Intento serio de elaboración de un plan de manejo para el hoy Teotihuacán
(Solo como condición cualitativa y como documento guía)
No podemos pasar de un salto desde la condición actual hasta una condición ideal; tales milagros no suceden en la realidad, pero una cosa que si sucede con gran frecuencia es que si no avanzamos en el sentido correcto, (para adelante) muy posiblemente vamos para atrás. La vida no es algo de condición estática y, en nuestro caso concreto, si no tenemos planes para proteger y hasta para acrecentar el valor de una colosal herencia milenaria, sencillamente no la comprendemos en su justa dimensión, algo que acabamos de vivir en su justa realidad.
Ahora veamos nuestra realidad presente frente a este sitio: el 22 de diciembre de 2008 una comitiva de 20 expertos ICOMOS (organización civil asociada a la UNESCO) visito el sitio, y entonces nos enteramos que a 21 años de haber sido declarado “patrimonio de la humanidad” nuestro máximo tesoro prehispánico…….
No tiene un plan de manejo solicitado por la UNESCO ni cuenta con programas de desarrollo integral y conservación.
También nos hemos enterado, por noticia de 22 de marzo del diario “la jornada” que el director de icomos mexico, Arq. Javier Villalobos, expreso su preocupación por la falta de expertos en la conservación de “patrimonios culturales de la humanidad”. Esto lo confirmamos cuando vemos que algunos expertos del INAH (el que mucho abarca poco aprieta” solo tienen criterios para convertirlos en fuentes de ganancias oficiales que redundan en aceleración del deterioro y daños de los bienes colectivos que tienen encomendados.
Siguiendo con el presente (antes de atisbar el futuro consideramos que con solo tener ante nuestros ojos esta imponente realidad, y con una mínima reflexión, tal parece que a nuestra sensibilidad se le ha olvidado preguntarse ¿qué es lo que humanamente imaginado, creíble y posible puede explicarnos: él porque alguien, algunos o muchos, tuvieron la tenacidad, la fe y la constancia para acometer y terminar tan gran empresa de millones de metros cúbicos de construcción y solo contando con primitivas y elementales herramientas. Esto (hasta hoy desconocido) lo vamos a aclarar.
Frente a su realidad, y como elemental conclusión no podemos dudar de su autenticidad que se ha señalado como un requisito básico para haberle concedido una muy merecida distinción mundial. Aquí no hay nada simulado ni artificial. Otra cosa es no solo demostrarnos a nosotros mismos algo de lo que está fallando; que es lo de su verdadera identidad, que el diccionario define como “estado de una cosa que permanece siempre parecida a ella misma. Lo que es; es”. Y en esta serie de grandes monumentos lo que está fallando, desde hace un siglo que por primera vez se presento al mundo, es haberle atribuido arbitrariamente, una falsa identidad.
Desgraciadamente en el pasado, y aun en la actualidad algunas de nuestras “vacas sagradas” de nuestra historia antigua y de nuestra arqueología parecen estar muy despistadas; esperan archivos que los iluminen sobre épocas que nunca tuvieron, y siguen buscando tumbas de “faraones” que nunca hubo o, para justificar su absurda e impuesta identidad “tolteca” de buena gana le quitarían un piso a la más grande de esas pirámides arbitrariamente dedicada al sol.
En el párrafo anterior ya hemos iniciado (con el sol) una serie de aclaraciones que continuaran y tal vez, sin conocer todo el conjunto de ellas, alguien las vea con sospechas comprensibles pero que se justificaran totalmente.
Desde hace más de un siglo (antes de presentar este sitio al mundo) se aprovecho la celebración del primer centenario del inicio de la lucha por la independencia de México, como destacada muestra de nuestra identidad indígena que la arrogante España, criminalmente, vino a dañar. Y desde hace un siglo antes de presentarla al mundo, solo se trataba de una serie de promontorios cubiertos con enorme cantidad de árboles, arbustos y maleza, cubriendo a su vez, cientos o miles de toneladas de tierra, que hubo que tender rieles de ferrocarril para poderlas desalojar.
Este enorme esfuerzo mexicano valió la pena; el grandioso sitio empezó a dar ha dado y seguramente seguirá dando mucha información valiosa sobre sí mismo, y despertó gran interés internacional, con lo que empezaron aflorar grandes verdades: como la que, después de años de participar, rene millón y su grupo de arqueólogos y topógrafos, procedentes de tres universidades americanas que lograron una importante aportación con su ordenación y conclusión topográfica con la que aseguraron que la planeación urbana original del sitio rivalizaba con la que diseño un genial urbanista francés para la ciudad de Washington D.C. capital de los Estados Unidos de América. U se dedujo que esa grandiosa planeación urbana ya la traían lista (de la región del golfo de donde procedían) con muchos detalles para hacerla realidad.
También se dio a conocer y confirmar que los inicios de su construcción fueron anteriores a los inicios de la era cristiana, y que ya traían muchas plantas domesticadas por ellos entre las que destacaba, significativamente su condición pacifista y su mayor logro: EL MAÍZ. En suma; llegaron a un lugar de recolectores a civilizarlos, no como los hispanos que llegaron aquí a someter, a despojar y esclavizar con el pretexto de “cristianizar”.
Ya con un gran avance y con sus imponentes construcciones emblemáticas terminadas, inesperadamente, en el siglo IV les llego una enorme fatalidad: en la que sus sabios y esforzados dirigentes culturales fueron salvajemente masacrados y fueron despojados de su gran ciudad. Culminando con un enorme éxodo que se disperso por las sierras de los hoy estados de Tlaxcala, hidalgo, puebla y Veracruz. Esto, y la fecha aproximada ya se conocían pero que, oficialmente, nadie se ha ocupado de rastrear. Y el dato del lugar y la fecha, y sin ser consciente de ello los testimonios de esa sádica criminalidad los encontró recientemente el voluntario enviado por la universidad japonesa de Nagoya Saburo Suguiyama. Y el sitio cambio radicalmente de los valores esenciales de su naturaleza original: su muy eficiente agricultura, para dar de comer a sus constructores, fue relegada y, posiblemente, después de cambios de dueño interesados primordialmente en la artesanía (obsidiana y barro para la “exportación”). Finalmente el sitio fue desertificado, después, ya abandonado, fue incendiado. Y aquí hay algo crucial y que es oportuno destacar: (los actuales habitantes de las zonas aledañas al sitio no son, ni pueden ser, descendientes de los originales constructores del lugar, así lo haya considerado el muy famoso antropólogo don Manuel Gamio.
Ahora, demos un paso más.
Un plan de manejo para un sitio determinado no debe confundirse con un tratado de historia, lo entendemos, pero si aun para una ligera dolencia, el especialista considera (en primer lugar) su “historia clínica”, y en nuestro caso, que nos enfrentamos a una realidad antiquísima, no podemos eludir un mínimo de historia que nos conduzca a su esencial origen. Porque, sin esto no podemos cubrir los requisitos de AUTENTICIDAD y de IDENTIDAD en forma realista y tratar de diseñar un “plan de manejo, conservación y promoción”. Y para ello tenemos que alejarnos de recetas y planteamientos rutinarios, ya que no podemos confiar en ellos, sino que tenemos que diseñarle, digamos un traje a la medida.
Ya hemos mencionado algo de los que llegaron de la costa del golfo y civilizadores del centro de México, y (por supuesto) justificar su gran proyecto civilizador centrado en una cosmovisión única, genial y sorprendentemente ACTUAL.
Ahora bien, para aquellas personas que desearían comprender esto más a fondo y no quedarse con la duda y saber algo más sobre la etnia de la que estamos y estaremos hablando, la TUTU-NAKU (totonaca) responsables y capaces de haber construido la maravilla que estamos considerando, señalaremos que las primeras informaciones que se tienen de ellos parten de un joven, francisco ortega que llego con Hernán Cortes, en 1519, y al que expresamente dejo Cortes, por cuatro años con los tutu-naku, que espontáneamente fueron a su encuentro y lo invitaron a su ciudad-jardín de Cempoala, hoy Veracruz. Confiado y seguro como siempre lo fue cortes, le dio instrucciones a este joven para que le entregara, por escrito, todo lo que pudiera saber de la vida diaria de esta etnia, sus creencias básicas, su organización política, etc.
Esto, inicialmente, lo dio a conocer fray Bartolomé de las casas, partiendo de la información escrita que el propio joven francisco ortega le proporciono, y de las casas, fueron circulando a otros que a su vez las dieron a conocer, siendo el más destacado de ellos fray Juan de Torquemada, guardián del convento franciscano de Zacatlán, hoy puebla, y entonces región tutu-naku. Fray Juan de Torquemada fue el autor de una voluminosa obra titulada “monarquía indiana” y en estos trabajos se basaron tanto el alemán Walter Krickeberg como el francés Alain Ichon. El primero escribió “las antiguas culturas mexicanas F.C.E.” y el segundo y su grupo pasaron una larga temporada en la sierra norte de puebla y dejaron escrita la obra “la religión de los totonacas de la sierra” I.N.I.
Por otra parte, una búsqueda persistente y reciente del que esto escribe, y que ha pasado 15 años visitándolos en comunidades seleccionadas expresamente por sospechas fundadas de su ascendencia ligada a los originales constructores del hoy Teotihuacán, y escogidas entre otras comunidades mezcladas y que son mas fácilmente distinguibles porque su memoria histórica es más fresca, del siglo XII y que proceden de Tajin, y aislando también a las que se han asentado recientemente, la búsqueda permitió centrarse en las comunidades más antiguas (siglo IV) con ya muy débil o nula memoria histórica.
Partiendo de una inspiración el historiador genial Marc Bloch, asesinado por los nazis, y que pudo escribir historia con archivos o sin ellos el suscrito y en forma amistosa, sincera y discreta pudo “sentir” o “adivinar” de amigos y compadres en enterarse de my poco de memoria histórica y de lo que imagino y probo a manera de ir armando un “rompecabezas” y con paciencia y constancia pudo llegar hasta poder explorar el inconsciente colectivo.
Lo que se podría hacer para no solo operar, sino crecer y conservar.
No hay la menor duda que el hoy Teotihuacán está a punto de revelar su autentica NOMINACIÓN E IDENTIDAD, y que llego la hora de ahondar en su original significación y valores profundos. La gran ciudad tiene innumerables huellas de haber tratado de dañar su integridad, algo que ha llegado hasta nuestros días, aunque sea leve el daño en relación con los muy graves que ha sufrido con los grupos que la usurparon en la antigüedad.
Su bien armonizado e integrada IDENTIDAD, por si sola, puede ilustrarnos el punto central que representa: LA VIDA; nuestro máximo tesoro individual, colectivo, nacional y planetario. La sola y significativa exaltación de la NATURALEZA: presente en el más grande de sus monumentos, con su MILLÓN de metros cúbicos de construcción y destacadamente actual, hoy a nivel internacional la preocupación por su destrucción ya reflejada en el cambio climático y la contaminación y que es necesario, para subsistir: FRENAR LA NATURALEZA, elevada a la condición venerable, improfanable, respetable, elevada a niveles de lo más SAGRADO que tenemos, tal vez pueda ayudar a despertar y a dinamizar nuestras conciencias. Que nos invite a tratar de igualar el gran esfuerzo y constancia que hizo posible su construcción.
Nuestros grandes niveles de violencia solo pueden ser NEUTRALIZADOS EVOCANDO E IMITANDO, AUNQUE SEA UN POCO, EL ESFUERZO DECIDIDO Y BRILLANTE QUE NOS HA HEREDADO LA CONSTRUCTIVA PAZ DE LOS HUMILDES.
Un plan de manejo, CONSERVACIÓN E INTELIGENTE PROMOCIÓN del sitio, no debe dejarse en una condición estática. Sino una orientación dinámica que no solo merece sino que necesita en el futuro. Y con gran imaginación y sentido estético rescatar su desertificado suelo y convertirlo en un vergel rebosante de VIDA.
Pero sería conveniente considerar y resaltar su condición LEGAL. Rescatarla del montón. Por esto es necesario diseñarle también una estructura legal, sencilla y original: a la altura de nuestro MÁXIMO SANTUARIO CULTURAL. Habría que consultar a dos premios nobel que han destacado en la defensa ambiental; al mexicano Mario Molina y al norteamericano al gore que nos den su opinión sobre presentar este sitio al PNUMA (programa de las naciones unidas para el medio ambiente) para que inicie su lista de sitios intocables como “patrimonios ecológicos de la humanidad”.
Con lo que ya se justificaría que el sitio que nos ocupa pase a manos federales y que con las debidas proporciones el congreso mexicano, en pleno, se involucre y se comprometa en su defensa y protección.
Con este trabajo se prueba no solo la AUTENTICIDAD exigida por la UNESCO sino que se rebasa ampliamente con la condición de fondo de su IDENTIDAD, y para hacerla efectiva hay que regresar a su reconstruido pedestal a NATSI TNI. La maternidad. Como primer paso para preparar (en forma voluntaria, popular y sincera) para que el pueblo humilde de hoy, celebre el primer centenario de haberse presentado al mundo lo que el pueblo humilde de ayer hizo posible.
Infinitas gracias Carlos «GUERRERO» Caballero Zamora, por «inyectar» en mi SER la alegría de VIVIR.