original cosmovisión. En torno a la cual, sin duda, funciono una efectiva convivencia humana, misma que hubiese sido imposible de lograr entre grupos de creencias dogmáticas extremas (o crees en lo que yo digo o te mueres) como las que han plagado a este país antes y después de la conquista española.

A lo anterior añadiremos que los tutu-nakú aportaron también algo de inapreciable valor y que merece mención especial; la de ser y haber sido un grupo amistoso, cultivador de la sonrisa, generoso, atento, agradecido y esto mas que explica que (de los cuatro puntos cardinales) haya rastros de visitantes o de nuevos residentes; y que esto alcanzara una autentitca condición plurietnica y pluricultural, misma que hoy estamos muy lejos de alcanzar.

Ahora bien; a juzgar por sus vestigios arqueológicos y considerar el gran MONUMENTO AL MAÍZ (y cuya realidad la obsesión por un mito, Quetzalcoatl, no permitió ver) es evidente que la difusión de ese cultivo (generador de civilizaciones) haya alcanzado, sin duda, una gran relevancia.

Todo lo anterior terminó con un amargo despertar: Llegaron los «guerreros», Apareció «el hombre como lobo del hombre» y su primera acción esta visible: Tapar con una «piramide» y un muro a ese símbolo de creatividad y gran visión que hoy, desde México, se ha esparcido por el mundo: EL MAIZ. Se impusieron, por algunos siglos, los «mitos fundadores». Ya es tiempo que las realidades triunfen.

MINIMOS ANTECEDENTES HISTORICOS DE LOS TUTU-NAKU

De lo mas antiguo que sabemos de los tutu-nakú (y que esta escrito) es, obviamente, a partir del Siglo XVI. Ellos no conocieron la escritura y no existen códices o se destruyeron. Sus huellas más elocuentes (incluyendo a sus famosas «caritas sonrientes») son arqueológicas y abundan; hay mucho inexplorado.

Las primeras noticias que tenemos en español sobre la cosmovisión tutunakú fueron el producto de la estancia en Cempoala (1519 a 1523) del joven español Francisco Ortega, que llego con Hernán Cortes y al que .antes ya hemos mencionado. Es en esas informaciones que algunos recibieron directamente del autor en las que se basaron, primero, Fray Bartolomé de las Casas (Los Indios de México y Nueva España) y después Fray Juan de Torquemada (Monarquía Indiana) quien añadió algo de su directa comunicación con los tutu-nakú ya que estuvo (segunda parte del Siglo XVI) al frente del Convento Franciscano de Zacatlan, Pue., y ahí fue informado que antepasados de este grupo participaron en la construcción de grandes pirámides, en rumbo inequívoco que señalan.

Por otra parte, Fray Bernardino de Sahagun en su máxima obra (Historia General de las Cosas de la Nueva España) dedica a los tutu-nakú unas cuantas líneas superficiales y negativas. En tanto que Bernal Díaz del Castillo (Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España) es elocuente al hablar de ellos y detalla algo de la información valiosa que proporcionaron a Hernán Cortes y que fue determinante en la alianza con los tlaxcaltecas y en la derrota de los aztecas.

Después de lo anterior pasaron varios siglos, hasta que un conocido historiador alemán (Walter Krickeberg) se ocupo de ellos en la primera parte del Siglo XX, «Die Totonaken» y mas tarde inserta una síntesis de este trabajo en «Las antiguas culturas mexicanas» (F.C.E. l982) y aquí asocia lo totonaco a sus huellas en Teotihuacan; las resalta pero no se define, y esto pasa inadvertido.

Posteriormente, en los años sesentas del Siglo XX, un grupo francés, encabezado por Alain Ichon, y en solo cinco comunidades del norte del Estado de Puebla, conocidas por su menor influencia tolteca o chichimeca (que sojuzgaron por mas de nueve siglos a los tutu-nakú) se llevo a cabo un estudio que se dio a conocer en forme de libro «La Religión de los Totonacas de la Sierra” (INICONACULTA l990).

Revisar los estudios tangenciales en ensayos o tesis profesionales que aportan algo útil esta fuera de esta presentación, y lo verdaderamente significativo es que entre la información directa recogida en Cempoala, Ver., en la primera parte del Siglo XVI y la obtenida en la Sierra de Puebla en la segunda parte del Siglo XX hay coincidencia. Por supuesto que, eliminados sus líderes culturales o espirituales, el olvido y la confusión han dejado sus huellas.

¿ESTE MUNDO O………EL OTRO?

Alguien ha señalado que la más estricta definición de la FE (base de todas las religiones) es la aceptación incondicional de lo que imaginamos verdadero, aunque no lo podamos demostrar. Es decir, toda religión se basa en un conjunto de dogmas (imaginarias verdades absolutas) que con frecuencia chocan con los dogmas de otras creencias; de aquí que las luchas religiosas sean implacables: Sobran ejemplos.

La cosmovisión tutu nakú la interpreto como algo libre de mitos imaginativos, ya que su consideración de lo SAGRADO (lo respetable, lo intocable, lo impecable) no parte de dogmas, sino de un elemental SENTIDO COMUN y de su propia percepción de la VIDA; ya que sin ella lo sagrado, o lo no sagrado, no existen.

Concentrémonos en REALIDADES; mismas que están fuertemente impresas tanto en TUTU-NAKU (Teotihuacan) como en la Imagen del Tepeyac, vista como códice indígena: Nada más realista y demostrable de que nacimos de una MADRE. Nada más realista y demostrable de que sin la NATURALEZA no podríamos vivir. Lo anterior tiene una condición total, “universal”. A lo anterior se le sumo algo particular y que solo era nuestro inicialmente, pero que hoy su importancia crece cada día más en el mundo: EL MAIZ.

Lo que antecede lo podemos considerar, sin eufemismos simbólicos, como parte de VERDADES ETERNAS. Vienen del pasado más remoto, y nos acompañaran hasta el fin de los tiempos.

Los tutu-nakú y los que con ellos se asociaron para legarnos esos impresionantes monumentos, y en cada uno de esos «cajones» de madera, o de adobes húmedos que al secarse al sol se compactaban, nos han dejado mensajes de gran significación: De que eran muy conscientes de su proyección hacia la ETERNIDAD. Hasta antes de su despojo y de su salida estaban centrados en este mundo real, y no en mundos imaginarios: Los «mitos fundadores» llegaron después y se estacionaron por siglos. Ahora tratemos de profundizar un poco más en lo simbólicamente manifiesto.

UN OBLIGADO ANALISIS: LA NATURALEZA.

A partir de los años sesentas del siglo pasado, La Organización de las Naciones Unidas (O.N.U.) inicia su Programa para el Medio Ambiente. En l972 tiene lugar (auspiciado por ella) la Primera Reunión Internacional sobre el Medio Ambiente en Estocolmo, Suecia. Una década después (en los ochentas) México, por primera vez, incluye en una Secretaria de Estado (SEDUE) en forma parcial, el tema de la Ecología.

Veinte años más tarde de esa primera reunión Internacional sobre el Medio Ambiente (1992) tiene lugar una segunda reunión calificada como «La Cumbre de la Tierra» en Rió de Janeiro, Brasil. México, como respuesta a los compromisos internacionales contraídos, refuerza su organización, crea una Secretaria especial que a algunos, en el sexenio pasado, les pareció una Supersecretaría, y paralelamente la acompaña una renovada legislación. En la actualidad (2004) los «Estados Soberanos» y hasta muchos «Municipios Libres» tienen sus propias estructuras protectoras del Medio Ambiente y Recursos Naturales Incipientes hoy algunas, pero crecerán.

Dentro del contexto anterior, y en el 2002, tuvo lugar la Tercera Reunión Internacional sobre el Medio Ambiente en Johannesburgo, África del Sur, en la que el Presidente Fox resaltó (Septiembre 3, de 2002) algo que le mereció muchos aplausos: «Apoyar a los indígenas es apoyar al medio ambiente.» Indicando que la única forma de preservar la biodiversidad es beneficiando a los pueblos indígenas. En esta etapa estamos; ojala sea un antecedente de futuros logros tangibles.

Solo que, internacionalmente, el asunto del medio ambiente (base de nuestra supervivencia) se esta convirtiendo en algo muy delicado: Ya se prevén serios conflictos solo por el agua, y un ejemplo concreto del rumbo que están tomando las cosas es que ya se vislumbra la intervención de los Estados Unidos (con apoyo de la ONU) en la llamada PRINFA (Primera Reserva Internacional de la Floresta Amazónica) en donde parte del territorio de ocho países: Brasil, Bolivia, Perú, Colombia, Venezuela, Guyana, Surinam y Guyana francesa, están considerados con la posibilidad de terminar con una «soberanía internacionalmente intervenida». Solución que en algunas escuelas del vecino del norte ya se maneja como preparación psicológica de esos alumnos en su «destino manifiesto».

Pero ahora centrémonos en lo nuestro: En México, donde históricamente los hispanos encontraron paraísos que ellos, y sus descendientes (criollos y mestizos) paulatinamente han estado convirtiendo en desiertos. La destrucción del suelo productivo ha sido y aun esta siendo pavorosa.

En los terrenos que no han sido desertizados del todo, los suelos agrícolas, pecuarios y forestales, en general, son cada día menos fértiles y productivos. Los bosques y selvas cada día mas mermados, El agua mas escasa y el petróleo (que no es renovable y del que estamos comiendo semillas o alimentos importados) solo le dan, algunos, treinta años de «aguante»: Este saqueo manifiesto hoy, tiene un antecedente: Los que plagiaron o arrebataron el sitio (hoy Teotihuacan) a sus creadores, desprovistos de esa convicción profunda de respeto a la vida terminaron como después lo harían los hispanos y sus descendientes: Como una letal plaga de la tierra. Una huella para la historia muchísimo más grande que las pirámides: La desertización de su territorio circundante.

LOS QUE SE ADELANTARON A SU TIEMPO Y AL NUESTRO

Hace ya dos mil años (mismos que tiene la cristiandad) los tutu-nakú nos dejaron, con los medios de que disponían en esa época, genialmente ilustrados en el hoy Teotihuacan y en la mal llamada “Pirámide del Sol”, motivos de reflexión que hasta, hoy estamos empezando a captar. Veamos:

Filósofos destacados han señalado que el ser humano solo tiene TRES relaciones fundamentales: La primera relación es CONSIGO MISMO, con su yo interno, su yo profundo, conciencia o como se le quiera calificar: De aquí parte su autoestima, su vida espiritual, su salud mental y la capacidad de servirse de la experiencia de sus antepasados y enriquecer la de sus descendientes.Aquí muestra la capacidad de evolución por sus propios medios: CULTURA. Algo negado a los mundos mineral, vegetal y animal.

La segunda relación del ser humano es CON SUS SEMEJANTES, Ya que no parece haber nacido para vivir aislado; además, necesita controlar sus conocidos impulsos animales y para superar “la ley de la selva” y ser constructivo, necesita acuerdos colectivos: Organización y reglas para la convivencia civilizada. En esta relación están los campos de lo POLITICO y lo JURIDICO.

La tercera relación es con su medio ambiente, CON LA NATURALEZA, de donde obtiene el ser humano TODOS los recursos para realizar su existencia. Todo lo anterior es la base de la ECONOMIA.

No hay ninguna posibilidad de una sana economía, y de la defensa de la vida humana, sin el manejo inteligente del medio ambiente; de la Naturaleza. Esta intima relación esta plasmada ahí: En la gran pirámide de cinco pisos, y su elocuencia es tan firme y tan convincente que le dedicaron un millón de metros cúbicos de construcción para exaltar su significación vital, para sacudirnos, para impresionarnos, para educarnos, para orientarnos. Veamos:

En su base esta el mundo mineral y el agua subterránea; fue edificada sobre un nacimiento de agua. Agua y tierra que al fundirse y evolucionar fueron la base de la vida (PRIMER PISO). Continua esta evolución con la vida vegetal (SEGUNDO PISO) Y sobre ella se instala otra forma de vida aun mas evolucionada, la vida animal (TERCER PISO) Y en el siguiente CUARTO PISO estamos nosotros, los seres humanos; los mas evolucionados. Pero solo hasta aquí llegamos. Cada forma de ser, de existir, tiene sus límites precisos.

Para el observador atento este cuarto piso esta SUBRAYADO, su lado externo en pendiente tiene un tajante corte vertical, pequeño pero inconfundible: Marca con absoluta precisión el lugar destacado del ser humano dentro del orden en la NATURALEZA.

El QUINTO PISO es solamente para lo SAGRADO, la misteriosa fuerza que nos hizo existir y evolucionar. Representada por el Agua, el Aire, la luz y el calor del Sol, etc. El Universo entero que nos rodea y del que somos parte. Esta idealización del CINCO TUTU-NAKU parece residir aquí. En donde el destacado sentido de la evolución de los antiguos tutu-nakú parece estar indeleblemente impreso. Hoy tenemos el ineludible deber de actualizarlo. Parar la destrucción y reconstruir.

Lo anterior nos lleva a consideraciones importantes: No podemos convertirnos en algo sagrado (adorar a un ser humano es contra natura), pero si podemos descender de nivel: Si vivimos bajo la ley de la selva resaltamos y alcanzamos nuestra latente condición animal. Por indolencia o trastornos serios de salud podemos ser tan inactivos y dependientes que llegamos a un nivel vegetal, y al morir regresamos al mundo mineral. Eso parece decirnos la hoy aun llamada Pirámide del Sol en sus cinco pisos. Elementales y fundamentales reglas para vivir y convivir. Sentido común estrechamente engranado a un sentido ético que nos lleva a imaginar que, desde lejos, cada niño tutu-nakú aprendía de sus padres esto y, seguramente, mucho mas. ¡Enorme bien podría provenir de reconstruir y revalorar lo valioso de nuestro pasado indígena! Lo que siempre ha estado aquí, lo que no llego del otro lado del océano.

SINTETIZANDO

Mencionare algo que parece ser una condición fundamental en una constructiva relación con la. Naturaleza: El ser humano solo se ennoblece si respeta lo Sagrado en la Naturaleza y vive al máximo su propia condición evolutiva: responsabilizándose de los niveles menos evolucionados que el mismo.

Esto es especialmente aplicable a quienes trabajan y viven directamente de la tierra.

Un autentico agricultor, hace dos mil años como ahora, es alguien que para su actividad económica fundamental (mas allá de lo “moderno”, insumos, mercados, subsidios, etc.) debe servirse de la Naturaleza sin destruirla. De aquí se ha derivado un principio fundamental: “En términos absolutos, solo lo biológicamente correcto puede ser económicamente correcto” (E. Pfeiffer).

Los tutu-nakú han sido, y siguen siendo, sobresalientes agricultores (muchas veces salvaron del hambre a los aztecas) y en forma marcadamente intuitiva lo han hecho bajo la norma mencionada y no parece ser sino obvio que en el hoy Teotihuacan ellos hayan ido a “predicar con el ejemplo”. Mientras ellos estuvieron ahí, este sitio debe haber sido un brillante foco difusor de civilización.

UNA ATENTA SUGERENCIA A LA ORGANIZACION DE LAS NACIONES UNIDAS

Hemos destacado que, a nivel mundial, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, ha convertido a esta organización en el adalid de la lucha por la supervivencia humana. También queremos destacar que el haberse remitido al pasado indígena de este continente como fuerza positiva en el respeto a la Vida y a la Naturaleza, por medio del popular mensaje “Manifiesto del Jefe Seattle”, la ONU ha obtenido un indiscutible acierto.

Ahora sugerimos que el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, estudie cuidadosamente las posibilidades y las potencialidades de TUTU-NAKU (hoy Teotihuacan) para que la humanidad entera (hoy globalizada) se entere de la gesta singular atrás de esos impresionantes esfuerzos por iluminar y destacar lo valioso de la vida humana, y el realismo para lograr representar (en forma destacada) lo indestructible de lo auténticamente SAGRADO. Todo, libre de taras sectarias, convenencieras, fanáticas o fetichistas.

El paso de mitos a realidades, en cualquier persona o sociedad, es enorme. Y en el caso de estos vestigios del pasado que estamos considerando (incluyendo las huellas de una salvaje destrucción) solo nos señalan que, en el largo plazo, el triunfo del PACIFISMO es inevitable. Otro gran valor que la ONU promueve.

OTRA ATENTA SUGERENCIA: A QUIEN CORRESPONDA.

Seria deseable que quienes se ocupan de estudiar el pasado se olviden un poco de su condición de anticuarios y, enriquecidos con lo que descubren, mas que adoradores del pasado pasen a ser celosos modeladores del futuro; dándole una aplicación positiva, aun a lo negativo del ser humano.

En TUTU-NAKU (Teotihuacan hoy) hay una veta valiosísima que apenas se empieza a delinear y que como herencia indígena, los indígenas de de hoy, en México (unos diez millones) también necesitan conocer. Es su herencia legitima, y muchos de esos herederos viven, preferentemente, en las partes altas de cuencas hidrográficas que necesitan de cuidado y protección, y en donde hay que hacer “lo biológicamente correcto”, mismo que se transformará en lo social económicamente sano y provechoso para ellos.

Finalmente un recordatorio; que ya próximo a celebrarse el primer centenario de la presentación del hoy Teotihuacan al mundo, esto necesita ser celebrado con logros de primera magnitud. A la altura de la joya arqueológica mas destacada del Continente Americano.

ATENDIENDO A UNA ATENTA E IMPORTANTE PETICION

Se me ha dicho algo que tomo muy en cuenta: “En tu segundo folleto (Testimonios l) tu .has escrito: “Lo del Tepeyac es un caso cerrado: Es un códice que se explica por si mismo…” “Así pensabas, pero no es suficiente hoy para la Sierra, ya que existe una gran duda: ¿Quien pinto esa imagen? ¿Por que? ¿Como? ¿Cuando?”

“Se nos había dicho que la pinto el Espíritu Santo y hoy para atacar al catolicismo, los “hermanos separados” llegan y dicen, a esa imagen la pinto el diablo” “¿Podías aclarar esto? ya que hoy algunos tutu-nakú (totonacas) que no son pocos, rechazan esa imagen, y así muchos de tus folletos se irán a la basura.”

Gracias por la voz de alerta, tratare de explicarme: Por principio de cuentas diré que de lo guadalupano hay “toneladas” de argumentos en pro y en contra, desde sus orígenes. Pero que tal vez podamos separar la paja del grano si consideramos solo lo históricamente verificable y comprobable. Sin confundir la realidad con el mito. Otro “mito fundador”.

LO QUE YO SE DE LA REALIDAD HISTORICA

1519

Llegan los conquistadores españoles a México, con Hernán Cortes como figura principal a la cabeza. Respaldado, en el fondo, por un acuerdo de los Reyes de España y Portugal con el Papa español Rodrigo de Borgia (Alejandro VI) padre de Cesar y Lucrecia Borgia, sus máximas recomendaciones. El acuerdo se reduce a esto: Saquear y dominar a cambio de “cristianizar”.

1521

Gonzalo de Sandoval, el llamado “genio militar de la conquista” y capitán de Hernán Cortes, y como parte del acoso a la Gran Tenoxtitlan, establece su cuartel en el TEPEYAC y a la vez destruye una escultura de piedra de muy popular veneración y de la que hoy solo su nombre se conoce TONANTZIN, nuestra querida madrecita. Lo que se sabe, por los cronistas hispanos, que este lugar era visitado por grandes multitudes, incluyendo algunas que procedían de lugares lejanos.

Con la derrota de los aztecas todos los lugares de culto indígenas se anulan; incluyendo al TEPEYAC.

1530

Regresa Hernán Cortes de su primer viaje a España, convertido en marqués pero desprovisto de todo poder. La reina Isabel de Portugal, esposa de Carlos V, por medio de un par de cartas lo obliga a no instalarse en la capital de la Nueva España, hoy Ciudad de México, hasta la llegada de la Segunda Audiencia, y Hernán Cortes se refugia en Texcoco en donde tenia amigos.

Ahí lo cerca Nuño de Guzmán, cabeza de la Primera Audiencia y representante del rey; le corta suministros y la mitad de la comitiva que lo acompañaba (doscientos españoles) su propia madre y su primer hijo con la marquesa, mueren de hambre.

1530

Llega la Segunda Audiencia y ya Cortes no se instala en la Ciudad de México sino que pasa a residir a Cuernavaca. Paralelamente su gran amigo y defensor, Fray Toribio de Benavente (Motolinia) monje franciscano de gran trayectoria y prestigio, regresa de Guatemala y también se instala en Cuernavaca, en el Convento Franciscano.

1531

Hernán Cortes (aun con gran popularidad entre muchos indígenas; los mismos que le ayudaron a derrotar a los aztecas) ayuda a Motolinia, con la aprobación del Obispo Fray Juan de Zumarraga, para organizar los bautismos masivos (por millones) que los indígenas aceptan con una condición extraoficial: La que se les devuelva el TEPEYAC. Lo que lograron y estuvo vigente por un cuarto de siglo a la vista de todos. Cortes alardeó, con posterioridad en España que el, solo, había llevado el cristianismo a mas personas que los Apóstoles de Jesús, juntos.

No hubo reposición del ídolo destruido sino que, en humildísima ermita de adobe desnudo (y bajo la mirada de Motolinia y sin intervención de su Orden) los indígenas instalaron (seguramente traída de España por Cortes en 1530) la copia de una imagen mariana que al parecer le fue obsequiada en el Santuario de Guadalupe de Extremadura, España. Las peregrinaciones indígenas continuaron y Sahagun las consigna y las desprecia.

Esta imagen que esta pintada en primer lugar (hay tres superpuestas) tiene a las espaldas de la Virgen, que sostiene al niño, un gran SOL de rayos muy vistosos. El Sol, el centro de muchas cosmovisiones de otras tantas culturas en el mundo De aquí arranca el siempre sospechado pero poco aclarado sincretismo del guadalupanismo mexicano. El historiador que más se ha acercado a esto ha sido don Edmundo O’ Gorman (Destierro de Sombras -l995 UNAM) que intuyó al menos parcialmente, lo que hoy ha revelado una tecnología muy avanzada; la que utilizó el investigador tejano Leoncio Garza Valdez, y que pudo penetrar al interior del Lienzo que hoy se venera en el Tepeyac, y descubrir las tres imágenes superpuestas.

1548

Muere el Primer Arzobispo de México Fray Juan de Zumarraga y Motolinia, que dos veces fue Provincial de su Orden, destaca aun mas convirtiéndose en el personaje que (sin nombramientos especiales) tiene la mayor y mejor experiencia de su tiempo y el consiguiente poder. El puesto de Arzobispo queda vacante por seis años y esto tuvo que favorecer el proyecto del Tepeyac y enfurecer a los que no estaban de acuerdo con el.

1554

Se crea una situación de gran expectación dentro de las Ordenes Monacales de la Nueva España: Llega el Segundo Arzobispo de México, Alonso de Montufar, con la consigna de “meter en cintura” a las ordenes religiosas que habían acumulado considerable poder y de aquí que (entre muchas otras cosas importantes) toma la responsabilidad de la Ermita del Tepeyac que antes no estaba formalmente, ni bajo la Autoridad Episcopal ni bajo las Ordenes monacales.

1556

“Aparece” la imagen actual de Nuestra Señora del Tepeyac (inspirada, sin lugar a dudas, en la cosmovisión tutu-nakú) la misma que está presente en el hoy Teotihuacan y que tiene, tapadas con pintura (hoy lo sabemos por el mismo descubrimiento de Garza-Valdés una fecha l556 (cuando se pinto) y unas iniciales M. A. (quien la pinto, Marcos Aquino).

El 6 de septiembre el Arzobispo Montufar destaca la imagen y la elogia, y el 8 de septiembre de ese mismo l556, el Provincial Franciscano Francisco de Bustamante, la denuncia y la rechaza. Enfatizando que fue pintada “por el indio Marcos”. Esto y mucho más lo expresó ante el Virrey, la Audiencia Real, los representantes de las Ordenes Religiosas y numerosos fieles en una ceremonia religiosa pública. Se crea un ambiente de gran confusión y enfrentamiento y esto ha quedado totalmente documentado, y el ya mencionado historiador Edmundo O’ Gorman (Destierro de Sombras UNAM 1995) lo detalla y lo analiza.

Aquí una aclaración fundamental: Esta ultima imagen, la de hoy, tuvo que haber pasado el, sin duda, cuidadoso y severo análisis del nuevo Arzobispo, mismo que antes había sido ya un fogueado inquisidor, no era un ingenuo frailecito, y Alonso de Montufar no solo acepto esta imagen (autóctona, original, de esta tierra) sino que la defendió y le construyo su primera capilla. A sabiendas de su impecable, inteligente y limpio significado indígena. Está mas que claro que aceptaba su naturaleza sincrética en condiciones de igualdad.

1556

Paralelamente a lo anterior, Motolinia deja Tlaxcala y se pierde (misteriosamente) todo rastro de su existencia. Años después (cinco) Montufar informa al Rey que Motolinia fue hecho prisionero por su Orden. Después, por los informes de Fray Geronimo de Mendieta (Historia Eclesiástica Indiana) deducimos que el gran Motolinia (en náhuatl “el pobrecito”) el mas sincero defensor y el mas involucrado con lo indígena, murió en prisión. Los cargos son obvios: Exaltar los valores indígenas insertándolos en una imagen supuestamente cristiana, pero medularmente indígena.

Los tutu-nakú de hoy tienen que saber esto: Que esa imagen no fue pintada ni por el Espíritu Santo ni por el demonio, o diablo, sino por el pintor indígena mas destacado de su tiempo, inspirado en la valiosísima tradición original de los tutunakú. También había que recordarles que ya es tiempo de dejar de cambiar oro por cuentas de vidrio.

1557

Al nuevo Provincial franciscano, Francisco del Toral (el anterior renunció) no le quedo otra opción que mover a Fray Bernardino de Sahagun (el mas furioso opositor de los bautismos masivos, de la Imagen del Tepeyac y de Motolinia) y de Tepeapulco pasa a Tlalteloco, y le encarga escribir algo para neutralizar lo que ya era un hecho: La aceptación oficial de la nueva imagen repudiada por los franciscanos.

De inmediato llega la violenta y truculenta reacción: Nace un mito; algo falso, marcadamente viciado; creado por un resentido intransigente (Sahagun) que apoyándose en su discípulo amado Antonio Valeriano redacta en el idioma náhuatl, lo que hoy conocemos como “Nican Mopohua”. Aderezada con toda la miel que mata mas moscas, brota la tierna y dulce leyenda de las “apariciones” del ayate, de las rosas hispanas, de Juan Diego, etc. Nace, tal vez, el más destacado y manoseado de nuestros “mitos fundadores”. Y aquí Sahagun (siempre a la sombra) exalta esa nueva figura nativa como la auténtica Madre del Dios Cristiano (por obligada obediencia de su Orden) en tanto que en su obra personal: “Historia General de las Cosas de la Nueva España”, en su capitulo sobre “supersticiones”, la declara: “invención diabólica para paliar (disimular) la idolatría.” Para Sahagun la Naturaleza era “diabólica”. Un fanatismo desbocado frente a un realismo indígena digno y sensato.

1649

El lapso de la última fecha considerada con anterioridad, y esta (92 años después) casi un siglo, la devoción a la nueva imagen calladamente, sigue marcadamente indígena, con su abierto sincretismo, con sus conocidas peregrinaciones habituales. Pero en esta fecha que estamos considerando llega un «parte aguas».

Los criollos, los hijos de los españoles nacidos en América, la casta dominante, descubre la potencialidad de la imagen como posible símbolo de su dudosa identidad; “indianos” no españoles, y adoptan esta imagen “mariana” como suya; la califican de «Sagrada Criolla» de’ «Conquistadora y Colonizadora». Así se sé sienten los favoritos de la «Madre de Dios». Superiores a los españoles (viejo trauma) y los jesuitas (educadores y guías espirituales de los criollos) entran en acción y refuerzan poderosamente esta apropiación, misma que mas tarde hace suya toda la Iglesia Colonial Católica incluyendo, con posterioridad, al papado de Roma. Atrapado, monopolizado, el sano y justo sincretismo oficialmente desaparece. El Nican Mopohua renace, y aunque escrito en náhuatl nadie lo entienda, lo básico del mito la «aparición» se convierte dogma casero y consentido.

1810

Como todos sabemos, hidalgo usa un estandarte guadalupano como símbolo de la lucha por la Independencia. Hidalgo es excomulgado y liquidado, pero la Independencia llega y con ella la Imagen del Tepeyac adquiere un significado marcadamente patriótico y laico (además del tradicional religioso) reforzando la identidad de la nueva Nación Mexicana ,que ya va para su segundo siglo de existencia.

Desprestigiada la leyenda; ahora sólo falta que en un rasgo de elemental decencia y honestidad, se acepte nuevamente lo que aceptó el Arzobispo Montufar: La condición sincrética de la imagen. Sin esta condición de igualdad en la concepción de lo SAGRADO, (un terco tapón de privilegio que hay que quitar) nunca habrá un sincero indigenismo; cuya base solo puede establecerse bajo una autentica igualdad humana.

Los fanatismos intransigentes son ya hoy, un anacronismo. Y los monopolizadores exclusivos de esta imagen la han rebajado torpemente, prefiriendo a los chinos que pagan regalías; no les interesan los pobres que solo han llevado humildes y sinceras limosnas y los mas pobres parecen ser los indígenas. Nada costaría reconocer la dignidad esencial de los auténticos dueños de esta imagen. A quienes fue dedicada.

Es triste que solo sean convenencieramente manipulados los principios básicos tutu-nakú y que ellos, generosamente, nos dieron a conocer en EDIFICACIONES COLOSALES en el hoy Teotihuacan. Algo que solo debería merecer una condición: Un lugar de respeto a esta Imagen que nos ocupa en su dualista verdad; objetiva e histórica.

ALGO SOBRE EL ARTISTA QUE LA PINTO.

Marcos Aquino fue el más famoso pintor indígena de la Nueva España en buena parte del Siglo XVI. Datos sobre su vida no abundan y el que mas se ha ocupado de él es el historiador ingles David Brading, que se ha ocupado también, en profundidad, del nacionalismo y del guadalupanismo mexicanos. Por supuesto que ignoramos, y tal vez ignoraremos siempre si pintó esta Imagen a partir solo de su propia inspiración, o que el conjuntar todos los elementos de una cosmovisión muy especifica fue a partir de quien le pidió hacer este trabajo. Me inclino por una combinación de ello. Tal vez esto fue, antes, discutido por un muy selecto grupo, y el desarrollo del trabajo artístico pudo haber tenido un seguimiento. Se trataba de un asunto demasiado serio (siglos de historia lo confirman), y Motolinia y hasta Montufar bien pudieron haber sido parte importante de este grupo; el resto indígenas ilustrados y convencidos de sus propios valores.

En cualquier caso Motolinia conocía y había usado los servicios de Marcos Aquino. Hay un antecedente importante: Mas de una década antes de que pintara la imagen actual, este pintor que nos ocupa había pintado un fresco en el Convento Franciscano de Huejotzingo, Pue., que cualquiera puede ver hoy, y verá ahí antecedentes inobjetables: Los mismos “ojos de paloma” y las mismas manos, en una Purísima Concepción. Remarcamos; pintada una década antes de l556. Tampoco hay que descartar (por su exquisita sensibilidad) que Marcos Aquino hubiera tenido ascendencia tutu-nakú. Espiritualmente la tiene y sólo puedo calificar de genial su interpretación de la cosmovisión más destacada, nacida y desarrollada en suelo mexicano.

Nuestra Imagen, basada en la cosmovisión tutu-nakú, supero a todas las imágenes importadas, todos lo sabemos, pero además, hay algo paralelo y aparentemente “misterioso” y de lo que hablé en el inicio de estos folletos: De la íntima asociación entre TUTU-NAKU (Teotihuacan) y la IMAGEN DEL TEPEYAC, los he calificado de almas gemelas. Esta asociación me parece tan real, y tan íntima, que paralelamente se están despojando, al mismo tiempo, de su molesta condición de mitos (de “mitos fundadores”) y dejan de estar aprisionados y manoseados con base en su pasado incierto. Me gusta pensar que están siendo simultáneamente liberados para aportar, juntos, su influencia positiva en el futuro de México: La Historia y la Arqueología; integras e integradas, tienen la palabra.

Agosto de 2004

Testimonios III

Testimonios III

Lipachi (mecapal)

INTRODUCCIÓN

Hoy deseo hacer un pequeño paréntesis para agradecer a mis amigos tutu-nakú sus generosas respuestas personales que me alientan a seguir adelante, insistiendo en lo que con estos folletos he iniciado; dar a conocer algo que ellos necesitan saber sobre su pasado remoto. Algo que, a no dudar, está grabado es su inconsciente colectivo, y que al hacerlo consciente los llena de satisfacción como nos llena a todos el encontrar lo que hemos perdido y que ya habíamos archivado en el olvido.

También quiero agradecer las respuestas alentadoras de un selecto grupo de admiradores del “México Profundo”, de antropólogos, de aficionados a la historia y de arqueólogos generosos que me han señalado pistas y requerimientos para dar mas posibilidad a mis intentos de, siquiera ser considerados, ya no digamos aceptados.

Tomando en cuenta lo anterior solo deseo aclarar que mi actitud es la de un buscador que cree en el valor de lo que busca y que se imagina en donde puede estar; así que no descarta ningún sendero por intransitable que pueda parecer para entender esta búsqueda. Partiendo de un impulso inicial de solidaridad humana he explorado por el rumbo de la antropología, por el rumbo de la historia y finalmente por el rumbo de la arqueología de la que soy solo un admirador y un simple aficionado y trato de complementar con mi habitual versatilidad la falta de un rígido entrenamiento tradicional.

El haber tratado de seguir las huellas históricas mas lejanas de los tutu-nakú es por lo que he llegado al hoy (todavía) llamado Teotihuacan y al asomarme a lo que de el se sabe veo que mucho es lo ya conocido, pero que se ignoran cosas fundamentales que le añaden un especial atractivo estimulante y retador.

Lo anterior explica el panorama un tanto confuso, saturado de información en donde lo intrascendente prevalece y en donde también se observa un excesivo afán de trepanar y rebuscar por todos los rincones así se tenga que dañar estructuras dignas de admiración y de respeto y que poco o nada parecen ser tomadas en cuenta en su posible significación profunda.

En este panorama no encuentro nada que pudiera referirse a tratar de imaginar siquiera los impulsos vitales, los principios rectores, las convicciones firmes que tuvieron que ser determinantes para haber realizado ese impresionante esfuerzo colosal (de siglos y de multitudes) que nos han dejado esta gran herencia que tiene todos los perfiles de querernos hacer sentir verdades profundas con sentido de eternidad.

Desgraciadamente, este vacío manifiesto e inquietante se ha pretendido llenar candorosamente (por más, de un siglo, al menos) con una burda tozudez poco racional; la de su condición “tolteca”. Una evidente aberración de cronología histórica, en el menor de los casos.

Considero que tanto la arqueología como la historia tienen que ver con el pasado, y que el pasado tiene que ver con la acumulación, asimilación y proyección de experiencias para entender mejor el presente y atisbar el futuro. Por lo anterior, tanto la arqueología como la historia no se pueden dar el lujo de olvidar lo que subyace en un mundo que algunos han declarado muerto, pero que esta tan vivo que es capaz de comunicarnos vigorosamente valores fundamentales y necesarios. Rastrearemos esto a su tiempo.

Antes de llegar al hoy Teotihuacan pasé por Tajin, también de origen tutu-nakú, y puedo resaltar la diferencia: En Tajin si estuvieron los toltecas y medio respetaron algunas construcciones originales, tal vez por motivos estéticos, pero un orden solemne como el de TUTU-NAKU (Teotihuacan) no existe. A Quetzalcoatl ahí si lo tenemos profusamente representado, como lo están los juegos de pelota (necesarios para la holgazanería guerrera) pero solo estos dos factores cambian todo lo que pudo haber sido una expresión sensible y respetuosa de una cosmovisión profunda como la tutu-nakú. En este caso no parece haber habido la presencia de una población cosmopolita como la que voluntariamente se congrega en torno a un lugar pacifico y sagrado. Ahí solo parece haber habido una población de amos y esclavos, mismos que se liberaron abandonando sorpresivamente esa ciudad. Ahora deseo resaltar: En TUTU-NAKU (Teotihuacan) los juegos de pelota y Quetzalcoatl (máximos emblemas toltecas) no parecen haber existido jamás.

Ahora bien; tratando de establecer con la mayor precisión posible la etapa restringida de la presencia tutu-nakú en el hoy Teotihuacan, y solo por su cosmovisión (tan destacadamente presente en el lugar) podemos deducir que esta etnia debe haber estado presente desde sus mas modestos principios, la etapa de las grandes construcciones, y hasta mediados del Siglo IV de nuestra era en que son despojados de su ciudad y territorio y emigran (en un obvio y doloroso éxodo y en una dispersión generalizada) hacia las sierras de los hoy Estados de Hidalgo y Puebla y algunos hasta el hoy Veracruz en donde han dejado sus huellas. Una de estas y tal vez la mas próxima a su sitio original es la de Atenamitic (hoy San Pedro Atmatla) cercano a Zacatlán, Pue. En este lugar un grupo de estos expulsados dejo claros rastros de que trataron, paralelamente de vivir del maíz, seguir con sus actividades artesanales y creativas y de iniciar la construcción de un centro ceremonial cuya existencia no llego a consolidarse del todo.

Lo que a continuación sigue es un intento de detallar un poco las características, o calificaciones que los tutu-nakú tienen para estar en primer lugar (entre las etnias existentes hoy) de haber sido a la que pertenecieron los creadores que destacan entre los posiblemente muchos secuestradores, salteadores y hasta aniquiladores finales del hoy Teotihuacan, en su larga existencia de siglos. Y por cuya acumulación y entremezclado de huellas estas son hoy casi imposibles de rastrear con precisión para siquiera intentar, con algún grado de confiabilidad, definir quienes fueron estos que hoy se califican, se enaltecen y hasta se elogian sin el menor pudor como «guerreros».

Ahora, con el calculo de probabilidades en la mano veamos, tratando de acercarnos objetivamente a una muy lejana realidad, que posibilidades pueden tener los tutu-nakú de haber sido, si no los únicos, si los actores iniciales prioritarios en el escenario que nos ocupa.

Veamos sus posibles aportes cualitativos y cuantitativos ligados tanto a sus huellas históricas y arqueológicas como a su realidad actual.

PACIFISMO Y OTRAS HUELLAS

En el muy prolongado tiempo en que se edificaron, no solo las mas importantes construcciones simbólicas principales sino todo lo que debe haber estado relacionado con ellas, el tener un clima de paz fue, sin lugar a dudas, un requisito indispensable y los tutu-nakú siempre han sido pacíficos y pacifistas, no como pose ideológica a la moderna, sino como condición dominante de su propia naturaleza intrínseca. Conscientes de sus valores en pro de la vida han sido y son congruentes con ellos.

Haber dejado su ciudad y no pelear fue repetidamente refrendado al dejar, con posterioridad, otras ciudades. Veamos ahora un solo botón de muestra de su pacifismo cotidiano; registrado y difundido por nadie menos que por Fray Bartolomé de las Casas (Apologética Historia) en referencia a la información que tuvo de Francisco Ortega; un joven hispano que llego con Hernán Cortes en 1519 y al que deliberadamente dejo en Cempoala para que se enterara y lo enterara de aspectos básicos de la vida de los tutu-nakú.

Esto es lo que nos dice el padre Las Casas:
«Lo hobe (la informacion) de persona que siendo muchacho lo vido por sus ojos estando solo entre aquella gente sin otro español alguno esto, después, siendo hombre de bien y tenido por buen cristiano me dio por escripto, por mi rogado, lo que dire tocante a la religion, ceremonias, sacrificios, leyes y costumbres de aquella provincia de los totones o totonacas».
Continuamos extractando lo siguiente:

«Otras muchas ceremonias y ritos en su religion tenian, que aquel que con ellos cuatro años estuvo y vido, de que en particular referirlas no tuvo memoria. Afirmo empero, una cosa que en todo ese tiempo nunca vido cosa fea e injusta que hiciese uno al otro, ni agravio ni rina, ni afrenta de palabra, ni de obra, sino que todos vivian en gran paz y sosiego y conformidad, humildes y amables unos con otros no teniendo cuidado de otra cosa, sino ocuparse en los actos y ejercicios de su religion.»

También he escuchado de ellos muchos argumentos y razonamientos interesantes sobre el pacifismo, pero mas que pretender una antología, me referiré a un testimonio singular; lo que me han dicho de una viejecita a la que se le atribuyen unos ciento veinte anos de edad y que vive en la comunidad d e Camocuautla, Pue., y que cuando le preguntan ¿a que atribuye su larga vida? ella responde.”A que he vivido en paz, sin meterme en la vida de otros y sin que otros me molesten.”

Como comprobación de que la vida se acorta con la violencia y el conflicto, lo podemos constatar con los mismos grupos guerreros, que como tales siempre terminan desapareciendo. Así sean los “invencibles” romanos, los toltecas, aztecas, nazis, etc.

La violencia destructiva en el hoy Teotihuacan parece haberse iniciado con el desalojo de sus constructores originales y con el intento de destruir la Pirámide del Maíz; lo que bien puede señalar un rumbo: Salvajes que no habían evolucionado a nivel de agricultores podría ser una posibilidad realista.

Ahora consideraremos otras huellas interesantes de los tutu-nakú y (por la naturaleza de este trabajo) solo nos limitaremos a algunas informaciones de Walter Krickeberg autor de “Las Antiguas Culturas Mexicanas” (F.C.E. – 1982) Y que nos hace una síntesis de un trabajo previo suyo “Die Totonaken”.

No trata de insertar a los totonacas en Teotihuacan, lejos de eso, pero tal vez sin querer se tropieza con ellos: Señala que el origen de los teotihuacanos era la Costa del Golfo (como los totonacas) que los teotihuacanos estaban estrechamente ligados a los olmecas (como los totonacas) y también descubre rastros totonacas en vasijas, relieves, arabescos, “yugos”, frescos, en el “Dios Gordo”, etc., encontrados en Teotihuacan.

Asegura que la gente del Golfo es braquicefala y presenta achatamiento craneano, siendo la de más pureza la totonaca. Si; al igual que las calaveras encontradas en Teotihuacan. Y recalca que esta peculiaridad (braquicefalia y achatamiento craneano) no se encuentra entre nahuas, otomíes o arcaicos.

Le sorprende ver la similitud entre una cabeza olmeca excepcionalmente hermosa, de jade, que había pertenecido al Museo de Etnología de Berlín, y otra idéntica, proveniente de las montañas del norte del Estado de Puebla, zona totonaca.

Por otra parte, señala que los totonacas, al igual que los habitantes de Teotihuacan, enterraban a sus muertos bajo los pisos de sus casas. Acepta que las construcciones y esculturas del Golfo se entrelazan con las de Teotihuacan y destaca la ausencia total de símbolos be1icos y dioses de guerra en Teotihuacan, a diferencia de la importancia que tales dioses y símbolos militares tenían en el arte tolteca y azteca. En otras palabras; sin decirlo, destaca el pacifismo de los teotihuacanos, cualidad o condición idéntica a la de los totonacas.

No obstante, ante este cúmulo de identidades y de evidencias se muestra escéptico y prefiere dar crédito a una etnia inexistente, la teotihuacana, y no a una etnia real, la totonaca. Al respecto escribe: “La influencia parece haber sido ejercida por los teotihuacanos sobre los totonacas.” e insiste al seguir hablando de similitudes… “C1aro, esto no prueba que los fundadores de Teotihuacan hayan sido los totonacas.”

LIPACHIN: TRANSPORTAR, CONSTRUIR, SOBREVIVIR.

Cualquiera que transite por las veredas de la Sierra se encontrara con personas de todas las edades y condiciones que llevan una carga, sostenida con su cabeza y sobre la espalda, por la vía de una sencilla correa o banda tejida ancha, y en cuyos extremos hay cordeles o lazos que sujetan la carga: Lipachin (mecapal ).

Por extraños motivos este hecho siempre me llamo la atención, así que he tenido una actitud de observación alerta y consciente, y en mi memoria he archivado muchas cosas referentes a mis encuentros, algunos momentáneos, otros prolongados, con personas de todas las edades que han llevado cargando algo. La mayoría leña para combustible; la mitad de su comida ya que no la comen cruda.

Me impresionaron especialmente algunas ancianitas, ya muy fatigadas y haciendo un gran esfuerzo que, seguramente, lo han hecho cotidianamente durante toda su vida. Las he encontrado cargando igualmente bajo un sol abrasador que bajo una lluvia pertinaz. Mi admiración y mis respetos.

Tratando de, paralelamente, a mis empeños por conocer otra cultura y sus peculiaridades y valores fundamentales, y con algunas habilidades manuales con que cuento, así como con un bien equipado tallercito personal, diseñe lo que yo llamo “carretilla serrana” (pukukan en tutu-nakú). Una especie de híbrido entre “diablo” por sus ruedas pequeñas al frente y carretilla tradicional por llevar estas dos pequeñas ruedas juntas en el centro, del ancho de una estrecha vereda y capaces de transitar por veredas un tanto cuanto hundidas, y teniendo dos brazos y una pequeña plataforma como carretilla tradicional y muy poco peso; ligeras y manuables.

He obsequiado unas veinte de ellas; con distintos resultados en cuanto a aceptación y uso, pero eso no ha sido lo importante.

Lo verdaderamente importante para mi fue el amplio panorama que se me abrió ante algo fundamental: Todo el valor que tiene una gran tradición de la que están muy orgullosos: La de ser los mejores cargadores, comparados con otras etnias serranas y sin comparación posible tratándose de mestizos pobres que también cargan.

Lo anterior me señaló un fresco rumbo a considerar aspectos históricos fundamentales; como el que los tutu-nakú contribuyeron a la derrota de los altivos y prepotentes aztecas no solo con informaciones fundamentales, sino que Cortés se debe haber convencido a si mismo que bien va1ia la pena hundir sus naves, sabiendo que los tutu-nakú serian capaces de trasladar toda la maquinarla de guerra de los conquistadores; primero a T1axcala y después a Texcoco. Con lo que quedo de manifiesto su condición de cargadores de exe1encia; no más, no menos, que como los raramuris (tarahumaras) son corredores de excelencia.

Acto seguido, traté de indagar como un chico o chica (todos aprenden a cargar) se preparan física y mentalmente para poder ser eficientes cargadores, y encontré toda una gama de interesantes detalles, por lo que ya no quise pecar de curioso sino que, de inmediato, salte a una conclusion tan sencilla como fundamental, y que me sorprendió la tardanza con que tuve que abrir los ojos y despertar: Las impresionantes construcciones del hoy Teotihuacan solo pudieron haber sido posibles (millones de metros cúbicos de construcción) con familias enteras de cargadores de excelencia como las que he encontrado por las veredas y caminos de la Sierra.

Hay (aun dentro del propio mundo indígena) quienes desprecian a “simples cargadores” pero no solo lo son en razón de su propia supervivencia, sino posiblemente también por la de ser herederos de una lejana tradición de creadores de lo que hoy consideramos como “joyas arqueológicas”. El inconsciente colectivo tiene la palabra.

Ahora meditemos un poco sobre la complejidad y gran merito de haber construido esas pirámides: Veamos un “botón de muestra” que se refiere a la pirámide de “la luna” (a la Maternidad) y que extraemos del libro “Teotihuacan 1980-1981 Nuevas Interpretaciones INAH-1991 “Trascripción de Maquina” – Pag. 119

“Cuatro cubiertas pueden claramente distinguir en esta excavación: La primera, de afuera hacia adentro, consiste de piedras cementadas con barro; (subrayados nuestros) sigue después otra, hecha de lajas, pedazos chicos de toba volcánica o tepetate y piedras chicas de tezontle, de lodo argamasado con barro; la tercera envoltura es de adobes asentados horizontalmente y muy apretado, pues con dificultad se perciben las junturas: No se nota que se haya extendido lodo para juntar los adobes sino que fueron puestos cuando todavía estaban húmedos “

Lo anterior significa que no solo hubo que acarrear y subir tierra y piedras sino también AGUA, mucha agua¡ Respecto a lo anterior he notado que el acarreo de agua es, preferentemente, tarea femenina y hasta infantil, por lo que solo puedo imaginar (como antes lo he dicho) que familias enteras, desde niños hasta abuelitas, deben haber participado en esas construcciones tan impresionantes. Si para mantener su entusiasmo alguien les señalo que con su meritorio esfuerzo asombrarían a muchas generaciones no los engañó. Así el milagro es explicable y no es menos milagro ¡

¿CARGADOR ESTRELLA Y SACERDOTE?

La importante revista “Arqueología Mexicana” en su numero correspondiente a Enero-Febrero de 2004 ha llegado oportunamente a nuestro auxilio, al dar a conocer el descubrimiento de una excepcional obra escultural en mármol que, al integrar sus 160 fragmentos esparcidos en el lugar, ha quedado como la vemos en la fotografía adjunta, y que sus descubridores han catalogado como “uno de los ejemplos escultóricos mas espectaculares de la plástica teotihuacana.” Mide 128 cm. de altura y tiene un peso aproximado de 140 Kg., y se remarca… “los rasgos faciales son realistas y siguen el patrón que estuvo en boga durante todo el esplendor teotihuacano” Y nos da la descripción detallada de dos particularidades muy importantes y a las que nos referiremos mas tarde: Su cuello “corto y espeso” y “las manos enseñan sus palmas ahuecadas hacia el frente; enmarcadas por dedos semiflexionados.”

La anterior escultura “fue tallada en fino mármol de calcita. Esta roca no es oriunda del Valle de Teotihuacan ni de sus alrededores inmediatos. Los yacimientos más próximos se encuentran en los Estados de México, Hidalgo, Puebla y Guerrero.”

El articulo de cinco autores de “El Cautivo de Mármol de Teotihuacan” señala “Dios, ancestro divinizado, personaje histórico, cautivo de guerra, son algunas de las hipótesis que barajamos al descubrir la imagen. Después lo identifican con una figura “generalmente de alto rango militar” y la imaginación los hace explorar por muchas posibilidades, y hasta la de un “amarrado” para ser sacrificado y hasta deducen…”Así las imágenes utilizadas para expresar, imponer y legitimar el poder, fueron las mismas que se profanaron para afrentarlo, rechazarlo y desacralizarlo” Es su conclusión final.

Considerando lo anterior me permito añadir una opción “alternativa” muy sencilla y ajustada a sus realistas rasgos faciales que son los mismos que he encontrado por las veredas de la Sierra Norte Pob1ana en personas tutu-nakú, que con gran orgullo usan su “lipachin”.

Estos son mis razonamientos:

  1. El personaje de marmol no parece un “Tlahuicole”; un autentico guerrero esbelto, musculoso, agil jugador de pelota y holgazan.
  2. Por sus facciones y su cuello “corto y espeso” bien parece un gran cargador estrella que podemos encontrar en una central de abastos y que merece el mismo respeto que cualquier persona.
  3. La posición de las manos las he visto un par de veces en la Sierra y bien puede tratarse de lo mismo: Una persona fuerte, sin bajar su propia carga, ayuda a otra más debi1 que va adelante; con sus manos alijera el peso, especialmente en tramos dificiles. Las manos que ayudan tienen la misma posición y otras figuras, también encontradas en Teotihuacan, tienen la misma actitud: Ayudar a otro con su carga.
  4. Una ref1exion seria y especial: Considero que trabajar con dedicación por algo sagrado, y destacando en ello; como en exaltacion de la vida y lo que la hace posible; la Maternidad, la Naturaleza y el Maíz, esta escultura bien puede representar a un gran lider cultural. Si muestra sus manos como ayudando a otro a llevar su carga; esto bien puede aplicarse a algo simbólico: Ayuda no solo en la tarea de construcciones materiales, sino también en el plano espiritual. Esta escultura que seguramente representa a un ser excepcional nos induce a preguntar ¿Que podría impedir que fuera la de un destacado sacerdote? Se ha hablado mucho de una clase sacerdotal que pudo haber actuado en el hoy Teotihuacan. Tiene que haber sido muy diferente de la que conocemos hoy. Sabemos que eran individuos selectos escogidos por su capacidad de ganarse la vida como cualquier ciudadano y capaces de servir desinteresadamente. Que lejos estamos del esplendor TUTU NAKU (Teotihuacan).

Testimonios II

Testimonios II
La realidad histórica tiene muchas maneras de ocultarse. Una de las más eficaces consiste en mostrarse a la vista de todos (…) nos obliga a frotarnos los ojos y a confesarnos que habíamos sido víctimas de una extraña ilusión de óptica histórica.
Octavio Paz

¿Tlaloc y Quetzalcoatl?

INTRODUCCIÓN

La significación tutu-nakú que hemos dado al monumental sitio hasta hoy llamado Teotihuacan nos obliga a acercarnos con cautela, pero sin miedo, a esta singular joya arqueológica: La mas importante del Continente Americano. Tratar de probar nuestra teoría siempre será más fácil que lo fue el tratar de probar que la tierra era redonda y … ¡fue redonda!

Pero no se trata de probar algo por el deseo de destacar, sino por el sano anhelo de aportar algo positivo a una étnia mexicana excepcional cuyo “premio” a algunas de sus distinguidas cualidades (como el pacifismo, y la creatividad ligada a la humildad) ha sido, hasta hoy, utilizar el peyorativo “naco” para despreciar todo lo que huela a indígena. Esto, en su caso, después de padecer (en distintas formas y por nueve siglos) la supeditación humillante por parte de grupos nahuas; toltecas, chichimecas y aztecas.

Por eso hoy daremos prioridad a algo que preocupa especialmente; la suerte que podría correr, en el corto plazo, el anteriormente llamado “Templo de Quetzalcoatl” y hoy sólo mencionado como “Pirámide de la Serpiente Emplumada”. Un monumento de especial sentido simbólico, muy propio, y que nada tiene que ver con el mito nahua “Tepiltzin-Quetzalcoatl”.

SEÑALES DE ALARMA

Hace ya algunos años que se ha venido hablando de su paulatina destrucción pero, recientemente, las dudas sobre su futuro han resaltado (sin amarillismo) en una publicación seria (National Geographic en Español) de julio de 2003 en un artículo de Alejandra Xanic “Al auxilio de la Serpiente Emplumada”.

Sólo tres meses más tarde, 8 de octubre de 2003, en la sección “Cultura” del Diario Milenio aparece un artículo firmado por Leticia Sánchez en el que habla de “riesgo de colapso”. Mas que este término, lo alarmante parece ser el manifiesto analfabetismo histórico que está presente en las opiniones de quienes oficialmente son responsables de controlar esa situación, y que bien parece ser “jaulas conceptuales” que justifican esa famosa expresión de Ortega y Gasset: “Un hombre se define mas por lo que cree que por lo que piensa. La sustancia de la historia, su meollo, no son las ideas sino lo que está debajo de ellas: las creencias.” Por siglos, la creencia de que Teotihuacan era obra de toltecas prevaleció y, al venirse al suelo, sin explicarlo ni definirlo con precisión y veracidad, se sigue insistiendo en que el ejemplar y obvio logro de pacifistas fue obra de “guerreros”.

En el anterior panorama se agrega un elemento a esta situación que, seguramente sin proponérselo, induce a considerar la posibilidad de que se agrave la situación de la Pirámide de la Serpiente Emplumada. Se trata del Número 64 (Vol XI) de la importante revista “Arqueología Mexicana” correspondiente a noviembre y diciembre de 2003 y dedicado, casi exclusivamente al tema “Teotihuacan – Ciudad de Misterios”. Se justifica este título pero aquí lo alarmante no es lo que se dice sino lo que se calla. Este número especial está lleno de información básica y valiosa en muchos sentidos, incluyendo alguna que tenemos que descifrar “entre líneas” pero, directamente, no hay nada que se refiera a la problemática que enfrenta la pirámide que hoy nos ocupa. Bien; enfrentemos lo peor… ¡desaparece, o queda reducida a un montón de escombros!

SIN MAÍZ NO HAY PAÍS

Por supuesto que aún desapareciendo físicamente, quedaría en la memoria esa colosal ofrenda al MAIZ, y a los muertos por el maíz, los que vivieron para el maíz; para hacer posible ese enorme esfuerzo civilizatorio; algo que constituye la base misma de la cultura profunda y absolutamente original de este país. Estamos hablando de lo más profundo del México Profundo: Los MUERTOS y EL MAIZ. Lo explicaremos:

Consideremos que se trata de una ofrenda a los muertos porque el número de sus pisos o niveles es SIETE, el número que en la cosmovisión tutu-nakú se aplica a los muertos. Los mismos siete pisos que tiene la Pirámide de los Nichos en Tajín, que no sabemos que alguien haya perforado para saberlo pero tal vez también pudiera tener muertos de méritos relevantes. Por otra parte, la orientación de esta ofrenda que nos ocupa es importante: Esta orientada al poniente, a donde el Sol “muere” cada día para ellos, el ocaso es la zona de los muertos.

Refiriéndonos al MAÍZ, acompañamos una ilustración para mostrar sus mas destacados motivos ornamentales: Una figura que semeja estar hecha de granos de maíz y a la que el “Tlaloc” es inaplicable por tratarse de una deidad llegada con mucho tiempo de retraso; nahua, por supuesto. Es más creíble que se trata de “El señor del MAÍZ” tutu-nakú. El otro destacado motivo ornamental es una cabeza de serpiente que no tiene plumas, que es absurdo asociarla a un quetzal y que emerge de entre hojas de maíz.

De que esta pirámide se destruya no sólo sería algo triste, sino que también sería algo irónico: Esto vendría después de noviembre de 2003 en que la UNESCO declaró a la festividad indígena de “Día de los Muertos en México” como “Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad”. Algo muy relevante y justo. Así que antes que quede reducida a escombros esta monumental ofrenda tutu-nakú, tenemos que meditar lo que señaló en París Koichiro Matsura, Director General de la UNESCO: “El propósito de estas proclamaciones no sólo es reconocer el valor de algunos elementos de estos patrimonios intangibles; estos representan el compromiso de los Estados para implementar planes que promueven y protejan las susodichas obras maestras.”

Aquí sólo queremos resaltar que “TUTU-NAKÚ” (Teotihuacan) bien merece la defensa y el conocimiento básico y profundo de los propios mexicanos, independientemente del interés que se manifieste en el exterior.

HABLEMOS DE SIGNIFICADOS

La significación de la pirámide a la que hoy nos hemos venido refiriendo es crucial; “TUTU-NAKÚ” (Teotihuacan) fue la primera gran cultura del maíz, en el mundo, por supuesto. Y esta monumental ofrenda es la mas contundente comprobación de alto grado de excelencia (diríamos hoy) y de eficiencia productiva en el grano más importante de México. Fue seguramente un gran refinamiento el uso de serpientes en el control de roedores y algo que, aún limitado, todavía está presente en nuestro país.

¿Qué pudo haber sido determinante en la final caída y destrucción de “Teotihuacan” (TUTU-NAKÚ)? Muy probablemente el hecho de que los que despojaron a los tutu-nakú de su gran ciudad (guerreros o salteadores) fueron incapaces de mantener el alto nivel de producción agrícola; misma que había hecho posible esa gran civilización. Que eso terminó en desertización es comprobable hasta el día de hoy, algo parecido sucedió en su segunda gran ciudad TAJÍN. Ahí, cansados del yugo Tolteca, abandonaron la ciudad por el año de 1200 y esta pereció, invadida por la selva y localizada nuevamente hasta 1785.

¿PODIA PROBARSE LO NEGATIVO DE SU OCUPACIÓN “MILITAR”?

Por supuesto, ya hemos hablado algo de esto. Los nuevos amos taparon con un muro esa valiosísima ofrenda al maíz y a sus genios agrícolas. Construyeron otra “pirámide” enfrente e iniciaron la destrucción del monumento. Cómo todo cazador probablemente odiaban o temían a las serpientes; aunque nunca sabremos los detalles. Pero si sabemos que los que abandonaros el original “Tutu-Nakú” regresaron a su región de procedencia original. No todos llegaron hasta la Costa del Golfo, muchos se quedaron en la Sierra, pero entre la sierra y la costa la tradición de utilizar serpientes, aunque en menor medida, aún está vigente.

NO HA MUERTO LA MEMORIA HISTORICA

Llego a nuestras manos un valioso respaldo: “NUESTRO MAÍZ”, dos tomos con 30 monografías populares sobre los mas diversos aspectos de la producción de maíz, principalmente procedentes del México indígena. El Prólogo a cargo del entonces Director del Museo Nacional de Culturas Populares, Guillermo Bonfil Batalla. Esa institución registró este trabajo en 1982.

Bien; al grano. En el trabajo “Mito, Historia y Realidad en el Cultivo del Maíz” correspondiente a la Comunidad de Francisco Sarabia, perteneciente al Municipio de Papantla, Veracruz, encontramos esto:

“La víbora mazacuate también se relaciona con la siembra, porque nosotros tenemos la creencia de que este animal nos puede ayudar. Muchos de los que creemos esto lo dejamos en la milpa, ya sean en el centro o en algún lugar en donde pueda refugiarse, porque no perjudica y si en cambio sirve para que coma los ratones del monte que perjudican la siembra (…) Además este animal ve en peligro su vida, no sale de día, solamente tiene las noches para buscar su alimento y siempre está en peligro porque Dios lo puede matar en cualquier momento”.

UN POCO MAS DE MEMORIA HISTORICA

Respecto a la comunidad misma nos informan: “Francisco Sarabia, originalmente San Francisco, es una comunidad recientemente poblada, cincuenta años a los mas, a la que han confluido gente de muy diversos lugares de la región serrana del estado de Puebla.”

También nos dicen: “En la comunidad de Francisco Sarabia todos sus habitantes hablan el idioma totonaca, el 50% de ellos provienen del Estado de Puebla y el otro 50% del Estado de Veracruz.”

Las posibilidades son que los del estado de Puebla sean descendientes de los tutu-nakú que construyeron la gran ciudad en el hoy Estado de México, y que los veracruzanos descienden de los que no tomaron parte en esa gran aventura. Los cierto es que sus informaciones combinadas tienen una gran riqueza. Lo confirmaremos enterándonos de otra parte de su misma monografía: “La planta de la que se originó el maíz”.

“Por la parte de nuestra creencia, dicen los abuelos que el origen del maíz es la planta que se llama “tepetzintle” (maíz del monte) o en nuestro idioma totonaco KONE (no tiene traducción). Es una planta pequeña del monte que crece aproximadamente como 40 cm, con hojas en la forma que tienen las palmillas, sólo que mas angostas, y a la que también le sale su fruto en forma de una mazorca pequeña pero los granos son casi iguales a los del maíz, nada mas que no se comen. El tepetzintle sólo sirve como planta de ornato para la semana santa y otras fechas festivas.”

“Hay otra planta que conocemos como “El tío del maíz”; es una que crece a la altura de las milpas y es parecida porque tiene sus hojas largas y un poco angostas, como las de la milpa; el tallo es mas delgado y resistente que el del maíz, casi como el carrizo. El tío del maíz se parece mas a este en la flor, nada mas que de esta salen semillas y no una mazorca; siempre nace en donde hay milpas sin que nadie lo siembre, a veces cuando abunda y estorba lo tumbamos, pero nunca se acaba porque toda la semilla que le sale casi todo vuelve a nacer al estar en el suelo. Su nombre en nuestro idioma totonacas es xkuko liwat que quiere decir tío de nuestro alimento…”

Si a la información anterior agregamos la que nos da el Popol Vuh (el libro sagrado de los mayas); que los mayas llevaron el maíz de la zona totonaca de Mizantla; concretamente de Paxil y Cayalá, no nos queda más que deducir que la étnia mexicana que tiene mas posibilidades que ninguna otra de haber sido la domesticadora (creadora) del maíz es la TUTU-NAKÜ.

AHORA, ALGO SOBRE QUETZALCOATL.

¿Cómo explicarnos las equivocaciones de siglos en estos asuntos? No nos queda sino acudir a un pasaje del extenso prefacio que Octavio Paz escribió para la presentación del libro “Quetzalcoatl y Guadalupe”del francés Jacques Lafaye, (F.C.E.). Esto es lo escrito por Octavio Paz en octubre de 1973.

“El mito de Quetzalcoatl/Santo Tomás nunca fue realmente popular. Desde el principio se presento como un tema de interpretación histórica y teológica mas que como un misterio religioso.”

“Su nombre es nahuatl, pero es un dios antiquísimo, anterior al nombre como lo conocemos. Fue una divinidad de la costa asociado al mar y al viento que asciende al altiplano, se asienta en Teotihuacan como un gran dios y, destruida la metrópoli, reaparece en Tula varios siglos después, ya con su nombre de ahora. En Tula se desdobla; es el dios creador y civilizador Quetzalcoatl, deidad que la gente de Tula, recién salida de la barbarie, hereda o roba a Teotihuacan; y es una sacerdote que tiene como nombre ritual el del dios (Topiltzin-Quetzalcoatl). Tula es devastada por una guerra civil religiosa que es también un combate mítico entre las deidades guerreras de los nómadas y el dios civilizador originario de Teotihuacan, Quetzalcoatl – ¿el dios o el rey-sacerdote?- huye y desaparece en el lugar “donde el agua se junta con el cielo”, el horizonte marino donde aparecen alternativamente Vesper (la estrella Venus) y Lucifer. La fecha de la desaparición y transfiguración de Quetzalcoatl en la estrella de la mañana (Venus) es un año ce-acatl (987) y el año de su regreso, dice la profecía, sería también ce-acatl”.

ASUNTO DE PROFECIAS

La llegada de Hernán Cortés y su gente a México fue en 1519, un año también ce-acatl y esta coincidencia tuvo enormes repercusiones. En ese tiempo (testimonio de Sahagún) la celebración de la llegada de un año ce-acatl era motivo para que los nobles aztecas hicieran celebraciones y ofrendas a Quetzalcoatl. Era el dios de la clase dirigente y la garantía “tolteca” de la dinastía azteca.

Según Francisco López de Gómara (Historia de la Conquista de México) Moctezuma tomó a Hernán Cortés y a sus españoles por descendientes de los toltecas que habían acompañado a Quetzalcoatl de Tula a su exilio y que venían a cumplir la profecía de restaurar una nueva “edad de oro”.

Bernal Díaz Castillo (Historia Verdadera de la Conquista de Nueva España) declara; “que verdaderamente debe ser cierto que somos los que sus antecesores, muchos tiempos pasados, habían dicho que vendrían hombres de donde sale el sol a señorear aquestas tierras y debemos ser nosotros.”

Moctezuma hizo llevar ante Cortés los ornamentos sagrados de Quetzalcoatl quizá con el fin de verificar su autenticidad.

El ya citado Jacques Lafaye (Quetzalcoatl y Guadalupe) nos dice; “Quetzalcoatl fue también para los españoles, gracias a la profecía de su retorno, la confirmación de su papel providencial. Este personaje –hombre, héroe, dios o nigromántico (chamán)- tranquilizaba la conciencia de unos y de otros. Para los indios era la única compensación metafísica del cataclismo de la conquista y para los españoles el que anunció su llegada.”

Dos religiosos; el dominico Diego Durán, y el jesuita Fran Juan de Tovar, dieron pie para generar la primera creación del espíritu criollo ante el desprecio de los gachupines: La presunción de una tarea evangelizadora cristiana por parte del “papa Topiltzin”, atribuyendo un espíritu cristiano a Quetzalcoatl, y mas tarde asociándolo al apóstol Santo Tomás. Algo que casi destruyó al originalísimo dominico Fray Servando Teresa de Mier ya en el siglo XIX.

Jacques Lafaye concluye: “No cabe hablar de identificación, sino mas bien de coincidencia misteriosa entre Quetzalcoatl y Jesús.”

Por lo que se quiera, los Siglos XVII y XVIII fueron los siglos en que el mito Quetzalcoatl mantuvo emocionados a los criollos (que lo llegaron a llamar “Fénix de Occidente”) o sea Ave Fénix de América. Y de este fuego aún quedan cenizas entre admiradores del aún Teotihuacan y de su desafortunada propiedad “tolteca”.

RECUPEREMOS EL TIEMPO PERDIDO

Por siglos se ha perdido la oportunidad de haber atribuido y respetado en “Tutu- Nakú” (Teotihuacan) a su verdadera naturaleza sagrada: Su representación de la VIDA, la gratitud a la VIDA y el respeto a la VIDA. Y que (al igual que en Tonantzin- Guadalupe) dan relevancia al pasado indígena.

También se ha desaprovechado su condición de aula magna para elevar el nivel de consideración a la estropeada dignidad indígena o la posibilidad de recuperar su autoestima. Así como la importancia de resaltar otros valores: El pacifismo como las mas firme herramienta de avance civilizatorio y constructivo. El aprecio a la humildad y a la modestia, etc.

Recalcamos: En “TUTU-NAKÚ” (Teotihuacan) tenemos lo más profundo del México Profundo y ojalá seamos dignos de esa valiosísima herencia, y suficientemente inteligentes como para usarla en beneficio del país entero.

Febrero de 2004

Testimonios I

Testimonios I
La incapacidad de comprender el presente nace, fatalmente, de la ignorancia del pasado.
Marc Bloch

Introducción

Hablar de la íntima relación existente entre los significados indígenas paralelos de El Tepeyac y del imaginativamente llamado Teotihuacán requiere aclaraciones fundamentales y necesarias. Lo del Tepeyac es caso cerrado; es un códice que se explica por sí mismo y el que se sepa y se quiera entender al leerlo es solo asunto de la capacidad personal o del deseo y las tendencias de quien lo tiene enfrente y con su sola imaginación puede convertir lo blanco en negro o viceversa.

Muy distinto es el caso del monumental sitio hoy llamado Teotihuacán. Aquí se trata de un expediente abierto y tan abierto a la especulación superficial o interesada como a la comprensión honesta y seria. Explicable; es muy difícil pasar de incongruencias que se manejan como dogmas a significados profundos, concretos, demostrables, que es lo que nos exige un proceso histórico; mismo que nos somete a condiciones de orden, coherencia y unidad de diversos aconteceres y fenómenos. La tarea (en más de un siglo de intentos en Teotihuacán) no es fácil. Y aquí, como en todo vestigio del quehacer humano, la Historia y la Arqueología tienen que ir de la mana, apoyándose mutuamente.

Por principio de cuentas, hasta hoy, finales del 2003, y a solo seis años de que el sitio arqueo1ogico que nos ocupa cumpla un siglo de haber sido presentado al mundo (como uno de los eventos especiales de la celebración del primer siglo de la existencia de México como país independiente) el asunto parece estar más embrollado que nunca, si nos referimos a lo fundamental.

Hasta hoy no se conoce en ni el nombre original de la gran ciudad, ni los nombres verídicos y los significados concretos de sus grandes construcciones. Se ignora quienes fueron, a pudieron haber sido, sus constructores originales y quienes iniciaron su modificación y destrucción. El destacado profesional, Dr. Ignacio Bernal, autor de una guía oficial del, sitio nos dice lo siguiente:

«El sitio nos ha legado sus magnificas ruinas, pero no nos ha legado ninguna palabra escrita. La poco que recogieron pueblos posteriores son solo leyendas; más bien aventuras de los dioses que historia de los hombres.»

Lo anterior es clave y plenamente visible. Hablar de sus más destacadas construcciones (imponentes, hermosas y aparentemente calladas) como dedicadas a La Luna, al Sol y a Venus (Quetzalcóatl) es casi infantil. Es querer darles un significado tolteca (el que gana escribe la historia) y esto no nos sirve; este grupo llego siglos después, cuando el sitio ya había sido, primero «expropiado» (posiblemente siglo IV) y, después, destruido y abandonado. ¿Qué hacer?

Sigamos un sabio consejo, el del Arquitecto y Maestro Ramón Bonfil Castro, cuando aun Presidente de ICOM0S, menciono (AI Auxilio de la 5erpiente Emplumada – Alejandra Xanic – Nacional Geographic en Español- Julio de 2003) lo siguiente:

«No podemos permitir perder este edificio, los monumentos tienen valores artísticos, pero existen sobre todo para leer la historia».

Sigamos, pues, su consejo; hagamos un rápido recorrido por el lugar e intentemos «leer historia» empezando por este mismo monumento, en el que ya se descarto que representa a Quetzalcóatl y es solo «serpiente emplumada».

México: Tu superficie es de maíz

Empecemos por lo más evidente (como en todo proceso 1ogico) y paulatinamente nos iremos internando en lo desconocido para ver que encontramos. Lo más conocido parecen ser sus motivos marinos: caracoles, conchas, olas, etc. Se trata de un mensaje de quienes hicieron esto; refleja un sentido nostálgico y su evidente deseo de señalar el rumbo de su origen. Muy probablemente la costa más cercana, la Costa del Golfo, y esto nos permite empezar por despejar incógnitas. Si lo anterior no nos falla, solo podemos identificar como posibles a olmecas y a totonacos. Los dos han dejado sus huellas en el sitio. Ahora bien, podemos dar el merito a los olmecas, por sus antecedentes de La Venta y su sobresaliente capacidad constructora y artística con la piedra, pero nunca por su capacidad agrícola que, centrada en el Maíz, produjo las civilizaciones mesoamericanas indígenas, prioritariamente esta que nos ocupa: Aquí solo los tutu-naku (totonacos) cuentan, mismos que en Paxil y Cayala (Mizantla) dieron el maíz a los mayas según lo confirma el Popol-Vuh. Pero este dato lo confirmamos nosotros en este documento arqueológico que tenemos enfrente: las pocas serpientes aun visibles (se nos dice que de 150 solo quedan 20) no tienen plumas; emergen de entre hojas de maíz, son, sin la menor duda, las CU5HI-LUWA tutu-naku. Las serpientes cuidadoras de los maizales (control bio1ogico de roedores) y más nos lo asegura su asociación a una figura que simboliza granos de maíz y con los ojos de la cara y los ojos de la mente (algo muy totonaco) y hasta conectados al oído (percepción profunda) que, a no dudar, está en la base misma de la domesticación del maíz. Manejo inteligente, original, de la evolución y de la vida, que ya quisiera España, para solo recordar a sus ciudadanos que nos hicieron creer que aquí no había nada que valiera la pena y que había que cambiarlo todo, hasta la estructura de 1a conciencia de nuestros antepasados autóctonos.

La siguiente lectura de la historia en este edificio es que quienes despojaron a sus dueños originales de este sitio (posiblemente en el siglo cuarto de nuestra era) o fueron cazadores o «aves de rapiña» que odiaban a las serpientes y pésimos agricultores ya que desertificaron el sitio. Además, construyeron una pared para tapar el monumento, le pusieron una «pirámide» enfrente e iniciaron su destrucción, y hoy nos hacen recordar algo fundamental: «solo para destruir no se necesita talento»; la barbarie armada, con toda seguridad, se debe haber ensañado con sus pacifistas e inermes constructores, mismos que, como todo lo que cotidianamente hace toda la familia, con su mecapal, sobre su espalda y con su resistente cuello (todo un cuidadoso y paciente entrenamiento desde muy pequeños) subieron cada piedra y cada puñado de tierra que hoy nos asombra.

Coincido con Krickeberg, W (Las antiguas culturas mexicanas, FCE, 1982): «Es posible que los habitantes de Teotihuacán ni siquiera consideraban esa servidumbre (construir su gran ciudad) como impuesta por la fuerza, a la cual debían someterse de mala gana, pues los edificios de sus amos no se destinaban a sangrientos sacrificios, sino a la veneración de las fuerzas de la naturaleza, de la que dependía su existencia». Y ahora estamos viendo como agradecieron el Maíz.

La historia se repite

Aquí parece haberse iniciado un largo proceso: el de construir una ciudad, ser invadidos y abandonar el sitio para sufrir y aguantar periódicamente lo indecible. Después de este sitio, en el que hoy estamos, tuvieron que abandonar en distintas épocas Tajin, Cantona, Yohualichan, Atenamitic, Matatlan, Chila, etc., y nunca dejaron de ser pacifistas. Hay todos los rastros que lo comprueban: han sido colonizados por chichimecas, toltecas, aztecas y (llovido sobre mojado) por los mismos españoles a quienes ayudaron y a quienes respondieron en Cempoala, también abandonándola. Nadie acepta ser siervo de la casa que le roban.

Y antes de despedirnos de este lugar contemos sus pisos: siete, el numero que los tutu-naku tienen asignado a sus muertos (Alain Ichon, La religión de Los totonacas de la Sierra, INI-CONACULTA, 1990). Este mismo siete lo podemos observar en los siete pisos de la conocida pirámide de «Los nichos», en Tajin. Como vemos, no era necesario perforar y debilitar esta pirámide, ni profanar tumbas sagradas para entender que ahí bien pueden estar sepultados sus genios agrícolas y hasta una que otra serpiente que brillantemente cumplió su tarea.

Pasemos a otro detalle importante, la exposición del monumento. Esta situado a la mitad del lado que mira al poniente. Esta de frente a donde el Sol se oculta, el Sol que da su vida por los humanos, que para los tutu-naku «moría» cada día, y su «sangre flor» aparece majestuosa en los atardeceres. Es obvio que estos añadidos perversos -pared y pirámide- rompieron toda la armonía y la belleza de esa plaza hoy llamada «La Ciudadela».

Caminemos un poco

Pero hemos solo empezado y tenemos que seguir recorriendo el camino de los peregrinos que en días solemnes con sus danzas y cantos transitaban por lo que nosotros llamaremos «La senda del Agradecimiento a la Vida», lo que hoy se conoce como «Calzada de los muertos», que nos conduce al monumento a la MATERNIDAD, que no a la pirámide de la luna.

Al avanzar vemos al oriente la colosal pirámide «del Sol» y hasta podemos visitar el Museo de sitio y recordar a Krickeberg que asegura, refiriéndose a los tutu-naku “…la gente del Golfo es braquicéfala y presenta achatamiento craneano, siendo la de mas pureza la totonaca», Bien; convénzase usted mismo observando los cráneos que ahí se exhiben. Un testimonio más contundente que el de Fray Juan de Torquemada (monarquía indiana) a quien en el siglo XVI los totonacos informaron de la participación de sus antepasados en la edificación de las pirámides que nos ocupan.

Después de este carta desvió regresamos a la calzada y frente al enorme volumen que es esta gran pirámide (un millón de metros chubicos), sentados en los escalones contemplémosla a plenitud. Ahora, no al final, sino al principia, contemos sus pisos: CINCO, y afortunadamente el arqueólogo Matos Moctezuma no le quito el quinto piso que opino que sobraba. Nada sobra, ahí esta, majestuosamente manifiesto el CINCO tutunaku, el numera al que ellos le dan la más alta significación simbo1ica. Su huella digital mejor impresa.

Empezamos: para ellos hay CINCO direcciones; en donde se cruzan las cuatro horizontales hay una quinta vertical (como los chinos) que se afianza en la tierra y apunta al cielo, en donde mora la que algunos han llamado «La gran diosa totonaca de los cielos» NATSI’TNI, la madre del Sol (un astro), la madre del señor del maíz (un ser humano) y la madre muy querida de todo totonaco que llega a este mundo. Además el CINCO esta íntimamente asociado al Señor del Maíz (Sha Chisku Kiliwatkan), el domesticador del maíz, que «vive» en las CINCO variedades originales del maíz y los CINCO granitos de maíz que al sembrarlos son depositados en el hoyo del espeque. Ojala asimilemos esta lección: cuando hay coherencia total entre nuestras convicciones profundas y nuestro acontecer diario, y cuando la cohesión social es tal que podemos aspirar a un objetivo común, los milagros, como este que tenemos enfrente, son posibles. Aquí no se necesito ni la rueda ni las herramientas de acero, y menos todo el impresionante arsenal con que cuenta la tecnología moderna, que de poco sirve cuando le falta lo que vemos: inspiración profunda, voluntad y corazón.

Continuemos, hay mas implicaciones y derivaciones: antes de la infiltración permanente de los nahuas en sus vidas, su semana era de CINCO días «kitsis shanat» (cinco flor). En el aspecto religioso su sumo sacerdote tenía CINCO ayudantes; lo constataron los conquistadores, a quienes CINCO personas tutunaku visitaron espontáneamente e invitaron a Cempoala, su ciudad jardín; en donde al final se pusieron las bases estratégicas para derrotar a los aztecas; capitalizando el enorme descontento de otros grupos nahuas afines, pero cansados de su despotismo y arbitrariedades.

La lista del CINCO es interminable, solo agregare, por su importancia, que su conocida danza celeste, «El Volador», cuenta con CINCO integrantes y aclarare que debido a la constante búsqueda de estos detalles llegue a estar en condiciones de dar a este impresionante monumento que tenemos enfrente, y a sus CINCO pisos, su significación más profunda.

Expliquemos algo

Aquí cabe una aclaración: no más, no menos que llegar a reconstruir una vasija de barro partiendo de la gran padecería de sus tepalcates dispersos, ha sido reconstruir (de muchas conversaciones informales, casuales y dispersas) un significado coherente de gran valor reflexivo, ético, didáctico y hasta evolutivo de esta gran pirámide, que merece una explicación detallada en otro trabajo. Al igual que la vasija reconstruida, tendrá sus fallas, pero su forma y condición inicial será mejor apreciada que como padecería dispersa. Eso espero.

Cualquier persona que hay a intentado saber algo de un grupo indígena sabe que, si quiere captar algo directo, nunca aprenderá nada. No hay libros, no hay conferencias magistrales, no hay confianza, y si se prende una grabadora o se saca una libreta y un lápiz, la información que esperaba se interrumpe bruscamente. Pero de muchas conversaciones aisladas, incluyendo con borrachos y muchachos que siempre dicen su verdad, he sintetizado esto: esta gran pirámide que observamos con admiración solo puede representar a la NATURALEZA (cielo y tierra para los tutu-naku), sin la cual ninguno de nosotros viviría.

Como me han dicho algunos repetidamente, y algunos hasta recitan a Aristóteles sin saberlo, en la vida todo tiene niveles. Obvio, no es asunto de sabiduría griega, es asunto de sentido común y del que cada día se alejan más las culturas puramente urbanas. ¿Donde están estos niveles? Son elementales en cualquier cultura rural: sobre la tierra mineral (simbolizada en la base de esta pirámide) se establece el mundo vegetal (segundo piso partiendo de abajo) y sobre el mundo vegetal y el animal (tercer piso) se establece el ser humano; observen las proporciones comparativas del cuarto piso en donde estamos simbolizados nosotros. Y sobre nosotros (quinto piso) lo que está arriba de nosotros y lo que nos sustenta sin nuestra intervención, LO SAGRADO: el Sol, el aire, el agua, etc., de cara al Universo y no sujeto a nuestros caprichos. Y ahora si podemos apreciar que, al igual que sucedió entre griegos y romanos, ha pasado con los herederos de los invasores nahuas; que no poco se han civilizado (sin saberlo y sin admitirlo) en el desnivelado convivir con los tutunaku.

Criterio respetable

He aprendido hasta alga «filosófico»: de la misma manera que sentimos que la piedra no puede entender a la planta, ni la planta al animal y tampoco el animal al hombre; hay hombres que medran manipulando lo SAGRADO sin poder comprenderlo. De lo sagrado no podemos esperar premios extra; con nuestra vida ya nos está premiando permanentemente y a lo sagrado solo podemos RESPETARLO y AGRADECERLE. Esto es absolutamente básico: es la gratitud y el respeto a la vida y a lo sagrado de la vida, en donde parece sustentares el pacifismo tutu-naku.

Sintetizando lo anterior, considero que la estatura moral, la supervivencia como grupo, la convicción, la conciencia y constancia que han hecho posible este milagro de un mi1lon de metros chubicos de volumen que tenemos enfrente, solo pudieron haber venido de la gratitud a la vida; y que esta gratitud está vigente como una de las grandes virtudes de los tutu-naku no me queda duda, como vivencia directa y personal.

Pero se hace tarde y aceleremos el paso, y como solo nos estamos ocupando de los grandes monumentos y de su significación, tratemos ahora de leer el monumento central, el que esta al final de la Gran Calzada que venimos recorriendo, que es, indudablemente, la meta prioritaria; la gratitud a quien nos dio la vida y nos inicio en ella, ya que hemos venido a este mundo absolutamente imposibilitados para valernos por nosotros mismos.

Natsi`tni

Ya lo hemos aclarado antes y lo reafirmaremos: no se trata de la luna, que para los totonacas, estudiados en cinco comunidades al norte de Xicotepec por Alain Ichon y su grupo, es masculino. Se trata de lo opuesto: LA MATERNIDAD.

En el contexto de los valores de los tutu-naku la maternidad tiene un nombre específico: NATSI’TNI, ala que todos los trabajos que sobre ella he leído llaman desde «la gran diosa de los cielos» hasta «la madre del sol». En mis paseos por la Sierra, a la pregunta que es o quién es NATSI’TNI, los adultos solo han respondido con una actitud de respeto e inclinando la cabeza, como diciendo: «si eso crees, está bien». Mientras que jovencitos y niños, ruidosamente me han dicho: «¡Noo, no es una diosa, son todas las mamacitas» Finalmente, un destacado lingüista tutu-naku de la Universidad de Veracruz me aclaro el misterio: «Lo más cercano a NATSI’TNI es la maternidad, pero la MATERNIDAD con mayúsculas». ¡Aclarado! ¡GRATITUD!

Otro caso de sentido común. Sin nuestra madre no hay tal cosa como nuestra vida. Esta es una condición tan universal y tan admitida por los tutunaku que uno de mis compadres de esa etnia me ha asegurado que no solamente es 1ogico que el Sol haya tenido una madre sino que – áspera pero claridosamente me ha dicho-: «si alguien pario este mundo tuvo que haber sido una hembra». Así que, no fue sorpresa para mí cuando, recientemente, en una revista me entere de que el Universo está creciendo aceleradamente, como una madre que se reproduce así misma.

Nos hemos extendido un poco para poder apreciar mejor lo que aquí esta frente a nosotros en este «Monumento a la Maternidad». Observamos un ingenioso diseño combinado de cuatro niveles (lo humano) y de cinco niveles (lo sagrado) ya sus «pies» una plaza adornada de pequeñas pirámides de cuatro pisos (lo humano) y de un cuerpo adosado de cinco niveles (la naturaleza). La gratitud de todo y de todos en su Cúspide más alta.

Finalizando

Una reflexión: no hay gratitud profunda y sincera sin sensibilidad, y la sensibilidad es una constante intelectual y espiritual. Nos hemos asomado someramente a una cosmovisión sin dogmas, sin recovecos, de un grupo siempre acompañado de la humildad y la pobreza en cuanto a bienes materiales se refiere, pero muy capaz de haber construido lo que hoy hemos admirado y cuyo contenido profundo muchos mexicanos desconocen. ¿Y los indigenistas? Ojala pudieran digerir esto: la potencialidad indígena no es cosa del pasado, es cosa del futuro; es algo que implica remexicanizar a México partiendo de su propia experiencia histórica, y la experiencia histórica que el hoy Teotihuacán representa esta siendo irresponsablemente desaprovechada como lección del indígena de ayer para el indígena de mañana; el niño indígena de hoy, que no necesita renunciar a lo que es para ayudar a que tengamos un Pals mejor. Un País orgulloso de él.

Nos hemos asomado a la Historia y la Historia exige pruebas, rastros, evidencias. Nos hemos detenido un poco en considerar las evidencias que están atrás de la justificación de los tres principios vitales que también están presentes en la pintura indígena del Tepeyac: herencia que no vino del otro lado del Océano.

Dél México Profundo

Del México Profundo
Los totonacas revelan una vitalidad menos tensa y más dichosa que los otros pueblos mesoamericanos. Quizá por esto crearon un arte equidistante de la severidad teotihuacana y de la opulencia maya. Octavio paz

Introducción

El antropólogo Guillermo Bonfil Batalla, en un esfuerzo por darnos a conocer el origen y la permanencia de algunas lacras que como país tenemos, ha especificado can claridad inusitada la dualidad de nuestro país y el origen histórico de esta condición que surge de la existencia en el mismo territorio de dos culturas opuestas. Una dominante de condición colonizadora a neocolonizadora «occidental», y la otra colonizada, dominada y de origen indígena.

Para él la cultura dominante integra «el México imaginario» que aspira a ser moderno, avanzado, prospero y primer mundista. Por otra parte, la cultura dominada es la de los descendientes de los perdedores en la Conquista y la Colonia; a esta la califica como «el México profunda», integrado par el México indígena y muchos de sus cercanos descendientes que no se sienten «occidentales», «cultos» a «gente bonita». Es decir, la mayoría de la población mexicana.

El autor antes citado considera “la noción de cultura como un plano general ordenador de la vida social que le de continuidad, contexto y sentido al quehacer humano», y propone que la condición excluyente y la pretensión exclusivista de la cultura dominante deben ser eliminados, ya que sin esto nunca tendremos igualdad ciudadana, condición básica de democracia, justicia, tolerancia, convivencia pacífica, desarrollo, etc.

Lo anterior no es fácil, ya que hemos partido históricamente de una estructura colonial que asume, totalmente, la inferioridad del colonizado frente al colonizador; mismo que”… llamo dialecto a su idioma, costumbre a sus hábitos, creencias antiguas a su religión, etc.» Todo can una intención que revela su propio sentimiento de superioridad frente al colonizado.

Este autor, Bonfil Batalla, propone que la «cultura nacional» debería estar integrada par una selección que incluya lo mejor de los valores de cada cultura, de las que han existido en él hay territorio nacional; algo que suena muy sensato y de sentido común. Recomienda (Pensar nuestra cultura, Alianza Editorial, 1991) lo siguiente:

“Abramos nuestra sensibilidad, mal conformada por siglos de dominación colonial y neocolonial, para reconocer los fundamentos reales de nuestra identidad… Es un reto a la imaginación, a la voluntad y a la conciencia solidaria de todos.
«Son tareas enormes las que nos aguardan si nos decidimos a emprender el rescate genuino de nuestro patrimonio cultural; es lograr una educación diferente que lo valore y lo difunda en forma adecuada; es despertar la inquietud por conocerlo, no solo en los especialistas sino en todos… »

Un asunto de coyuntura personal

1992 fue un año muy interesante para el que escribe, quien durante más de tres décadas antes de esta fecha había estado preocupado par la destrucción del medio ambiente rural, y que sabía, a fondo, que las más importantes regiones forestales del país correspondían a grandes zonas indígenas. Zonas de refugio, las han llamado algunos.

1992 era el 5º aniversario de la presentación (1987) de mi propio sistema de manejo forestal M-T (Método Tlaxco), inspirado en el manejo que los sacerdotes indígenas, precortesianos, hacían del bosque para producir fauna. Los resultados eran satisfactorios.

1992 fue el ano de la «Cumbre de la Tierra» en Rio de Janeiro, que confirmo y resalto la acelerada destrucción del Planeta.

1992, Finalmente, fue el ano en el que pudimos recordar los 500 años del descubrimiento de América y pudimos hacer una mínima evaluación de la concesión que Alejandro VI, padre de Lucrecia y Cesar Borgia, había dado a España y Portugal (1494) para explotar y dominar el continente recién descubierto a cambio de «cristianizarlo», lo que desemboco en genocidio: así nació el México profundo».

Con estos antecedentes, en 1993, año en el que iniciaba mi séptima década de vida, decidí «autojubilarme», y «con una mana adelante y otra atrás», sin ayuda de nadie, solo, y como el autodidacta que siempre he sido, empecé a incursionar en los campos de la antropología, de la historia, de la arqueología, etc., antes de pasar a conocer la realidad de una zona indígena cercana a mi lugar de residencia en Tlaxco, Tlax. Se trataba de saber algo del grupo totonaca de la Sierra Norte de Puebla y, sin más, empecé a caminar por sus veredas y aprender algo de sus realidades.

Si Bonfil Batalla proponía que la cultura nacional estuviese integrada por lo mejor de cada cultura existente en este país, yo ya tenía algo que decir y mucho que aprender y buscar. El rumbo de la búsqueda estuvo claro des de el primer momento.

Cuando me pregunte a mi mismo que había en la cultura indígena que superase tajantemente a lo que aquí había llegado del otro lado del océano, no había la menor duda: ¡el respeto a la Naturaleza! Los paraísos que los conquistadores y colonizadores encontraron y destruyeron no eran obra ni de la casualidad ni de la improvisación, y para saber adónde vamos también hay que considerar de dónde venimos. Mostrare un testimonio temprano e irrebatible. En la cuarta Carta de Relación del 15 de octubre de 1524, a solo tres años de la caída de la Gran Tenochtitlán, Hernán Cortes dice a su emperador lo siguiente:

«De alguna de ellas (ordenanzas) los españoles que en estas partes residen (La Nueva España) no están muy satisfechos, en especial de aquellas que los obligan a arraigarse en la tierra; porque todos, o los mas, tienen pensamientos de se haber con estas tierras como se ha habido con las islas (las Antillas) que antes se poblaron, que es esquilmarlas y destruirlas y después dejarlas».

Esto nos llego y subsiste, está vivo y se engrana con «el México imaginario». Yo no puedo imaginar que el país pueda resolver sus problemas de deterioro acelerado del medio ambiente sin un mejor conocimiento de lo mucho positivo que forma parte del acervo cultural de «el México profundo».

En una época en la que todos estamos corriendo y no tenemos ya el tiempo ni el hábito de leer un libro, este servidor solo expone una corta síntesis de su trabajo de una década, dando a conocer sus principales conclusiones. El futuro decidirá si habrá que ampliarlas; aun no he decidido el rumbo de mi próxima década que en este ano se inicia.

EI Tepeyac y Teotihuacán: enigmas paralelos

Desde el 12 de diciembre del 2001 en el que el Cardenal Rivera, Arzobispo de México, diera el formal «banderazo de salida» al intento de santificar a Juan Diego, hasta la consumación de este hecho y la terminación de la quinta visita papal a México, el 2 de agosto del 2002 (ocho largos meses), existió una constante tensión que saturo a los medios de comunicación masiva y que se desbordo sin medida.

La mosca en la sopa

Ya con la decisión tomada y profusamente anunciada, y a casi dos meses del arribo papal, el semanario Proceso (núm. 1334, del 2o de mayo del 2002) publico algo impresionante: Como resultado de una petición expresa del Cardenal Rivera, un destacado experto de la Universidad de San Antonio, Texas, el investigador Leoncio Garza-Valdés, encontró que en el mismo «Lienzo Guadalupano» (de cáñamo que no de ixtle) habían sido pintadas, una sobre la otra, tres imágenes: La primera era una réplica de una conocida imagen guadalupana existente en el coro del Santuario Guadalupano de Extremadura, España, caracterizada por un impresionante sol a su espalda y un Nino Jesús en sus brazos. La segunda era una imagen sin relevancia (mas parece un ensayo) pero de bien marcadas facciones indígenas. La tercera imagen es la que hay conocemos. Aparecen también una fecha (1556) y dos iníciales (M. y A.) Seguramente Marcos Aquino, el más famoso pintar indígena del Siglo XVI y de quien (desde 1556) se sospecha a se afirma haber sido el autor. Mas aclaraciones a precisiones no fueron posibles ya que el Cardenal Rivera (a decir de Garza Valdés) no permitió posteriores observaciones y estudios.

A palo dado ni Dios lo quita

Es evidente que este descubrimiento insólito marca una discontinuidad total del proceso de siglos en que se manejo, can sobresaliente efectividad, el asunto de su «aparición milagrosa». ¿Quiere esto decir que bien pudiera ser el principia del fin de la indiscutible y avasalladora popularidad de esta imagen mexicana? Podemos asegurar, adelantándonos, que en asuntos humanos la más dura verdad es preferible a la mentira, y que solo tenemos que dejar de seguir removiendo las capas superficiales del mito para concentrarnos en ahondar en las profundidades de la verdad que viene desde Tonantzin, a de mas lejos; y que llego la hora de tratar de separar el grana de la paja.

Morir para renacer

Es bien conocido el hecho, frecuentemente mencionado, de que para que el árbol nazca es necesario que la semilla muera. Fue necesario que cuando el guadalupanismo criollo nació oficialmente (1649) se actualizara el Nican Mopohua (la leyenda de las apariciones en náhuatl), que fue como el acta de defunción del culto a Tonantzin. Algo tuvo que morir, pero… ¿ha muerto del todo? Siempre se ha argumentado que se trata de un culto sincrético, pero no sabemos con precisión cual es la parte indígena que contiene y, por tanto, ignoramos la totalidad de su significación específica y concreta. Cuando conozcamos esto, seguramente comprobaremos que a la devoción guadalupana no le queda otra opción que salir airosa y renovada del actual tropiezo circunstancial.

El lado oculto de la Guadalupe Mexicana

Al parecer somos una raza de un grado de ignorancia increíble, ya que lo mas ignorado de la imagen más popular de México (que todos hemos visto una o mil veces) es lo que tenemos en frente: su significación exterior. La vemos sin entender su significado. No más, no menos, que como cualquier analfabeta que tiene en sus manos un libro sin ilustraciones. Estamos exactamente en el caso de los invasores europeos del siglo XVI que por primera vez vieron un códice indígena y lo quemaron sin entenderlo. Solo que este Códice Guadalupano (que eso es) no es un códice cualquiera. Es el producto genial del artista nativo más destacado del siglo XVI, y un experto en códices: Marcos Aquino Cipactli. Fue evidentemente diseñado para que su significación fuese entendida solo por los indígenas e incomprendida por los españoles y sus descendientes. Y así ha funcionado por siglos, aunque parezca increíble. Sola mente el más tenaz estudioso de lo indígena en el siglo XVI, Fray Bernardino de Sahagún, descubrió a tiempo su secreta y dio la voz de alarma: esta imagen guadalupana, la más importante representación mariana no solo de México sino de todas las Américas (según Juan Pablo II) fue calificada por el franciscano Sahagún, en su más destacada obra intelectual (Historia general de Las casas de La Nueva España) can el duro calificativo de «invención diabólica para paliar (encubrir) la idolatría».

Par esa opinión, el gran Fray Bernardino de Sahagún sería considerado hay como el más negativo de los pensadores retardatarios, ya que fue el enorme respeto y veneración que los indígenas tenían par la Maternidad y par la Naturaleza lo que el califico de «invención diabólica». ¡Cómo cambian los tiempos! Jamás imagino que lo que el repudiaba vendría a enriquecer al catolicismo mexicano, y hasta al catolicismo romano.

La significación indígena del Códice Guadalupano

Es bien conocido el hecho de que los intransigentes clérigos que vinieron a cristianizar alas nativos de Nueva España desarrollaron una fobia especial en contra de la escritura pictográfica de los habitantes de estas tierras. Con impotente rabia infantil destruyeron lo que no pudieron comprender. En 1556 estuvieron a punto de destruir el mismo Códice Guadalupano que aquí estamos considerando; algo que impidió el Arzobispo Alonso de Montufar al inclinarse par una consigna de la Contrarreforma: Promover las imágenes marianas, específicamente las más populares, y esta que nos ocupa era el centro de un culto popular masivo desde antes de la llegada de los españoles. Pera pasemos a considerar el sentido común presente en el más importante ejemplo de estos signos iconográficos, de estos ideogramas tan valiosos en la comunicación y en la memoria intercultural de los diversos grupos autóctonos que los conquistadores y colonizadores de la Nueva España encontraran.

La figura humana central en este códice tiene una apariencia facial que exalta valores indígenas, sencillez, modestia. Está rodeada de un cerco de nubes, en el cielo, en la quinta dirección de los «tutu naku». Esas nubes están ribeteadas par los colores del ocaso, la sagrada zona de los muertos para los «tutu naku», ya que, sin los que murieran, nosotros no habríamos existido y evolucionado. El manto es verde-azul, del color del agua en los pictogramas indígenas, sin olvidar que decir agua es decir vida. La parte interior del manto es de color azul cielo, el color del aire representado en un códice, y sin el aire en instantes moriríamos. El color tradicional de la tierra define la túnica a vestido, sobre el que vemos la vegetación, crucial para nuestra vida y la del Planeta; solo que la vegetación aquí esta disfrazada de arabescos, can la obvia intención de engañar a los invasores y de paso, par siglos, hasta a sus descendientes criollos y mestizos. Los indígenas nunca fueron engañados y esto lo comprueba el numeroso grupo de indígenas guadalupanos que no hablan español y nunca han sabido de las «apariciones». La luna negra nada tiene que ver con el Islam, sino con la maldad humana; y en el lugar comúnmente ocupado por el mal en las vírgenes católicas, bajo sus pies, no vemos a Lucifer, al dragón infernal, o a la serpiente del paraíso terrenal, sino a un español adulto, con calvicie incipiente y disfrazado de ángel, el mayor mal para el indígena. Realismo y objetividad evidentes para todo el que no sea analfabeta en la lectura de un códice.

Solo nos faltan dos significados fundamentales y casi totalmente desconocidos: la exagerada punta derecha del manto es una hoja de maíz, y, finalmente, la punta de su sandalia, que (poniendo la imagen de cabeza) es la cabeza de un niño por nacer y arropado en lo que siempre ha sido inexplicable: el «pliegue azteca». Algo que visto en posición normal no le permitiría a la imagen caminar. Este niño, hábilmente escondido, significa algo crucial: se trata de lo que da a la imagen una distinción fundamental: es la madre del indio. La madre de Cristo lo tiene siempre, y vistosamente, en sus brazos, nunca escondido a sus pies.

Tepeyac y Teotihuacán: gemelos inseparables

Démosle cuerda a nuestro sano nacionalismo, hermanando a nuestros más firmes puntales: los símbolos máximas de la devoción y de la civilización del México antiguo.

Hemos hablado del sentido común ligado a los pictogramas indígenas y esto nos remite a lo más importante para el ser humano: estar vivo o haber estado vivo. La VIDA es nuestro máximo don, y la gratitud por la vida debería ser lo más elemental y fundamental de nuestras actitudes positivas. Estamos hablando de la VIDA y del respeto a ella.

Ahora bien, todos sabemos por propia experiencia (no por adoctrinamiento tendencioso) que sin nuestra MADRE no habríamos llegado a esta vida. También sabemos, por nuestra propia experiencia existencial, que sin la NATURALEZA no podríamos sostener y realizar nuestra vida. Y, para el mexicano en general, pero para el indígena en especial, el Maíz ha sido, y es, el más importante alimento para sustentar su vida diaria. Considerando esto, la imagen del Tepeyac es un símbolo de VIDA que incluye y destaca a la Maternidad, a la Naturaleza y al Maíz como fuentes básicas de VIDA.

Ahora sí, tenemos al alcance de la mana el más fiel y realista símbolo ECOLOGICO y sanamente NACIONALISTA, al elevar a una condición SAGRADA el suelo Y el cielo de México. Tal vez pueda ser lo (mico efectivo y perdurable en la persistente tarea que hay que llevar a cabo para detener y revertir el deterioro del medio ambiente en este país.

Para fundamentarlo mejor, hay que considerar que Marcos Aquino Cipactli era un hombre culto que indudablemente se inspiro en elementos que, desde principios de la Era Cristiana, estaban ya presentes en nuestro máximo símbolo de la antigüedad civilizada: el mal llamado Teotihuacán que solo pudo haberse llamado «TUTU NAKU». Esta imponente joya de la arqueología mexicana significa exactamente lo mismo que nuestra imagen Guadalupana. Se trata de almas gemelas.

La atribución de significados de las tres principales construcciones del hoy arbitrariamente llamado Teotihuacán, es el mejor ejemplo del «México imaginario». La llamada pirámide de «La Luna» esta al final de una gran calzada, evidente símbolo de su prioridad y lugar de agradecimiento y devoción. Ese lugar, en función de la VIDA de cada ser humano, solo puede ser ocupado por la MATERNIDAD.

La imponente construcción (un millón de metros cúbicos de volumen) de la hasta hoy llamada pirámide de «El Sol», con sus cinco niveles muy bien proporcionados, es muy clara para muchos indígenas que no solo no saben quien fue Aristóteles sino que casi ni hablan español: en la base, el mundo mineral, y sobre él, el mundo vegetal. Siguiendo al mundo animal (en el cuarto nivel) esta simbolizado el género humano. Sin olvidar que para el indígena el hombre es parte de la NATURALEZA, la parte más evolucionada de sus seres, pero que no es Dios ni nunca podrá serlo. El siguiente nivel, el quinto, arriba del hombre: lo sagrado, el agua, el aire, los cuerpos celestes incluyendo en forma destacada el sol, etc.

La siguiente pirámide imaginativamente Hamada Quetzalcóatl está dedicada al maíz. Sus famosas serpientes no tienen plumas, emergen de entre hojas de Maíz; son las «cushi luwa» de los «tutu naku», las serpientes cuidadoras de los maizales, y sin las cuales los roedores se habrían enseñoreado de los cultivos. Y las figuras caprichosamente llamadas «Tlaloc» están hechas de granos de maíz. Evidentemente se trata del Señor del Maíz de los «tutu naku». Los toltecas, con sus símbolos Sol, Luna y Venus (Quetzalcóatl) llegaron siete siglos más tarde.

Y enfatizamos: estos dos gemelos inseparables: Tepeyac y Tutu Naku (Teotihuacán) representan la VIDA y la condición sagrada de los principales elementos que la hacen posible.

Por otra parte, la imagen que estamos considerando, vista solamente como imagen sagrada perteneciente a una sola entidad religiosa, por importante que esta sea, no puede ser considerada «católica» en su sentido literal, universal. Su autentica catolicidad solo se la da su significación indígena, en cuanto a maternidad y naturaleza. El maíz solo le agrega lo específicamente mexicano; para otros seria el trigo, el arroz, la caza, la pesca, etc.

Un agradecimiento

Agradezco a los «tutu naku» de hoy, especialmente a los de la Sierra Norte de Puebla, su colaboración y su inspiración para haber llegado a la solución final y al pulimento de mi deseo de interpretar debidamente el «Códice Guadalupano». Se trata de la etnia que hoy conocemos como totonaca y que habita en parte de los estados de Puebla y Veracruz. El calificativo de totonaca les fue impuesto por los nahuas en forma despectiva; lo confirma Sahagún cuando lo interpreta y lo traduce como «tonto». Se ha tratado siempre de un grupo honesto, laborioso, creativo y pacifista. Sin duda la más importante etnia del mundo antiguo mexicano. Los rastros que de ellos se están descubriendo son impresionantes.

¿Qué significa «tutu naku»? El tutu es tres, y el naku que algunos traducen como «corazón» (y que muchos desconocen), significa más que eso; ya que según autorizados lingüistas nak se aplica también a alga espiritualmente profunda. Estos tres principios vitales que hemos venido considerando: la maternidad, la naturaleza y el maíz son los más firmes elementos que respaldan y apuntalan esa denominación que hay que rescatar y actualizar.

Esperamos un renacimiento que permita que lo que ha sido un candoroso mito pase a una verdad indiscutible e indestructible y que solamente su significado indígena puede respaldar. DarIo a conocer significaría también la reparación de un grave daño causado par el permanente desprecio que ha erosionado la autoestima de nuestros grupos autóctonos; factor que nunca mencionan los incontables proyectos redentores que en nada reconocen y elevan a su propio y valioso legado cultural; y que es lo único que podrá neutralizar los efectos negativos de la conmiseración piadosa a de la limosna a demagogia burocráticas.

Septiembre de 2003

Más que viable: Indispensable, sustituir Resplandor Teotihuacano por otro proyecto impostergable:

Rescatar el auténtico y universal
SENTIDO SAGRADO DEL SITIO: LA VIDA
y la que nos dan y sostienen
LA MATERNIDAD, LA NATURALEZA Y EL MAIZ:
El auténtico significado de sus tres indiscutibles, indestructibles y lógicos valores de sus majestuosos monumentos principales.

A la H. Comisión de cultura de la cámara de Diputados.

No los podemos felicitar por el triunfo de una lucha que aún no termina, y solo podemos suplicarles que no bajen la guardia. Aunque sí podemos aplaudir el esfuerzo que ustedes realizan para demostrar, en primera instancia, que su defensa está “por encima de cualquier interés”, y que solo buscan la defensa del PATRIMONIO ARQUEOLOGICO DE LA NACION. A la que hoy ustedes estan sirviendo con valentía y honestidad.

Ustedes están aportando precedentes dignos de ser valorados: cumplen con su deber como “comité de vigilancia” de un Ejecutivo que no ha tenido inconveniente en convertir en vulgar mercancía nada menos que lo que distingue cualitativamente al ser humano de una bestia: La capacidad creativa que coloca a la estirpe humana como la forma de VIDA mas evolucionada en la Creación

Por otra parte, es un acto que brota espontáneamente y que reivindica la condición constitucional de México como PAIS PLURICULTURAL. Algo que debe dejar de ser “letra muerta”

Respecto a una valiosa declaración suya a la prensa, que recogemos, solo añadiríamos una palabra que subrayamos: “que la vigilancia ciudadana no se limite a una visión económica, sino que se base en una propuesta académica y patriótica que fortalezca el conocimiento y genere un sentimiento de orgullo hacia la civilización teotihuacana.”

Los primeros pasos, los suyos, para lograr lo anterior ya están dados pero ahora. ¿Por qué no hay que bajar la guardia? Porque lo que mueve a los voraces iluminadores artificiales del “Resplandor Teotihuacano” parece ser lo mismo que mueve a nuestros destacados y actualizados “narcos”; un afán incontenible de enriquecimiento. Y que esperarán, pacientemente, a que ustedes dejen sus actuales puestos y que en un futuro cercano puedan contar con amigos generosos. Por nuestra parte esperamos que este tema proporcione razón de discusión y reflexión en la ya inminente (2009) Reunión Internacional de Americanistas.

Nos permitimos sugerir a ustedes que sin dejar su lucha, sino como parte de ella, pudieran ser ustedes los precursores de la Celebración del “Centenario Olvidado” – Los cien años que han pasado desde que Teotihuacán fue presentado al mundo (1910). Lo anterior debido a la INTUICION (muy semejante a la popular de hoy) de que los miles de toneladas de tierra y vegetación estaban ocultando y cubriendo, escondían algo SAGRADO. Esta intuición se debió al gran mexicano que fue DON JUSTO SIERRA, el que convenció al entonces Presidente Porfirio Díaz, a realizar la impresionante tarea de rescate, sin esperar provecho económico alguno. Sino la de elevar la imagen de México en el exterior.

La tarea de descubrir lo SAGRADO no estuvo terminada: Cien años después debemos terminarla: Ahorala basura qe aún permanece hay que retirarla. En este caso se trata de “basura conceptual”. La que surgió de la presunción mexica ante los conquistadores hispanos, “fusilándose” estas colosales construcciones como heredados a ellos por sus antecesores toltecas. Algo absolutamente falso, ya que tales toltecas arribaron al Centro del hoy México por el Siglo VII. En tanto que hoy se ha confirmado (sin lugar a dudas) que tales impresionantes monumentos parten de tiempos anteriores a la Era Cristiana. El término Teotihuacan es nombre impuesto y, aún visiblemente, se puede comprobar que no se identifica con la Cosmovisión Tolteca. Esperamos que también en este caso, su verdadera identidad aparezca.

Tlaxco, Tlax. A 28 de enero de 2009
Carlos Caballero Zamora

PIRAMIDE A LA MATERNIDAD

La sabiduría tutu-nakú (totonaca) tiene una dimensión femenina inocultable: Francisco Ortega, el joven que dejó Hernán Cortés solo entre nativos, por cuatro años entre ellos, presentó su informe por escrito, algo que conoció, de primera mano, Fray Bartolomé de las Casas. Y que retomó Fray Juan de Torquemada en su “crónica de crónicas” titulada “Monarquía Indiana”.

Francisco Ortega aseguró que en la cosmovisión tutu-nakú que conoció, la figura central era una “diosa”, la Madre del Sol, esto ha seguido pasando de manos hasta llegar a historiadores modernos, como Walter Krickeber (Die Totonaken) y Alain Ichon (La Religión de los Totonacas de la Sierra) quien, por primera vez, da el nombre en la lengua nativa: NATSI’TNI. En el trato directo que por quince años el que esto escribe ha tenido con la etnia, varias personas no contestaron nada, pero su reacción de gravedad, de humilde devoción o emoción fue inocultable. Y como es bien sabido que los muchachos y los borrachos dicen la verdad, al preguntar a numeroso grupo de chicos que habían salido a recreo en la Escuela Primaria en Xochicuautla, Sierra Norte de Puebla, y al preguntarles qué sabían de la Diosa NATSI’TNI, contestaron con una colectiva carcajada; “no es una diosa, son todas las mamacitas”. Y al consultar con un amigo tutu-nakú, lingüista de la Universidad Veracruzana de Jalapa, por teléfono, me aclaró; “Es el nombre de la maternidad, pero con un sentido Sagrado”.

La incógnita fue despejada y el sentido común tutu-nakú fue comprobado: Si la VIDA es lo mas importante para ellos, y por eso son pacifistas incorregibles, el primer acontecimiento en la vida de todo ser humano, su llegada a la vida, no puede ser sin la intervención del ser humano femenino: Nuestra propia madre.

Esto nos lo afirma el monolito de mas de tres metros de alto que coronaba la gran pirámide central y a la que se dirige esa gran calzada (arbitrariamente adjudicada a los muertos) y centro de la devoción devota (arriba y a la izquierda).

Pero ese monolito nos dice más: El peso que lleva en la cabeza nos lleva a imaginar que también participaron en la construcción misma; deben haber sido las mujeres las que subieron los millones de cántaros con agua que se necesitaron para compactar los “cajones” de madera o de adobe que dan “eternidad” a los monumentos.

En las comunidades más antiguas de la Sierra (formads por los desplazados del hoy Teotihuacán) hay un grupo de ellas en que la agricultura está en manos femeninas…¿simple coincidencia?

PIRAMIDE A LA NATURALEZA

LA VIDA: EN EL CIELO Y EN LA TIERRA
EL MAYOR RETO AL CRISTIANISMO
(CONQUISTADOR Y GENOCIDA)

En lo que fue el centro de evangelización más importante en la Sierra Norte de Puebla; Hueytlalpan, tuve un buen amigo (ya fallecido) cuya experiencia me fue siempre muy valiosa. Un día, como siempre, le preguntó algo que partía de un trabajo que yo había leído de Vicente Lombardo Toledano, que los totonacas sólo fingían ser cristianos, pero que en realidad no lo eran, y que pensaba de esto. “Mira, me dijo, nosotros somos muy respetuosos de todas las creencias pero de que un hombre es sagrado no lo aceptamos. ¿Por qué?, mira: Si vez la realidad, la VIDA está dividida en capas: primero está la tierra, o sea el mundo mineral sin vida. La vida llega con la vegetación, y sobre ella está el mundo animal, y sobre todo esto está la vida humana. Para nosotros lo SAGRADO no puede ser un hombre y es lo que, en verdad, hace posible nuestra propia vida: El Sol que nos caliente y nos alumbra, el agua, el aire sin el que no podemos vivir ni minutos, el firmamento que nos rodea hasta el infinito. Ahora, si hablamos de dios y hombre… ¿Conoces algo que sea mitad mineral y mitad vegetal) ¿ Conoces un maíz que se cruce con una rana, o conoces un animal que se cruce con un ser humano y tengan descendencia?

“No, estos niveles están juntos, pero no revueltos. Para nosotros la vida no sube de nivel porque nosotros queremos, y sí puede bajar: El hombre, por su comportamiento puede regresar a ser animal, o si no trabaja y es un parásito, es como un vegetal, y al final, todos, al morir nos convertimos en tierra, mineral.” Pasado un tiempo le dije: me has hablado de cinco niveles (tierra, vegetación, vida animal, vida humana y lo SAGRADO. ¿Crees que esto esté simbolizado en la Pirámide del Sol en Teotihuacán? Tus antepasados habían ayudado a construir grandes pirámides en el Centro de México, que me dices “No lo sé. El nombre que me dices es nahuatl, lo desconozco.” Otra pregunta… ¿”Crees que por esas creencias suyas, aquí en Hueytlalpan, el franciscano Fray Andrés de Olmos mandó a la hoguera a algunos “caciques”?. No lo sé, pero lo creo.

Pirámide al maíz (dador de VIDA)

En la Cuenca del Río Tecoluctla (Tlaxcala, Puebla y Veracruz) es en donde se han encontrado vestigios de vida humana de mas de 7000 años, y el orígen del MAIZ se estima en 5000 años.

Los siete pisos originales de la pirámide al MAIZ fueron reducidos a tres. Y ante la imposibilidad de destruirlo en su totalidad se le construyó una “pirámide” para obstruir el que (orientado al poniente, zona de los muertos) se reflejara en él la radiante luz del ocaso. Esto después del Siglo IV en que sus dirigentes fueron salvajemente martirizadas (juellas de eso en el interior de la pirámide a la Maternidad) y sus habitantes dispersados por las sierras de Tlaxcala, Puebla, Hidalgo y Veracruz.

Las serpientes (cushi-luwa) que limpiaban de roedores los maizales del hoy, a{un Teotihuacan. Mismas que este autor identificó desde su primera visita a este Sitio en 1992. No tienen plumas de quetzal, sino que emergen de entre hojas de MAIZ. Y son las mismas que siguen controlando los roedores en cañaverales del Estado de Veracruz.

El Señor del Maíz (Sha chiscu kiliwatkan) es mas que obvio para alguien familiarizado con lo tutu-nakú. Ojos de la cara para ver, y ojos de la mente para pensar y saber (li’katzí). Con cuadritos de MAIZ, colocados como en una mazorca y… los dientes: decisión y “garra” para haber producido el primer en el mundo.

Sacando, como hoy, LA BASURA para presentarlo limpio al mundo en 1910 de aquí la gran hazaña de: Don JUSTO SIERRA

Miles de toneladas de tierra y de vegetación fueron retiradas del sitio. Fue necesario tender vías de rieles de ferrocarril para alejar escombros.

Por el Siglo V se inicia TAJIN, en donde en una sola Pirámide (La de los Nichos) está simbolizada toda la cosmovisión tutu-nakú. Orientada el Oriente, en donde el sol sale yla vida empieza. Con siete pisos que simbolizan la muerte, y con 365 nichos en donde la vida transcurre.

Aquí si estuvieron los toltecas, esclavizándolos, hasta que en el Siglo XII los tutu-nakú se cansaron de ellos y, en masa, los dejaron hablando solos. En pequeños o parciales grupos se acomodaron entre las comunidades de la hoy Sierra Norte de Puebla, que habían llegado previamente como producto del éxodo del hoy Teotihuacan.

Los “olmecoides” aún detectables entre las comunidades e Coyutla, Veracruz y Amixtlán, Pue.

Al rescate de lo sagrado en Teotihuacán

(El centenario olvidado)

A manera de INFORME, condensado y atento a quienes tal vez puede interesar el revisar (con un siglo de atraso) las incógnitas aun no resueltas en relación con la máxima herencia cultural del pasado indígena de México; ya considerado este Sitio en catergoría de “Patrimonio Cultural de la Humanidad”. Aún sin haber despejado sus incógnitas básicas: tan grandes como sus tres monumentales construcciones emblemáticas.

El título tiene, obviamente, un sentido simbólico pero precioso: los méritos del Sitio han sido atribuidos hasta hoy, arbitrariamente, a quienes nuna lo edificaron: los toltecas. Y cuyos símbolos de su cosmovisión; Sol, Luna y Venus (Quetzalcóatl) quedan, por tanto eliminados. Por otra parte sabemos, que toda gran obra de la humanidad ha sido inspirada y acompañada de metas yconviccionesprofundas. ¿Cuáles pudieron haber sido estas convicciones? Y paralelamente ¿Quienes, en verdad, fueron sus autores? Trataremos de responder a este gran reto.. ¿Nos acompaña?. Tal vez nos encontremos con lo SAGRADO.

Entrando en materia

En el 2010 se cumplirá un siglo de haber sido presentado Teotihuacan al MUNDO. ¿Vale la pena recordarlo? ¿Qué se presentó entonces? Se presentó el Sitio limpio y ordenado; habiendo estado (por muchos siglos) cubierto por toneladas de tierra y vegetación. Una impresionante gtarea, perfectamente documentada, en la que el arqueólogo Don Leopoldo Batres hizo la sugerencia y la tarea. En tanto Don Justo Sierra, desde su puesto de Secretario de la Instrucción Pública y Bellas Artes hizo su parte para contar con el apoyo presidencial.

Ahora bien, si partimos de lo mas elemental en función de incógnitas de Teotihuacán tenemos que preguntarnos: ¿Cuál fue (o pudo haber sido) su nombre original? Ya que se ignora, y solamente tenemos el que le atribuyeron los mexicas y pasaron a los españoles de la conquista y la colonia; adjudicándoselos a sus antepasados toltecas. Solo que estos toltecas llegaron al Centro de lo que es México allá por el Siglo VII de nuestra era. En cambio, los orígenes del hoy Teotihuacan parten (según los especialistas) de un poco antes de la era Cristiana. Al llegar los toltecas coincidieron, casi paralelamente, con la salvaje quema y destrucción de esa gran ciudad (Ya abandonad, según algunos) pero que no dañó a sus principales construcciones emblemáticas.

También nos gustaría saberf el verdadero significado de esas mismas construcciones ya que los símbolos escenciales de la cosmovisión tolteca quedan anulados. Otro elemento básico que es ineludible es saber (al menos en el nivel de probabilidades) quienes pudiefron haber sido sus constructores. No hay que subestimar que lo que está por encima de cualquier duda, es que esto fué extraordinariamente bien planeado de antemano. Tampoco subestimar que su construcción significó un gigantesco esfuerzo; contando con las fuertes limitaciones de su tiempo. (Anterior a la era Cristiana)

Hace cien años, al presentar Teotihuacan al Mundo, es evidente que en forma especial se trató de exaltar nuestras raíces indígenas, ya que la lucha por la independencia fue un movimiento contra el grupo opresor hispano; mismo que lastimó (con especial crueldad) esas raíces del México autótctono. Como en forma en forma impresionante y destacada lo redactó Fray Bartolomé de las Casas en su conocida obra “Brevísima Relación de la destrucción de las Indias”. Un “yo acuso” muy respetable y que gravita en torno a la supuesta “redención” del indígena.

Bien; ya pasó casi un siglo de tiemo de esa primera y significtiva presentación de Teotihuacan al Mundo: 36,500 días. Tiempo mas que suficiente para que el numeroso equipo y las destacadas instituciones que han participado (sin subesgtimar sus valiosos aportes) también se hubiesen ocupado de tratar de saber un poco más de lo básico que a muchos interesa. Algo tiene que estar fallando y bien valdría la pena ampliar un poco el abanico de esa búsqueda. Ya que sigue en pie el reto a la intuición, a la imaginación, a la audacia, a la reflexión profunda, al compromiso y a la honestidad profesional; tratando de interrogar a lo poco histórico que tenemos y que tal vez no haya desaparecido del alma y de la conciencia (o subconciencia) colectiva. No podemos esqui var la verdad por oculta que parezca estar. Necesitamos ya URGENTEMENTE que el Mundo conozca su verdadera identidad. Nuestro Planeta (adelantamos) lo agradecerá.

Buscando “Gobernantes”.

Quienes se empeñan en buscar obsecadamente supuestos “faraones” siguen ciegos ante las magnificencias que tienen frente a sí…¿Las consideran mudas? A algunas gentes receptivs pueden decirles mucho. No hay que despreciar la elocuencia del silencio: repetimos “los hechos hablan”. Y estamos frente a obras monumentales, frente a grandes HECHOS. Y si la intuición popular las considera SAGRADAS, tal vez esté en lo cierto, y hace falta buscar por ese lado. Aunque los fanáticos de las actuales religiones dominantes (el viejo cristianismo y la moderna ciencia) no lo consideren así.

Las enseñanzas ocultas en una gran pirámide como la llamda “del Sol”; con su casi millón de megros cúbicos de volúmen, tienen que ser impresionantes. Especialmente si conocemos un mínimo de la técnica utilizada en su gigantesca construcción. No se trata de simples amontonamientos de tierra, tapados o recubiertos con piedra. Se trata de una inmensa red de “cajones” relativamente pequeños de madera o de adobes, (fabricados en el mismo sitio en que se necesitaban) ha biendo sido pegados aun mojados, ¡una sola pieza! Que después de dejarse secar, se rellenaban y compactaban con tierra húmeda y cascajo. Dejándolos listos para enfrentar el tiempo implacable, y seguramente, llevando en el alma la convicción profunda de que esta ban construyendo algo para la ETERNIDAD; ya que no parece haber evidencia alguna de que se trataba de esclavos vigilados y azotados por sus amos. Los indudables voluntarios que tal vez solo recibieron su comida y que hicieron realidad esas impresionantes construcciones, tienen que haber llevado, grabados en el alma, motivaciones profundas…¡vamos tras ellas!.

La participación de familias enteras es mas que obvia; los niños o niñas sepultados en las esquinas de la principal construcción (la lllamada Pirámide del Sol) bien pudieron haber muerto en la pendiente, aún con sus pequeñas cargas y, si fué así, seguramente fueron sepultados con honores de héroes que bien merecían.

No hay que olvidar que nesas construcciones de pronunciadas pendientes todo: agua y materiales sólidos, solo podían ser subidos con su “lipachin” (mecapal) con cabezas y espaldas de seres humanos como cada uno de nosotros y, tal vez, no tan bien alimentados como el común mortal de nuestros días.

En esas tareas diarias que hoy se siguen haciendo en las escarpadas montañas en las que habitan muchos de “nuestros hermanos indígenas” y en las que colectan y transportan la mitad de su comida (la leña para combustible). Los avances tecnológicos de hoy sólo son los machetes. El resto son los mismos y únicos que pudieron haber sido usados durante la construcción de esos monumentos colosales.

Caminando, solo, por las veredas de la Sierra Norrte de Puebla, he podido captar el gran esfuerzo paciente y conciente que las madres hacen enseñando y guiando a sus hijos pequeños para estar orgullosos de la aportación que hacen con su trabajo a la familia “ para que le pierden el miedo” paralelamente para que eviten un daño o accidente y se habitúen en el trabajo normal de sus padres. De los hombres cargando solo pude comprobar, en las veredas, que me alcanzaron y me dejaron con diez veces el peso que yo llevaba conmigo.

Explicar a sus hijos que lo que están haciendo es una necesidad indiscutible para subsistir, es algo comprensible. Pero…¿levantar esas grandes pirámides? Creo que ahí está la gran interrogante y el verdadero gran enigma; el poder saber (siquiera algo) de sus motivaciones profundas, de la fuerza interior que los movía. Saber algo de sus IDEALES (la más rara palabra en la actualidad) tal vez sea esto lo único que pueda iluminarnos.

Es cierto, hay mucho que ignoramos, pero lo que ya comprendemos es que la incapacidad de captar lo fundamental (subrayacente forma de ignorancia) también puede afectar a nuestros “sabios”. Ninguna importancia parecen haberle dado a algo tan obvio: En Teotihuacan se distinbguen bien al menos dos etapas durante su desarrollo. La primera es única e indiscutible: La delinicio y terminación de sus tres grandes construcciones emblemáticas, pero después vino un cambio y las huellas que dejó son muchas y muy visibles. Como el inicio del intento de la destrucción de la pirámides más pequeña y más elaborada.

Lo anterior no es un asunto menor ya que un “parteaguas” parece haberse iniciado ahí: algo que algunos sugieren que sucedió por mediados del Siglo IV de nuestra era. Aunque regresaremos a detalles importantes y concretos que refuerzan esto, nos ocuparemos en primer lugar del punto clave: La salida apresurada de multitudes inermes, pacifistas, de esa gran ciudad que fueron despojadas criminalmente (no encuentro otro adjetivo) del fruto de su esfuerzo, su sacfificio y sus esperanzas.

“El hombre como lobo del hombre” ¡A la intemperie con lo elemental, y con sus niños, sus viejos, y sus enfermos! ¡A sufrir, a llorar y a seguir luchando por su más valiosa pertenencia; su propia vida generosa! ¡El pago ingrato a un esfuerzo civilizatorio desinteresado! Aquí la primera noticia de su identidad: Salieron algunos olmecas, muchos tutu-nakú (totonacas) y un regular grupo de “olmecoides” bien conocidos por los arqueólogos ya que sus facciones son inconfundibles (los mostraremos en los apéndices). Hay dos lugares destacados en olmecoides (que al mezclarse con los tutu-nakú) estan desapareciendo; los pobladores originales de Amixtlán, Pue. Y los de Coyutla, Ver. Todo esto conocido superficialmente pero que en un siglo (después de haber sido presentado el huérfano Teotihuacán al Mundo) nunca ha merecido la atención oficial de los especialistas. No obstante que hay muchos intentos de haber querido establecer esfuerzos similares, pero muy modestos.

También está por conocerse en las Sierras de varios Estados las posibles procedentes de muchos asentamientos. Personalmente he conocido algunos que por sus ancestrales costumbres (por ejemplo, la agricultura en manos femeninas en forma prioritaria) nos orienta a pensar que proceden del centro. Ellos admiten la posibilidad de esa herencia ya que la tienen “desde siempre”, de mucho tiempo pero no tienen la certeza de nada.

La memoria histórica, indudablemente, parece estar mas fresca en comunidades formadas or antiguos residentes en Tajín (Veracruz) y he conocido a varios que así me lo han dicho; principalmente en Tepango, Pueb. Y en Huehuetla, también Puebla., y que en el Siglo XII, en masa, y voluntariamente, abandonaron Tajín para librarse de sus opresores toltecas. Como es conocido, inmediatamente después de haber sido abandonado lo invadió la selva y solo se inició un muy modesto rescate ya bien entrado el siglo XVIII, en la Colonia. Otros asentamientos son recientes y aquí no hay ningún problema. Al medigtar sobre la indiferencia de conocer otras incógnits y de centrarse en rascar y rascar dentro me pregunto: ¿Cómo podrán los especialistas distinguir las huellas mezcladas de idealistas y soñadores pacifistas y las huellas también de perversos rufianes? Otra interrogante es que en “tierra de nadie” bien pudieron pasar, sucesivamente, varios grupos voraces y que justifican eso de…”ladrón que roba a ladrón…”

Lo que no se puede ocultar

Lo imposible de ocultar fueron los muchos grupos tutu-nakú (totonacas) que se esparcieron por las Sierras de los Estados de Tlaxcala, Hidalgo, Puebla y Veracruz. Las posibles fechas de algunos de estos arribos, apreciadas por sus nuevos residentes algo ayudan, pero nunca he conocido a nadie que se interese en esto.

Por otra parte, las periodificaciones de los investigadores independintes y lasoficiales (respecto a la cronología de Teotihuacan) PARA NADA se ocupan de ete hecho inusto y despiadado, mismo que constituye el mas importante acontecimiento de su historia; y hasta hoy ignorado por sus “tecnológos de punta”.

Ahora nos concentramos a tratar de descubrir el posible significado real de sus tres grandes monumentos (rescatados hace un siglo) y su probable significación exterior: Lo que podemos ver todos. De ahi pasaremos después a tratar de rastrear identidades y nombres. Estos grandes monumentos estarán ilustrados en los Apéndices, y aquí solo trataremos la parte conceptual básica; empezando por la parte tradicional artificialmente impuesta, y la compararemos con otras opciones más creíbles. Como todo proceso de búsqueda inicial se empezó con tanteos ante lo desconocido; ha habido mucho que descartar, pero también se han logrado modestos avances y rescates realistas, que tenemos el gusto de presentar: Los rescates TUTU-NAKÚ, y explicamos el significado del término: TUTU (es tres) NAKÚ (algo profundo y vital)

¿Pirámide…del sol?

Empecemos por el importante Sol, que resalta y hasta ha sido llamado “El Astro Rey”, pero que no obstante su innegable importancia (así lo comentaron conmigo personas tutu-nakú) por sí solo el Sol no es capaz de producir vida. Para producirla también requierde “del Padre Cielo” del qe el sol es parte, como también del Agua, del Cielo, del Aire del Cielo y de la Madre Tierra,etc. Y para ordenar y filosofar sobre todo esto los tutu-nakú han tenido su arma básica: LA VIDA como un todo solo tiene CINCO NIVELES y por ellos, el CINCO ES SAGRADO y estos niveles estan bien delimitados en la gran Pirámide del conjunto del que nos estamos ocupando ya. Debo aclarar que estolo encontré en lo que podíamos llamar élite cultural que tal vez no hablen español, ni sepan leer y escribir, pero que son guardianes de una tradición, y sumamente discreta; sin saber a donde puede ir su información callan, o desvían la atención a otro tema.

Ahora, en nuestra observación, participaremos de la base misma de esta Gran Pirámide (construida sobre un manantial, en donde están representados los elementos básicos de la vida: tierra y agua. De aquí parte el Primer Nivel que representa LA VIDA MINERAL. Le sigue un Segundo Nivel en donde está representadala primera forma de vida: LA VIDA VEGETAL. Sigue la evolución de la vida y en el Tercer Nivel tenemos LA VIDA ANIMAL y, por elemental deducción está todo listo (antes no) para que aparezca la VIDA HUMANA en el Cuarto Nivel.

En este último nivel mencionado, el cuarto, hay una novedad si observamos bien (en el Apéndice). Los tres primeros niveles tienen solo un talud y son más voluminosos. El volúmen del cuarto nivel (al que nos estamos refiriendo) es más pequeño (tal vez había menos seres humanos) y también es un poco distinto, ya que no solo tiene un talud sino también un tablero. “Tablero y talud” algo muy utilizado en la arquitectura del hoy Teotihuacan. Se nos hace una gran distinción, al parecer y ¿se lo debemos al arqueólogo don Leopoldo Batres? Ha habido conflicto por esto entre especialistas, el famoso Eduardo Matos no esta de acuerdo pero, de que sí estoy seguro; que no sabe NADA de cosmovisión tutu-nakú. Y aquí hay algo que queda muy claro: No podemos entender ni siquiera a la más grandes pirámides sin recurrir a su verdadera identidad TUTU-NAKÚ.

Ahora pasamos al último nivel (empezando por abajo) el que esta en la cúspide, LO SAGRADO, lo que domina todo y defino lo SABRADO (Que por su destino o nauraleza es digno de veneración o de respeto profundo)

En la cúspide del quinto nivel, algunas personas imaginan que pudo haber tenido un símbolo original y que pudo haber sido destruido o derribado. Aquí lo importante estriba en que ese mismo nivel está arriba de los seres humanos (nosotros) y…abundan las incógnitas. Aquí está simbolizado lo principal que hace posible nuestra vida. No sólo la luz y el calor solar, sino las nubes que generan agua de lluvia y, sobre tod, el AIRE del que dependemos permanentemente.

Sin lo SAGRADO concebido así no entendemos LA VIDA, y aquí la vemos íntimamente ligada al espacio infinitoque compartimos con otros cuerpos celestas: Luna, Estrellas, etc. Y ahora que se habla con insistencia del “Cambio climático” podemos meditar y entender que los daños a lo SAGRADO que está arriba de nosotros constituye un verdadero SACRILEGIO, perpetrado impunemente en aras del “progreso”.

Siento que este avance tutu-nakú (seguramente anterior a la era cristiana) de una presencia de lo fundamental de la NATURALEZA, debería difundirse. A la persona que mas se empeñó en este terreno le viviré siempre agradecido. Aquí está medularmente desrito ese concepto que he captado de ellos: SABIDURÍA igual a SENTIDO COMUN. Y aquí añado lo que me dejó frío “no hay en la Naturaleza algo como mitad planta y mitad mineral. Tampoco mitad animal y mitad hombre. Eso sólo existe en la ficción. Paralelamente no podemos concebir un hombre SAGRADO, como Cristo, o un animal SAGRADO como el jaguar de los olmecas”.

Ya podemos entrever, aunque sea levemente, la justificación de la enorme pirámide de un millón de metros cúbicos de volúmen. Otro interesante punto de vista tutu-nakú (y en el que tuve que recurrir a un amable traductor) solo muestra el enorme campo inexplorado de su cosmovisión: Nadie puede subir y pasar al siguiente nivel superior. En cambio cualquiera puede bajar de nivel (eso sí) y no solo el ser humano es propenso a hacerlo; un hombre indigno de serlo es como un animal. Y un hombre que por enfermedad o indolencia que no se mueve, que no trabaja y que vive como una planta inútil llega al nivel vegetal. Y al final de nuestras vidas (entonces sí) todos bajamos al nivel mineral. Bueno, esto coincide con eso de…”tierra eres y en polvo te convertirás”, que es universal. ¿Cuantas cosas de nivel universal en esta cosmovisión podrán ser cruciales para nosotros? Qué falta están haciendo hoy sus antiguos lídees culturales “nukú skoy”, corazones que iluminan.

Ahora si ya podemos llegar a conclusiones comprensibles: Estos CINCO niveles presentes en la impresionante pirámide “del Sol” simbolizan al Cielo, a la Tierra y a la VIDA que en ellos se desarrolla. Representan lo que hoy comunmente llamamos NATURALEZA, y que con el negativo “cambio climático”, nos alerta a que tenemos que ser escrupulosos en nuestro respeto a ella, a la que nos garantiza (aún sin merecerlo) LA UNICA VIDA QUE TENEMOS TODOS.

Aquí lo que tenemos en esta GRAN PIRAMIDE es el máximo símbolo ECOLOGICO ¡desconocido! Pero presente desde hace mas de dos mil años, y UNICO EN EL MUNDO, ¡ORGULLO DE MEXICO!

Ahora si ya podemos llegar a conclusiones comprensibles. Estos CINCO niveles mas que justifican todos los CINCOS que podríamos encontrar en el hoy Teotihuacan (y son muchos) han pasado inadvertidos por los estudiosos, y no se trata de meras coincidencias. Por otra parte, y recordando a los vándalos que en avalancha debieron llegar a secuestrar la gran ciudad, tal vez no en una sino en varis oleadas posteriores (no sabemos) tiene que destacar lo superficial qeu cada ola pudiera añadir fácilmente (como sus pinturas y cosas suspérfluas) que carecen de valor probagtorio y nos puedan confundir. Nunca ser un reflejo veráz y profundo del TUTU-NAKÚ (eterno) improvisadamente llamado Teotihuacan, y artificialmente calificado como “El lugar en donde los hombres se hacen dioces” o simplemente “La Ciudad de los Dioces”, etc.

CONCLUSION: “La pirámide del Sol” se convierte en ficción que ha prevalecido por siglos. Y ahora estamos ante su indiscutible realidad: !LA GRAN PIRAMIDE A LA NATURALEZA¡ “LA IDA EN CIELO Y TIERRA”

La Pirámide de…¿La Luna?

Resuelto el primer enigma pasamos al segundo gran monumento, y a su hermosa plaza del conjunto equivocadamente atribuido a “La Luna”. Este segundo gran monumento está, también, totalmente inspirada y comprometido con LA VIDA. Dedicado a recordarnos en profundidad, a valorar nuestra propia vida individual y que (en primera instancia) la debemos a LA MADRE que nos trajo a este mundo. Este gran monumento (también original) está en el centro mismo de mayor recogimiento y devota gratitud. Es al que se dirige la Gran Calzada Central. Y nos lleva e invita a dar gracis a la MATERNIDAD generadora de la vida.

No se trata de idealizar a una madre imaginaria de quien queremos ayuda en la Tierra y su intermediación por nosotros en el Cielo. Se trata, en un acto de elemental gratitud, de la representación simbólica de nuestra propia madre terrena, a quien en multitud solidaria (devota y unida) le vamos a rendir un homenaje bien merecido, como muchos lo hacen hoy en el Tepeyac: !no a pedir, sino a agradecer¡ No solo en el acto de habernos traído al mundo; al que llegamos en un nivel de absoluta imposibilidad para valernos por nosotros mismo. Venimos también a agradecer su tarea diaria de cuidarnos y de amarnos desinteresadamente todo el tiempo en que física, anímica y psicológicamente tenemos necesidad de su dirección; alimentación, vestido, apoyo moral, auxilio en nuestra salud, inspiración y consuelo.

La importancia destacada de la MATERNIDAD en la étnia tutu-nakú ha sido mal interpretada en la poca historia que tenemos de ellos. Y los historiadores la han confundido con una DIOSA a la usanza greco-romana y española; no hay tal cosa. El conquistador Hernán Cortés llegó a llegó a Cempoala (capital tutu-nakú) invigtado por una comisión de CINCO nativos, y esto lo relata Bernal Díaz del Castillo. Hernán Cortés, indiscutiblemente catador de hombres, y sin desconfiaza alguna, dejó solo (entre ellos, en1519 y por cuatro años) al jóven Francisco Ortega, y lo instruyó para que, por escribo, le informar ade lo básico que pudiera captar de la lengua, costumbres, religión, leyes etc. De los tutu-nakú.

No tenemos copia de ello, pero sí de lo que este jóven comunicó al dominico Fray Bartolomé de las Casas, y ampliada por la valiosa aportación del Franciscano Fray Juan de Torquemada en su “Crónica de Crónicas” muy conocida y titulada “Monarquía Indiana”, que redactó siendo Guardián del convento del hoy Zacatlán, Pueb. (antiguo Atenamitic tutu-nakú) y que al ocuparse de este grupo (quienes le informaron de la participación de sus antepasados en la construcción de tres grandes pirámides en el Centro del hoy México) también se refiere a una diosa, basándose, indudablemente, en la original aportación de las Casas. Con posterioridad dos historiadores extranjeros, Walter Krikeberg, alemán y Alain Ichon, francés. También hablan de esta “diosa”.

Como occidentales, todos, no parecen concebir que para muchos indígenas la maternidad humana (como generadora y colaboradora con la VIDA) es más milagrosa que cualquier figura imaginaria llevada a los altares. Para algunos tutu-nakú el mismo Sol debe haber tenido madre, y tal vez sea comprensible cuando los estudiosos del Universo concluyen que el Universo entero se está expandiendo aceleradamente como un proceso que se fertiliza a si mismo. De igual manera parece ser comprensible que en la Pirámide dedicada a la MATERNIDAD (que nos ocupa) y en forma simbólica, ese cuerpo adosado de CINCO niveles (y que representa a la NATURALEZA (cielo y Tierra) se postre reverente a los pies de la MATERNIDAD INDIGENA.

Somos muy afortunados: La figura labrada en piedra, simbolizando en forma realista a la MADRE INDIGENA venerada en la Pirámida que estamos describiendo existe en el Museo Nacional de Antropología e Historia de la Ciudad de México. La misma que debe haber ocupado el centro mismo de la Gran Pirámide que venimos considerando; ya que fue encontrada, tirada, al pié de ese mismo monumento, y hoy clasificada como “Diosa Acuática”. Esta tuvo que haber sido derribada con anterioridad y encontrada durante la operación de ordenamiento y de limpieza de la zona, para presentarla en 1910 al mundo.

Su verdadero nombre en tutu-nakú es NATSI’TNI, la maternidad con un sentido sagrado. Y si tomamos en cuenta su fotografía (Apéndices) vemos que ilustra a un gran monlito de más de tres metros de altura, y con un gran peso que lleva en la cabeza, así como la posición de sus manos como llevando un “pipachin” (mecapal) que describen bien a una de las miles de mujers que bien pudieron trabajar, transportando materiales, para dejarnos esa gran herencia milenaria. Así queda aclarada la SEGUNDA INCOGNITA: De la supuesta “luna” tolteca a la muy realista MATERNIDAD tutu-nakú.

Serpiente…¿Emplumada?

Ahora nos ocuparemos de la TERCERA INCOGNITA, la de la Pirámide de mayor volúmen, pero donde abundan los detalles decorativos simbólicos y a la que aún llaman “Templo de Quetzalcóatl”. Este monumento también está relacionado con LA VIDA y su inseparable compañera; la ausencia de vida permanente; la vida de los que se fueron. La fundamental preocupación y gratitud del grupo nativo del que nos venimos ocupando; los tutu-nakú (totonacas). Aquí estamos frente a una dura realidad, imaginación, nostalgia, sensibilidad y enorme gratitud. La dura realidad es que los vándalos, cuya evolución humana no estaba lejos de la animalidad (perdón a los animales) y haciendo uso de lo único que no requiere de inteligencia; la capacidad para destruir; iniciaron la destrucción de este tercero y bello monumento. De sus siete pisos originales (en honor a los muertos) destruyeron dos o tres; y como tal vez la tarea no fue fácil, levantaron un muro y añadieron (centro de la gran plaza de la Ciudadela) una “pirámide” de muy mal gusto, para así “tapar” a la original que estamos considerando.

En la original hay derroche de buen gusto y de información esencial: su origen y añoranza de la Costa del Golfo y sus motivos marinos. Su orientación, como la de la Naturaleza, al poniente para que en ella se reflejen los colores del ocaso y lo esencial: Con un sólo golpe de vista (con objetividad y realismo) quedan anuladas las pretensiones de una supuesta identidad tolteca. ¿Quetzalcóatl…Serpiente Emplumada? ¿En dónde están las plumas de quetzal? Las serpientes que vemos se asoman de entre hojas de MAIZ. Son las “cushi luwa”, las consentidas y entrenadas serpientes que controlaban los roedores, ya que sin ellas no se habrían levantado las abundantes cosechas de MAIZ que consumieron las multitudes constructoras de la PRIMERA GRAN CIVILIZACION DEL MAIZ, !reflejada en las impresionantes obras de su Gran Ciudad¡

Asociadas a las cabezas de serpientes (que vemos asomarse entre hojas de maíz) e intercaladas con ellas, están unas figuras sorprendentemente originales, mal llamadas “Tláloc”; nombre absurdo de una deidad nahua, “dios del agua”, algo que llegó aquí siglos después. Estas figuras de una cuadrícula como de granos de maíz y tienen cuatro ojos (en el Apéndice) dos de la cara y dos de la mente (li’katzi) y conectados al oído; lo que podemos interpretar como “percepción total” algo mas que necesario para poder obtener una planta sorprendentemente nueva (una verdadera innovación vegetal) lograda por el ingenio humano a partir de dos plantas diferentes y …¡anterior a la era Cristiana! ¡EL MAIZ! Y quien lo logró ¡EL SEÑOR DEL MAIZ! Mencionado por los historiadores como figura importante en su cosmovisión. El que hizo posible que esta semilla llegara primero a los mayas (lo señala su libro sagrado, el Popol Vuh) después se regara por America hoy, y de ahí a todo el mundo.

CONCLUSION: La historia se repite: Hoy, la cosmovisión tutu-nakú (como el MAIZ) es un regalo potencial para todo El Planeta. Generosidad de pacifistas, un Premio por la Paz (así sea simbólico). No hay tal cosa como “Templo de la Serpiente Emplumada”. Es un monumento AL MAIZ y a las generaciones que han pasado antes que nosotros. Incluyendo (por supuesto) a los creadores de LA GRAN TUTU-NAKU (Teotihuacan)

Quien esto escribe agradece a los tutu-nakú históricos y a sus amigos y compadres tutu-nakú actuales, la gran oportunidd de haber compartido los valores profundos de una CULTURA latente, pero que está VIVA. Lo principal es su sentido de lo SAGRADO que considera que lo mas sagrado que tenemos es NUESTRA PROPIA VIDA (posible gracias a La Maternidad, a la Naturaleza y al Maíz) ya que sin ella LO SAGRADO, O LO NO SAGRADO, nada significan¡

Integrando estrategias y actitudes

Estamos sometidos a una durísima prueba el valor de una pequeña y vigorosa semillita; hemos tratado de aclarar equívocos que han estado vigentes por siglos. Mentiras repetidas millones de veces como verdades, el panorama que tenemos frente a nosotros no es optimista, y ante esto, no podemos darnos el lujo de ser ingenuos y pesimistas. En primer lugar tenemos que informa ra 250,000 TUTU NAKÚ, y paralelamente a millones de mexicanos. Ya que los destacados valores TUTU-NAKU enriquecen el acervo cultural mexicano. Necesitamos de la inspiración de esas monumentales construcciones que hemos revisado y que fueron hechas, poco a poco, paso a paso, y viaje a viaje por pesadas pendientes.

El tiempo está de nuestra parte si somos persistentes, cualquier gasto grandioso en los medios de comunicación comerciales (suponiendo que lo pudiéramos hacer) sería ilusorio y pasajero “llamarada de petate”. Con lo anterior en mente, este informe esta diseñado para que la más humilde copiadora y una grapa (si no hay más) lleven la “buena nueva” a quienes necesiten conocerla, el lector puede añadir sus comentarios, y enriquecer este trabajo.

Apéndices y complementos

Los puntos que aquí se resaltan y se ilustran son (entre otros) la dignificación de un grupo étnico importante, el TUTU-NAKÚ, que ocupa el octavo lugar entre las 56 etnias existentes en nuestro país. Situados (la mayoría) en las partes altas de cuencas hidrográficas importantes. En nuestro caso la principal es la del río Tecolutla y no esperemos aquí otro Nueva Orleans, Stan, Tabasco, Etc.

Por otra parte, estamos también marcando el PRINCIPIO de una importante innovación; destacando lo valioso de cada etnia para que, (por cuenta propia), inicie la superación de sí misma, reforzando sus propios valores ancestrales. La más grande mentira que esparcieron los gachupines es que aquí nada valioso. Así justificaron su genocidio.

Ante el cambio climático ya en puerta, y demostrando que el planeta (inteligente) nos puede borrar del mapa cuando ya no pueda soportar nuestra condición destructiva, cambiamos a ser (para el planeta y para nuestros semejantes) la opción constructiva inspirada en el antiguo TUTU-NAKÚ, TAJIN, la imagen del TEPEYAC, etc. Como símbolos ecológicos valiosos.

Mucho agradecemos difundir esta iniciativa por medios electrónicos a las personas interesadas.

La Ética y la Naturaleza

LA ETICA, se nos dice, es la parte de la filosofía que trata de lo moral (distinguir entre el bien y el mal) y de las obligaciones del ser humano. Por tanto LA ETICA es el valor básico del cuarto piso de la gran Pirámide de la NATURALEZA: El dedicado a los seres humanos (nosotros) y por tanto no lo podemos eludir ni subestimar. Esto no es atributo de la materia inerte; la Tierra, de la Vegetación o de la Vida Animal.

Marca, por si misma, una especial distinción cualitativa: Todo ser humano (sin distingos) es el ser mas evolucionado de la NATURALEZA, y solo superado por lo SAGRADO. Por tanto no debe aceptar ser despreciado por otros seres humanos iguales a él. Este debe ser un valor moral básico.

Ahora, si nos centramos en el ser humano tenemos que referirnos a su inevitable triple relación (Steiner). La relación consigo mismo debe ser ética. La relación con sus semejantes debe ser ética y la relación con su medio ambiente también debe ser ética.

El tutu-nakú (medio) que este servidor conoce tiene una buena comprensión de su medio ambiente, si no fuera así sería el magnífico agricultor que es. Tiene una buena relación con sus semejantes que la determinan su pacifismo y su sentido de agradecimiento. Aunque desgraciadamente en su mundo exterior no siempre lo tratan, o lo han tratado bien.

Todos sabemos que algunos (para decirlo muy suavemente) lo subestiman. Y, para neutralizar esto no hay mas que elevar el aprecio de sí mismo y de lo suyo y no aceptar, sumisamente, el desprecio de otros. En la última lucha política por la presidencia, y en no pocas ocasiones, se despreció a lo “naco”. Y una forma efectiva de neutralizar esto es dar a conocer las grandes aportaciones que este país ha recibido por lo TUTU-NAKÚ. Hemos dado a conocer dos que fueron “incautadas”…!Faltan más¡

Esta gran huella negativa nos da una clara información: Los vándalos que en el Siglo IV despojaron a los tutu-nakú de su gran ciudad, pusieron su distintivo sello de analfabetas agrícolas: desertificando el área productiva en torno a su gran ciudad. Después de este proceso, que duró poco mas de dos siglos, abandonaron y quemaron sus vestigios.

Subestimaron el avanzado sistema de una auténtica cultura rural. Anterior a la Era Cristiana y con milenios de avance a la Europa de ese entonces: También la subestimaron los invasores hispanos del Siglo SVI quienes quisieron trasplantar todo de Europa. Y que (según ellos) fuera del ORO nada mas era valioso. Tuvieron que transcurrir siglos para que hoy (que podemos conocer con cierta precisión la producción mundial de MAIZ) podemos constatar que este grano es la mayor aportación de México al Planeta que habitamos. Bien se puede tratar del primer “transgénico” en la historia de la humanidad. Con posterioridad (siglos) una antigua leyenda “Quetzalcoatl – Serpiente Emplumada” (un tolteca que se convirtió en estrella) sustituyó a su verdadera identidad, que aquí presentamos como original rescate del que esto escribe.

Esta es una fotografía de este Monumento que no tiene rival: se debe al trabajo de GEORGE E. STUART (editor) y a la genial sensibilidad artística del fotógrafo KENNETH GARRETT (National Geographic – Diciembre de 1995). Capta la intención medular de sus creadores tutu-nakú: La máxima gratitud a sus antepasados que “domesticaron” al MAIZ y se refleja en él la “sangre flor” de los tutu-nakú: Los colores del ocaso, la región donde descansan sus amados muertos¡

Este singular elemento probatorio (orgullo de identidad y pertenencia) mas el testimonio maya (Popol Vuh) de que ellos llevaron su maíz de Paxil y Cayalá (zona tutu-nakú de Misantla, Ver.) se añade a la aún existente memoria histórica de las dos plantas que intervinieron en su creación (Papantla, Ver.) con lo anterior no nos queda otra opción que respaldar el hecho que los antepasados de los hoy tutu-nakú fueron los creadores originales del MAIZ.

ALGO PARA MEDITAR: Aquí tenemos una muestra de quienes, muy posiblemente participaron en la dirección y ejecución de las impresionantes construcciones del aun hoy Teotihuacan. La posición de sus manos (que ha intrigado a muchos) es totalmente explicable: Es de quien recibe y ayuda a bajar cántaros de agua (que se consumió muchísima) y posiblemente cargados por mujeres (y hasta por niños) como es habitual es su vida actual. Las cargas de tierra y piedras (mas pesadas y apropiadas para hombres) se podían tirar, sin problema, con solo señalarles el lugar adecuado.

Estos “olmecoides” comparten su asociación a dos animales emblemáticos, prioritariamente presentes en Teotihuacan; jaguares (olmecas) y serpientes (tutu-nakú). En cambio la cosmovisión majestuosamente representada en sus grandes construcciones emblemáticas es, solamente, TUTU-NAKÚ. Aquí la partícula NAK nos orienta a profundidades jerárquicas vitales; como el espíritu y el alma y cuyas discrepancias, con los conquistadores-evangelizadores hispanos, fueron inevitables. Los nativos les aclararon a los invasores que no solo les era impensable creer en la “condenación” del alma, sino que ellos tenían DOS almas, enlo mas profundo de su ser. Esto lo trata el francés Alain Ichon en su conocido libro “La Religión de los Totonacas de la Sierra” – INI, 1990 – y solo lo trata en generalidades, aunque da a conocer los nombres originales de estas dos “almas”: li’stakna y li’katzi. Esto me ha llevado a tratar de ahondar en ello, sin mucho éxito, por la sencilla razón que, o ellos mismos no lo saben en profundidad, o no lo pueden traducir al español (hay cosas intraducibles, por su propia condición de cultura original) o abundan los conceptos imaginativos al gusto de los entrevistados.

Indirectamente he avanzado un poco: ¿Cuál de las dos “almas” es más importante? Para muchos las dos son igualmente importantes, para algunos li’katzi (que significa saber, conocer) no es tan importante como li’stakna que se asocia a respirar; sin respirar uno muere. Y para los tutu-nakú LA VIDA ES LA GRAN PRIORIDAD, por eso son pacifistas, ¿Esto es obvio parra todos? No parece haber sido para sus esclavistas nahuas, ni para los “cristianizantes” gachupines y para quienes se enorgullecen de su “destino manifiesto”. Pero en TUTU-NAKÚ (Teotihuacan) la gratitud por la vida es grandiosa: VIVIR sin una madre es imposible. VIVIR sin la naturaleza es imposible, y vivir sin el maíz sería casi imposible.

La sabiduría Tutu-Nakú tiene muchas vertientes.

El surgimiento de TAJIN, en el Estado de Veracruz (posiblemente a finales del sigloIV) parece haber sido la lógica respuesta a la caída TUTU-NAKÚ (Teotihuacan). En primer lugar se abandonó el “monumentalismo” y con gran modestia y talento, y en un solo edificio, LA PIRAMIDE DE LOS MICHOS, se materializó toda su cosmovisión.

La Pirámide de los Nichos está dirigida al oriente, en donde el Sol nace y la vida llega. Tiene siete pisos (a la muerte) en donde la vida termina: la VIDA como un todo. Pero aquí hay una gran innovación: Se añade el TIEMPO; 365 nichos (un año). La VIDA en el TIEMPO. La dinámica de la vida y su transcurrir activo en el tiempo.

Por otra parte, en sus CINCO series de TRES nichos (en la escalera) está simbolizada la NATURALEZA y en cada una de las series de TRES nichos está el TUTU-NAKÚ; La Maternidad, la Naturaleza y el Maíz.

Muy pocos siglos después (tal vez tres o cuatro) de iniciado El TAJIN aparecieron en la zona los violentos toltecas que llegaron, sin resistencia, a una región totalmente pacifista. Para empezar cambiaron los nombres tutu-nakú de las comunidades y les impusieron nombres de su propia lengua nahuatl que están vigentes hasta hoy. Asegurándose de su superioridad y sus tributos. A la ciudad de Tajín la convirtieron, prácticamente en cuartel, a juzgar por las ruinas que aún existen, y la vida en ella para los tutu-nakú, tiene que haber sido tan insoportable, que en el Siglo XII tomaron la radical medida de abandonarla en masa. Lo que originó que la ciudad fuera invadida y ahogada por la selva. Fue hasta el Siglo XVIII, en la Colonia, que poco a poco se inició su rescate.

EL COCIDE 1556

Símbolo ecológico para la protección de la Tierra (no para la protección comercial de los chinos)

En forma simplificada e innovadora EL TAJIN, en un solo edificio (LA PIRAMIDE DE LOS NICHOS) concentró todo lo valioso de su cosmovisión tutu-nakú. Esta misma cosmovisión fue utilizada en 1556 para reconocer implícitamente, que los indígenas no adoraban demonios. Herencia directa del gran TUTU-NAKÚ (Teotihuacan)

Probarlo estuvo a cargo del Segundo Arzobispo de la Nueva España (México), el dominico Fray Alonso de Montúfar. Eletido en España para frenar los numerosos abusos de los monjes (especialmente de los franciscanos) que gravitaban sobre los indígenas. “Se sentían inquisidores, obispos y hasta papas”. Declaró Montufar.

Al llegar Montufar en 1554, al diseñar su estrategia, organizó en 1555 su Primer Concilio oara “legalizar” las acciones que tomaría para ordenar la Iglesia Colonial y así alinearla a la Iglesia Universal. El tema es amplísimo y solo tocaremos (muy someramente) el caso guadalupano: Auspició que sobre el mismo lienzo de una Guadalupana llegada en 1530 de Extremadura (y tapándola) se pintara una nueva imagen autóctona que (en nada) estuviera en contra, o sobre, la catolicidad. Y en el modelo escogido (sin declararlo así, sino por sus resultados) resultó ser el de la Cosmovisión tutu-nakú, y en forma de un CODICE INDIGENA, que él mismo presentó y muy efusivamente en 1556.

El camino directo a esta cosmovisión fue, sin duda, Fray Toribio de Benavente (el gran Motolinía, amigo íntimo y confidente de Hernán Cortés) y este la conoció por escrito, y de primera mano, de Francisco Ortega, el joven que Cortés dejó en 1519, y por cuatro años, viviendo y estudiando en Cempoala, con los tutu-nakú. Por el apoyo a Montufar, de parte de Motolinía, este pagó (hasta su muerte en 1569) prisión perpetua por parte de su Orden, y su mayor enemigo, Fray Bernardino de Sahagún declaró a la Guadalupana (en su Historia General de la Nueva España) : “Invención diabólica para paliar (disfrazar) la idolatría”. Ahora analicemos esta “invención diabólica”:

La hermosa imagen femenina que todos conocemos, está en el centro mismo de LA NATURALEZA. El sol a sus espaldas (como la madre que es, en un hueco en el Cielo) y rodeada de nubes con ribetes de ocaso (Zona de los muertos) su túnica o vestido es del color de la tierra mineral, la parte exterior del manto es verde azul, el color del Agua, y el interior del manto es del color del Cielo (como en los códices indígenas). La vegetación en forma de arabescos (posiblemente en honor de Montufar, nativo de Loja, Granada, España) y el “ángel” se afianza en una hoja de MAIZ (mano derecha) y la mano izquierda sujeta un pliegue que esconde LA MATERNIDAD. En este pliegue se esconde un niño indio por nacer y, para verlo mejor, hay que poner la imagen de cabeza. La punta de su sandalia es su cabecita. El “ángel” un conquistador español; el mayor mal para el indígena, en el lugar del demonio o el dragón infernal. Así, como lo Sagrado y Laico, se integra otro gran símbolo ECOLGICO, INDIGENA, y con indiscutible calidad PARA CELEBRAR EL SEGUNDO CENTENARIO DEL FAMOSO GRITO DE DOLORES.

Recordar es vivir

Quien esto escribe CARLOS CABALLERO ZAMORA, nativo de Tlaxco, Tlax. Ha sido, desde sus diecinueve años de edad (hoy tiene 84 años cumplidos) alguien preocupado por la destrucción del medio RURAL Y FORESTAL. Cuando esta fotografía fue tomada en julio de 1995, por quien acompañaba a estos dos niños tutu-nakú, premiados por este servidor con un viaje a Teotihuacan, apenas tenía dos años de haberme autojubilado para tratar de conocer más a fondo a la étnica tutu-nakú de la Sierra Norte de Puebla y Veracruz, misma zona que había conocido, admirado (y pasado una larga temporada acompañado a un familiar) en el corzón mismo de esta región: Hueytlalpan, Pue., a finales de la década de los años treinta del Siglo pasado.

1992 – Con la celebración del Quinto Centenario del Descubrimiento de América, y con la celebración también de la Segunda “Cumbre de la Tierra” en Río de Janeiro, organizada por el PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente) creo que determinaron que para 1993 (fecha de iniciación de mi séptima década de vida) iniciara, por cuenta propia, y con renovada actitud, mi antigua simpatía por los tutu-nakú.

Creo e nel valor de la intuición, y desde el inicio de esta renovada relación, mi intuición me orientó al Tepeyac y al aún hoy, Teotihuacan, como referencias básicas de la cosmovisión tutu-nakú. Por otra parte, mi contacto con la culta Jalapa, Ver., ha sido crucial. En ese mismo 1993, publiqué dos folletos artesanales que me sirvieron de “punto de arranque” que, por supuesto, recuerdo hoy cuando siento mi llegada a la meta propuesta: Promover, de fondo y con hechos, el autoaprecio de los integrantes de la étnia tutu-nakú por sus antecedentes históricos y arqueólogicos en que resaltan como “La etnia más importante del mundo antiguo”

Como siempre lo he hecho; corriendo solo y sin copetencia. Mi vocación es abrir brecha. Nada extraordinario, y en la carrera de relevos que es la VIDA, ahora tienen la palabra los modernos “TUTU SCOY” de esta etnia.

Noviembre de 2007.

La Totonaca

Etnia serrana, vista desde fuera.

Ponencia presentada por Carlos Caballero Z., en el Encuentro de Cronistas, Historiadores y Narradores de la Sierra Norte, el d[ia 11 de diciembre de 1993, en Huauchinango, Puel.

El conocido autor inglés Fritz Schumacher (“Lo Pequeño es Hermoso”) señala en su inquietante obra “Guía para el Perplejo”, que somos la suma, o la combinación de cómo nos vemos a nosotros mismos y de cómo nos ven otros. Como personas o como sociedades, necesitamos ser vistos desde más de una perspectiva para ser conocidos y evaluados con mayor certidumbre. Y, hablando de ver, hay que recordar que es parte de la sabiduría indígena considerar que ver es más que simplemente mirar; que ver es percibir, es profundizar, y esto no lo podemos olvidar ya que para descubrir las cosas ocultas del pasado (oficio del historiador) se requiere una penetrante y sensible percepción; misma que rechaza, por principio, el observar únicamente desde una sola perspectiva. Se trata, pues, de utilizar juiciosamente una lógica elemental que aquí ilustramos:

Si ante nosotros tenemos dibujado un pequeño círculo con un fuerte punto en su centro, lo podemos interpretar de mil maneras; para alguien puede ser la representación de un electrón y su órbita, para otro puede ser un profundo pozo visto desde su brocal, y para alguien más sólo sería un simple lápiz visto de punta, etc., etc. Lo anterior es para resaltar que la visión desde una sola perspectiva, en las artes gráficas o en la historia, es algo ambiguo y con frecuencia engañoso. Para observar con precisión se requiere ver todo en una triple dimensión que, a diferencia de lo gráfico, en lo histórico es de naturaleza espiritual ya que es en el espíritu del historiador en donde residen la conciencia, la sensibilidad y la libertad, a través de las cuales va en búsqueda de su oculta o esquiva verdad. Sin eso, el concepto de “imaginación histórica” es sólo un término.

Por otra parte, en asuntos históricos, o étnicos, una visión e afuera para adentro puede pecar de superficialidad, ignorancia o presunción, pero también una visión de dentro para dentro puede estar contaminada de aislacionismo, narcisismo o fatuidad.

Y si nuestra búsqueda histórica pretende aportar algo útil a la sociedad que nos ocupa, tenemos que desembocar en una historia crítica en el mejor sentido de la palabra. Una historia que esté alejada de un sentido anticuario, mismo que generalmente responde (con fantasías o verdades a medias) a la vindicación de la nostalgia o de la melancolía. Esa historia crítica que necesitamos, también debe estar alejada de una historia monumental que normalmente pretende, en la exaltación del propio pasado, una sospechosa necesidad de glorificar su presente. Sólo que al tratar de acercarnos a los aspectos históricos totonacas, lo primero que descubrimos es que estamos enfrentando un caso de severa amnesia histórica. Ante este hecho, nos convencemos de que rescatar su pasado es algo crucial, ya que lo que está en juego es la sobrevivencia de una gran cultura original, que aún puede seguir enriqueciendo a este país.

Para rescatar la historia totonaca, teniendo e cuenta los pocos elementos con que se cuenta, habrá que hacer un gran esfuerzo desde dentro, pero también habrá que hacer un gran esfuerzo desde fuera. Las microhistorias totonacas, aún existiendo ya y partiendo de dentro, sólo serían el inicio ya que se trata de partes aisladas de un todo, y no hay que olvidar que el todo es más que la simple suma de sus partes. Integrar la historia totonaca como un todo sería el siguiente paso, y mis experiencias hasta hoy y mi intuición me aseguran que en lo totonaco hay material con suficiente potencialidad no sólo para que el totonaca del presente se rescate a sí mismo, sino para enriquecer el todo nacional e internacional. Trataré de aportar pruebas concretas de ello.

Qué sugerente se presenta hoy tratar de rescatar el pasado de una sociedad humana en permanente búsqueda de una convivencia civilizada, pacífica y constructiva, que llega viva hasta nuestros días a pesar de haber sufrido la despiadada presión de grupos siempre caracterizados por su afán de poder: militar, político, económico y hasta religioso.

Una historia llena de penalidades, pero que cuenta con logros significativos en los campos culturales y espirituales.

Presentaré sólo algunos botones de muestra y, por comparación de realidades del mundo externo, trataré de resaltar su importancia.

Viajemos hasta el otro lado del mundo y acudamos primero al país que está dando las muestras más audaces de avance tecnológico y económico: Japón, mismo que apenas ayer anunció que ya ha hecho las primeras pruebas de un ferrocarril que alcanza la velocidad de 400 kilómetros por hora; algo que ya no sorprende si consideramos sus avances en la electrónica, la óptica, la biología, etc.

Ahora veamos una analogía espiritual, comparando algo de factura totonaca, con una serie de valores de la crema de la crema del primer mundo: la máxima figura religiosa de la más antigua, respetada y original religión japonesa, el Shintoismo, es una diosa celestial: Amaterazu o’mi Kami. La otra es el Sol, presente en la bandera japonesa. Después viene un tercer personaje; un héroe militar y político: el Emperador, cuyo sólido prestigio religioso y político aún subsiste, a pesar de los esfuerzos norteamericanos por desacreditarlo durante la pasada guerra mundial y la ocupación que le siguió.

Comparando: Para los antiguos totonacas, sus principales figuras religiosas son también, una gran diosa de los cielos Natsi’tni, también el Sol Chichiní y en tercer lugar no un héroe militar o político, sino (algo mejor para mi gusto) un héroe cultural Sha Chisku Kiliwatkan a quien se le atribuía la domesticación del maíz.

Ahora, para vislumbrar la posibilidad de que los totonaca hayan sido los domesticadores del maíz (valiosísima aportación al mundo) tenemos que buscar también afuera, y es un testimonio maya, el del Popol Vuh, que nos señala que el maíz procedía de Paxil y Cayalá, lugares que muchos sitúan en zona de Mizantla, antiguamente totonaca.

Aún en pequeños detalles hay mucho para meditar y para comparar. Por ejemplo: para aprender debidamente el gran valor de una singular creación totonaca, el de sus caritas sonrientes, tenemos qué ir más allá de lo artístico y adentrarnos en la logoterapia de Viktor Frankl (de la Tercera Escuela de Psicoterapia de Viena) así como asomarnos también a los recientes intentos españoles (varios siglos después) de cura por medio de la risa y admirar así la proyección y la visión de esta cultura que estamos considerando.

Paralelamente, para aquilatar con propiedad los logros sobresalientes de la civilización totonaca del pasado, no sólo tenemos que visitar Tajín, Yohualichan, Filobobos, etc., sino que tenemos que centrarnos en la joya arqueológica más importante de México (y posiblemente del continente) Teotihuacán, en donde los totonacas dejaron sus huellas indelebles.

Sólo que para tratar de vislumbrar lo que estaba detrás de sus impresionantes logros culturales y espirituales, y hasta el por qué de su nombre “Tutu Nakú” (literalmente tres corazones, simbólicamente tres principios vitales) tendríamos que considerar no sólo su corazón “Nakú” sino su concepto de alma “Li-stakna” y de espíritu “Li-Katzí”. Este último está en la línea total del concepto de espíritu de los filósofos alemanes que brillantemente han incursionado en este campo.

Ahora, para poder juzgar la importancia que los totonacas han tenido en el destino de México (para bien o para mal) regresaremos a casi medio milenio y al consultar a los cronistas del siglo XVI nos informarán que, en un acto de legítima defensa, la estrategia básica para que los conquistadores hispanos derrotaran a los aztecas, fue sugerida a Hernán Cortés por los caciques totonacas de Cempoala.

Pasando después a escudriñar en lo profundo del alma mexicana, consideraremos la valiosa opinión de nuestro Premio Nobel, Octavio Paz, que nos dice:

La creación más compleja y singular de la Nueva España no fue individual sino colectiva, y no pertenece al orden artístico sino al religioso: el culto a la Virgen de Guadalupe.

En relación a esto he escrito dos folletos: el primero para mostrar que si tratamos de ver el Lienzo Guadalupano con la limpia objetividad con la que seguramente la vieron y aceptaron los indígenas de 1531 y años posteriores, y no condicionados por una prolongada asociación con los valores religiosos que ellos no comprendían, no nos costará trabajo adeptar que ese Lienzo, a la manera de un códice, es una síntesis de los valores de la teología totonaca; anterior a la invasión tolteca, pero aún vigente en la Cempoala de principios del Siglo XVI y con Natsi’tni como figura central; según testimonio de los propios conquistadores.

El otro folleto es para mostrar también que Natsi’tni ocupaba en Teotihuac[an el lugar m[as importante. Abundo en detalles para mostrar que de las etnias mexicanas, la totonaca tiene el mayor número de probabilidades de haber sido la constructora original de Teotihuacan.

Bien; su fiesta, la más importante del año para muchos mexicanos, es mañana; el doceavo día del doceavo mes del año, y este doce (que era el número totonaca femenino por excelencia) enmarca perfectamente bien a esa versión totonaca ancestral de su dimensión femenina de un dios creador: Natsi’tni.

Todo lo anterior nos lleva a considerar que si fuésemos conscientes de todo el proceso histórico que culminó con la construcción del México de hoy, cuando la Guadalupana unificó a indígenas, criollos y mestizos en la lucha por la independencia de México, tendríamos que asociarlo a otro proceso histórico anterior que culminó entonces en el surgimiento de la impresionante civilización teotihuacana, cuando (las posibilidadades son) que fue en torno a Natsi’tni que se unificaron olmecas y totonacas, venidos del Golfo, con los grupos dispersos existentes en la zona.

Es por todo lo anterior, que no me queda otra cosa sino deducir, que Natsi’tni aún puede unificar vigorosamente a los totonacas de hoy que radican en la Sierra Norte de Puebla y en el estado de Veracruz, y ojalá que lo hagan, en favor de su propio bien y del Totonacapan eterno.

Esto es hasta aquí, y hasta hoy mi visión desde fuera de la etnia totonaca.