La Bandera Totonaca

La bandera es un emblema, es un símbolo o representación simbólica que identifica algo importante: Como lo hace la bandera de un país o de una comunidad, la de un buque o la de una institución; que puede ser tan valiosa como la Cruz Roja, o tan temible como la de un buque pirata.

Ante la bandera como símbolo se inclinan civiles o militares, se educa a los niños, se hacen juramentos solemnes, se encabezan desfiles, se firman convenios internacionales o se inauguran competencias deportivas. La lista sería interminable y va, desde algo solemne hasta algo sublime.

El inmediato golpe de vista y la consideración instantánea de un símbolo nos informa, nos emociona, nos inspira y hasta nos salva: Tal es el caso de un humilde lienzo blanco como bandera de paz.

La bandera, como lienzo rectangular o cuadrado, no es originalmente de esta tierra, pero en nuestra tierra (como en todo el mundo) las representaciones simbólicas siempre existieron. Sólo que aquí fueron eliminadas con la llegada de los europeos en el Siglo XVI.

Sin embargo, hay representaciones visibles de nuestras antiguas culturas que todavía no han desaparecido del todo en esta tierra nuestra, y la mejor de ellas es el traje regional. Interesado en la etnia totonaca, para mí, la representación simbólica de este importante grupo humano que habita en el norte del Estado de Puebla y en parte del Estado de Veracruz, no puede ser otro que…

El Traje Femenino Totonaco “Cataras de flores esparcidas, en donde el corazón y el espíritu palpitan. Y que en el fajo rojo se detienen. Para seguir en impecable blanco, símbolo de su pacífica actitud y de las nubes de su hermoso cielo”.

Un sólo vistazo al mercado de una comunidad totonaca y a los trajes tradicionales que observo, algo me dicen de su personalidad. Pero el encontrarme con este símbolo en nuestras congestionadas ciudades, como algo aislado y a veces solitario (pero siempre digno y destacado) inevitablemente centra mis reflexiones en lo que he aprendido y en lo que admiro de la Etnia Totonaca.

Evoco la síntesis de su antigua teología, presente en el Lienzo del Tepeyac, o pienso en su participación en la civilización antigua mas avanzada nacida en suelo mexicano: la Teotihuacana. En tropel vienen a mi mente Tajín, Yohualichan, Filo Bobos, El Pitel, Cantona, Misantla, Paxil (donde nació el Maíz) etc. La Ciudad Jardín de Cempoala, o, como capítulo especial (con su mensaje de alegría, de ironía o de optimismo) llegan a mi mente sus geniales caritas sonrientes.

Sólo que el pasado me leva (inevitablemente) al presente, en el que destaca la habilidad agrícola totonaca, la misma que periódicamente rescataba del hambre a los aztecas. Y, adentrándome en lo totonaco del presente me inclino, con respeto, ante los hogares totonacos que he tenido la fortuna de conocer o frecuentar, y en donde brilla la figura portadora de esa bandera aquí considerada; la mujer totonaca, quien con frecuencia sobresale como sostén económico de su propio hogar, y siempre destaca como firme sostén moral; y como transmisora de la lengua nativa y de un conjunto de valores y tradiciones relevantes que se insertan en el corazón mismo del Totonacapan Eterno.

Cada día, esa bandera totoanca (el traje femenino original) va cediendo terreno ante quienes lo consideran un anacronismo. ¿La solución? La misma que se ha aplicado en multitud de grupos y países: La de convertir al traje tradicional en TRAJE DE GALA, en el de las grandes ocasiones; para qe siga siendo símbolo de una civilización ejemplar que aún puede seguir enriqueciendo a este país que compartimos y del que mucho ignoramos.

Ahora bien: ¿Día del traje totonaco? ¿Premio o estímulos a quien mejor lo confeccione o lo porte? ¿Modernizaciones inspiradas en él? ¿El traje favorito en las ceremonias importantes: como primeras comuniones, quince años, graduaciones escolares o matrimonios? ¿Uso destacado en las festividades anuales del Día de Muertos para que los que llegan constaten como respetamos y defendemos lo que ellos nos dejaron?… Lo dejamos a la imaginación y a la creatividad de los totonacas auténticos; de esos que no lo son sólo cuando conviene, sino que son totonacas de tiempo completo.

Conclusión: Hoy se habla mucho de “Rescate Cultural”. ¿Por qué no empezar por lo más sencillo?

Carlos Caballero Zamora.

Comentarios

me parece una idea muy interesante para llevarla a cabo

que buena idea para apoyar nuestra cultura

no habia tenido la oportunidad de ler su investigacion hora que lo hice me resulto mucho mas interesante de lo que me imagine «felicidades»

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